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Vol. 77/No. 32      9 de septiembre de 2013

 
Tras huelgas patrones violan
acuerdos con obreros agrícolas
(portada)
 
POR CLAY DENNISON  
SEATTLE, Washington—“Sakuma no está cumpliendo el acuerdo”, dijo el trabajador agrícola Francisco Eugenio Paz en una protesta el 20 de agosto frente a un mercado en Seattle que vende productos agrícolas de la compañía. “Vamos a seguir luchando, y estamos pidiendo a la gente que no compre bayas de Sakuma”.

Después de salir en huelga en dos ocasiones en julio, alrededor de 250 miembros del grupo de trabajadores agrícolas Familias Unidas por la Justicia llegaron a un acuerdo sobre salarios con la administración de Sakuma Brothers el 25 de julio. Pero los trabajadores dicen que la compañía suspendió el cumplimiento del acuerdo verbal y empezó a traer varias docenas de “trabajadores huéspedes” de México.

Después de que la compañía se negó a pagar el precio por libra acordado que garantizaría un salario mínimo de 12 dólares la hora, los trabajadores decidieron iniciar un boicot.

Las huelgas ganaron mejoras en las condiciones de vida. Los colchones sucios e infestados de insectos en los campos de trabajo fueron reemplazados con colchones nuevos. Ganaron pago retroactivo para los trabajadores jóvenes que habían estado recibiendo menos del salario mínimo y el acuerdo de contratar a parientes para que pesaran los productos recogidos.

“Negociaron con nosotros, lo cual fue un gran logro”, dijo en una entrevista Rosalinda Guillén, una organizadora de trabajadores agrícolas y directora de Desarrollo de Comunidad a Comunidad, una organización basada en Bellingham, Washington, que trabaja con los recolectores. Sin embargo, dijo, la empresa negoció por temor a que su solicitud de trabajadores huéspedes sería suspendida por una huelga.

Las principales demandas de los trabajadores son por salarios más altos, el reembolso de los costos de transporte para las personas que emigran cada año de California y garantías que los trabajadores que se declararon en huelga podrán ser contratados el próximo año sin represalias.

“Familias Unidas no ha podido hablar con los trabajadores huespedes, y la compañía construyó una cerca de alambre para separar las viviendas de los trabajadores huespedes de las otras cabañas”, dijo Paz.

Los trabajadores huéspedes están empleados con permisos del gobierno H-2A. No pueden cambiar de trabajo por su propia voluntad y pueden ser deportados si son despedidos. Cada estado fija un salario mínimo vigente para estos trabajadores, que en este año en el estado de Washington es de 12 dólares por hora.

En 2012 unos 85 mil trabajadores recibieron visas H-2A. El proyecto de ley que el Congreso esta considerando haría más fácil para los productores traer trabajadores huéspedes y aumentaría el número anual a 337 mil trabajadores.

Se pueden enviar mensajes para los trabajadores y contribuciones financieras a Familias Unidas por la Justicia, P.O. Box 1206, Burlington WA 98233.
 
 
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