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   Vol. 70/No. 38           9 de octubre de 2006  
 
 
ˇTodos a la marcha contra las redadas!
(Declaracion de candidatos socialista column)
 
La siguiente declaración fue emitida el 27 de septiembre por Róger Calero y Maura DeLuca, candidatos del Partido Socialista de los Trabajadores para senador y gobernadora de Nueva York respectivamente. Calero es reportero del Militante que logró derrotar un intento del gobierno de deportarlo en 2002. DeLuca es obrera de la costura en el Bronx y miembro del Local 155 del sindicato UNITE HERE.

La campaña del Partido Socialista de los Trabajadores insta a los trabajadores a participar en las manifestaciones a favor de los derechos de los inmigrantes que se realizan el 30 de septiembre en ciudades por todo Estados Unidos. En el Noreste instamos a participar en la marcha en Danbury, Connecticut, para denunciar los arrestos de 11 jornaleros en una operación encubierta por policías federales de inmigración con la colaboración de la policía local, práctica que se está haciendo más común.

Nos sumamos a los millones de trabajadores que se han movilizado en las calles para exigir una ley federal que otorgue la residencia permanente, inmediata y sin condiciones, a todos los inmigrantes indocumentados. Esto es un prerrequisito para combatir las divisiones que los patrones usan para deprimir los salarios y las condiciones de todos los trabajadores.

La resistencia a los incesantes ataques antiobreros de los capitalistas es eficaz solo si el movimiento obrero hace suyo todo esfuerzo de los trabajadores para organizar sindicatos y toma acción para sindicalizar a todos los trabajadores, nacidos tanto aquí como en el extranjero.

Los arrestos en Danbury se enmarcan en los ataques más generalizados de los patrones y su gobierno: las redadas y deportaciones por parte de la policía federal; despidos de trabajadores mediante las cartas "no-match" del Seguro Social; la extensión del muro a lo largo de la frontera con México; la creciente militarización de la frontera, incluido el despliegue de la Guardia Nacional sobre el Río Bravo; y medidas locales destinadas a criminalizar a los trabajadores indocumentados. Ejemplos de éstas varían desde el cierre del centro donde los jornaleros buscaban empleo en Mamaroneck, Nueva York, hasta las leyes antiobreras en Hazleton, Pennsylvania, y Riverside, Nueva Jersey, que prohíben contratar o alquilar a quienes no tienen documentos.

Estos ataques por parte de políticos demócratas y republicanos han envalentonado a ultraderechistas como los Ciudadanos de Connecticut por el Control de la Inmigración. Este grupo —encabezado por partidarios de Patrick Buchanan, el político de mentalidad fascista y autor del panfleto antiobrero Estado de emergencia: La invasión por el tercer mundo y la conquista de América, que está teniendo buenas ventas— ha convocado una manifestación antiinmigrante para el 7 de octubre.

Estas medidas se presentan demagógicamente como dirigidas contra "ilegales" y "infractores de la ley". Pero su principal objetivo es intimidar y echar atrás no solo a los inmigrantes sino a toda la clase trabajadora.

Los inmigrantes son traídos a las metrópolis del capital financiero por los gobernantes adinerados, quienes llenan sus arcas no solo explotando a los trabajadores nativos sino exportando capitales para captar mercados y materias primas, forzando a millones de personas a huir del campo y de las ciudades de Africa, Asia, América Latina y el Caribe empobrecidas por el saqueo imperialista.

Sin embargo, estos trabajadores no están dispuestos a dar la otra mejilla y quedarse permanentemente como ciudadanos de segunda. En enormes manifestaciones y huelgas, millones declararon: "ˇSomos trabajadores, no criminales!" Estas masivas acciones, en las que se tomaron las calles hasta 2 millones de personas a nivel nacional, muestran que la inmigración sin precedentes de las últimas décadas y la integración de estos trabajadores al proletariado hereditario de Estados Unidos ha fortalecido a la clase obrera de manera visible e irreversible.

Los políticos capitalistas justifican estos ataques culpando a los trabajadores inmigrantes por el desempleo, la crisis de la vivienda, el "desangramiento del Medicaid", el narcotráfrico, la delincuencia y otros males sociales. Simplemente están usando a los trabajadores como chivos expiatorios por el desorden mundial del sistema de lucro.

El propósito de las redadas policiales, las deportaciones y las restricciones a los derechos de los inmigrantes no es de expulsar a la mayoría de los indocumentados. Eso sería imposible dada la actual ola histórica de inmigración. Y los patrones estadounidenses dependen de la mano de obra superexplotada de los inmigrantes, especialmente frente a la competencia internacional entre los capitalistas.

Todas las propuestas de "reforma migratoria", tanto en la Cámara como en el Senado, tienen ese objetivo: mantener a un sector de trabajadores más vulnerable a la explotación.

Es cierto que los patrones usan la mano de obra inmigrante para rebajar los salarios de todos. Hay una sola forma de impedir que hagan esto:ˇSindicalizar a todos los trabajadores!" Acoger a los inmigrantes como compañeros de lucha y resistir juntos los ataques patronales. Solidarizarnos en acción con nuestros hermanos y hermanas por todo el mundo, desde los maestros en México hasta los mineros en Kazajstán, que están en las mismas trincheras luchando contra un enemigo común: los explotadores capitalistas y su sistema de "sálvese quien pueda" en su fase superior y final: el imperialismo.

Debemos reivindicar la demanda reclamada por millones de trabajadores: ˇLegalización incondicional para todos los inmigrantes ya!"
 
 
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