BOYEROS, LA HABANA, Cuba— David González López, (derecha) propietario de la finca El Valle Escondido, en esta localidad, muestra a los agricultores que asisten al Tercer Encuentro Internacional de Agroecología y Agricultura Sostenible las semillas de duraznos de su cosecha, las cuales utilizará para cultivar más árboles . (Ver artículo sobre encuentro en la portada).

Después de servir en las Fuerzas Armadas Revolucionarias, donde se entrenó como soldador, González se hizo agricultor, uno de la ola de agricultores nuevos que desde 2008 han estado recuperando tierras ociosas. Su finca es parte de una Cooperativa de Créditos y Servicios que incluye varias fincas en esta municipalidad fuera de La Habana.

La Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) organiza unos 400 mil agricultores en cooperativas que proveen préstamos, ayuda técnica, facilitan maquinaria escasa y ayudan a vender productos agrícolas a instituciones y mercados locales.

González vive con su familia en una casa pequeña que el mismo construyó en un terreno vacío que estaba lleno de basura y maleza de marabú. Después varios intentos descubrió que podía plantar durazno y verduras. Durante dos años vendió solo a la comunidad local. Ahora produce suficiente para que la cooperativa venda parte de su producto a hospitales y escuelas de la región.

—MAGGIE TROWE