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Vol. 75/No. 15      18 de abril de 2011

 
Alianza de obreros y agricultores
(editorial)
 

La caravana de 53 tractores conducidos por agricultores que participó en la protesta en Madison, Wisconsin, el 12 de marzo para apoyar a los sindicatos de trabajadores públicos sacó a la luz la necesidad de una alianza combativa entre trabajadores y agricultores para responder a la ofensiva capitalista contra nuestras condiciones de vida y de trabajo. “Quebrar a los sindicatos solo nos pondrá a todos en una situación más desesperada”, dijo el agricultor Tony Schultz. Los ataques antiobreros del gobierno y de los partidos políticos de los patrones en Wisconsin también han golpeado a los agricultores. Las escuelas rurales están perdiendo fondos y maestros. Están cortando el seguro médico que subsidia el estado, del cual dependen muchos agricultores.

La solidaridad entre trabajadores y agricultores en Madison se deriva del hecho que ambos son explotados por las familias capitalistas que gobiernan este país; aunque son explotados de maneras diferentes. Ha llegado el momento de profundizar nuestro entendimiento de este hecho; algo a lo que nos llamaron la atención recientemente dos personas que han leído el Militante por mucho tiempo, uno de ellos un agricultor, así como un voluntario que ayuda a traducir al español artículos para el periódico.

El agricultor acertadamente objetó el uso del término “family farmer” (agricultor familiar) en la versión en inglés en el número del 7 de marzo del Militante para referirse a algunos de los participantes en una protesta obrera previa en Wisconsin. El uso de este término oculta las divisiones de clase que existen entre los agricultores, los cuales, en su conjunto, no comparten los mismos intereses de clase.

Además de las grandes fincas y ganaderías capitalistas, propiedad de grandes corporaciones, existen otros agricultores cuyas fincas con frecuencia pertenecen y son administradas por una sola familia, pero que dependen casi por completo de mano de obra contratada, aunque a veces incluyen también miembros de la familia además de los trabajadores asalariados. Estos pequeños capitalistas a menudo se llaman “agricultores familiares”, y aseguran falsamente que ellos y sus organizaciones, como el Farm Bureau (Buró Agrícola) y otras, representan y defienden los intereses de los agricultores que trabajan su propia tierra y emplean poca o ninguna mano de obra.

De hecho, crecientes números de agricultores explotados han dependido en décadas recientes de un segundo trabajo, a menudo en una fábrica, simplemente para poder sobrevivir. Son explotados como agricultores —como esclavos de deudas con su tierras hipotecadas con los bancos, al mismo tiempo que los exprimen por un lado los precios elevados que tienen que pagar a los monopolios como Cargill y Monsanto por semilla, abonos y otros suministros que necesitan para sembrar sus cultivos cada año y por el otro lado los precios reducidos que reciben por sus cosechas de los operadores capitalistas como Del Monte, Krogers, Wal-Mart, y otros. Muchos de estos agricultores además son explotados como esclavos del salario como lo son otros trabajadores.

Además de estos aliados de la clase obrera existen varios millones de trabajadores agrícolas en Estados Unidos. Junto con otros trabajadores asalariados en pueblos pequeños y áreas rurales, estos son el cimiento de cualquier movimiento obrero combatiente en estas partes del país. Enfrentan unos de los salarios más bajos y las condiciones de trabajo más peligrosas. Los trabajadores agrícolas no califican para el salario mínimo, gozan de pocas prestaciones, y son víctimas del hecho que sus trabajos dependen de la temporada. Muchos de ellos son inmigrantes y también son superexplotados por este hecho.

El titular del Militante del 28 de marzo en inglés —“Unidad Sindical-Agrícola en Wisconsin”— introdujo una confusión adicional. Durante el siglo pasado, la unidad obrero-agrícola ha sido utilizada con frecuencia por fuerzas colaboracionistas de clase —tales como los Partidos Comunistas estalinizados aquí y por todo el mundo— en vez de una alianza o solidaridad entre trabajadores y agricultores. Su objetivo es ocultar las diferencias de clase para justificar la subordinación de las luchas, tanto las de los trabajadores como las de los agricultores explotados, a los intereses de la clase capitalista y sus partidos —en este país, especialmente el Partido Demócrata.

A medida que se profundiza la crisis capitalista, la necesidad de forjar una alianza entre estas dos clases de productores —trabajadores asalariados y pequeños agricultores— será planteada cada vez con más urgencia en las fábricas, en la tierra, y en las batallas sociales y políticas de cualquier índole. ésta alianza es una parte irremplazable del forjamiento de un movimiento revolucionario de masas que pueda derrocar el dominio capitalista, establecer un gobierno de trabajadores y agricultores, y comenzar a transformar las relaciones sociales en defensa de los intereses de la gran mayoría de la población trabajadora.  
 
 
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