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   Vol. 70/No. 13           3 de abril de 2006  
 
 
‘De las grandes crisis, grandes soluciones’
 
POR ELIADES ACOSTA  
Buenas tardes, compañeras y compañeros. La sola palabra compañeros, usada tanto por norteamericanos como cubanos, define muy bien la trascendencia de este diálogo permanente que Nueva Internacional y la Pathfinder están propiciando sobre la plataforma de actividades comunistas y la necesidad de luchar por un mundo mejor.

Me felicito también de que estemos presentando estos números de la revista Nueva Internacional hoy en medio de la Feria Internacional del Libro, en lo que antes era la comandancia del Che en La Cabaña, donde se haya reunido el Che con sus compañeros y haya dejado su impronta.1

Es una revista escrita y promovida, sin ninguna duda, por comunistas. Y me felicito de que lo digan en voz alta y clara. Tienen el derecho de hacerlo, por todas las luchas de las que vienen. En una parte del excelente ensayo que se llama “Ha comenzado el invierno largo y caliente del capitalismo”, Jack Barnes dice, con razón: No le tenemos ningún miedo a la clase dominante de los Estados Unidos. Somos comunistas y estamos aquí para acabar con el capitalismo, acabar con el imperialismo. Sabemos que el capitalismo por definición es enemigo de la humanidad.

Ser comunista en Estados Unidos es serlo en el lugar más complejo del mundo. No es lo mismo que ser comunista en Cuba, aunque ser comunista en Cuba también requiere un corazón en medio del pecho. Pero son otros los problemas que enfrentamos los comunistas cubanos.

Entonces, yo creo que los comunistas norteamericanos que han llegado hasta aquí y que han encontrado como natural a sus compañeros comunistas cubanos, como también en otras parte del mundo, para establecer estos diálogos, requieren del movimiento comunista internacional un especial reconocimiento. Porque no se han dejado sobornar o confundir, ni han arriado las banderas de lucha, a pesar de lo adverso de las condiciones.

En el número 6 de Nueva Internacional, el informe y resumen de Jack Barnes, debatido y aprobado por los delegados al 41 congreso constitucional del Partido Socialista de los Trabajadores, celebrado en 2002 en Ohio, plantea la situación del país tras el 11 de septiembre. Y es un exacto diagnóstico —como lo demuestra la vida varios años después— de la profunda crisis estructural —no coyuntural— del capitalismo y del imperialismo, no solo norteamericano sino mundial.

Es una exacta apreciación de las oportunidades que una crisis de ese tipo brinda al movimiento comunista internacional. Hay una exacta definición de que el imperialismo no podrá resolver la crisis, ni creando un superimperialismo internacional o un centro hegemónico que ponga de acuerdo a los imperialismos locales, ni tratando de conjurar la crisis por las muchas artimañas que ha usado el sistema.

Hay una apreciación de que el sistema se ha tenido que quitar su última máscara amable, glamorosa y engañadora. Desde el 11 de septiembre ha quedado al descubierto el rostro verdadero, llagado y horrible del capital.

Se acabaron las etiquetas de moda, se terminó la siesta, se acabó la fiesta. Lo que estamos viendo es el capitalismo de verdad, el imperialismo al descubierto. Eso y no otra cosa es Abu Ghraib, eso es Faluya, eso es las torturas en Guantánamo.

Eso es el Northcom, el Comando Norte de las fuerzas armadas de Estados Unidos. Tienen toda la razón de alertarlo los comunistas norteamericanos, algo que viene de la época de Clinton. La creación del Comando Norte, que incluye a Estados Unidos, permite desplegar las fuerzas militares norteamericanas en casos de disturbios civiles, violando el acta Posse Comitatus, que prohibía que las fuerzas armadas federales ejercieran funciones policiacas al interior de Estados Unidos.

Hace poco se empezó a usar el término “la guerra larga”, the long war. Fue acuñado por Rumsfeld y aparece en el Quadrennial Defense Review, la proyección del Pentágono cuatro años hacia delante.

¿Qué significa “la guerra larga?" Lo dicen claramente en sus documentos normativos. Estados Unidos está en una guerra que durará no menos de 20 años, y se hará contra muchos países, no solo Iraq. Continuará hasta lo que ellos llaman “la victoria definitiva” del modo de vida occidental capitalista.

Esa guerra larga va a incluir ataques aéreos, ataques comando, guerras directas, bases militares, acción naval, acciones encubiertas y todo tipo de operaciones a través del globo. Como lo dice el documento rector del Pentágono, la guerra larga se hará incluso contra muchos países que aun no son enemigos de los Estados Unidos hoy, o que aún no se consideran abiertamente enemigos de los Estados Unidos.

Antes de que ese término estuviera de moda, Barnes y los comunistas norteamericanos lo alertaban, haciendo un diagnóstico exacto. Se inicia un largo periodo, escriben ellos, el estadio final de la decadencia y la crisis del sistema. Donde la amabilidad se acabó y la represión ocupa su lugar.

Pero de las grandes crisis aparecen también las grandes soluciones.

Hay que decir que me gustó mucho encontrar ahí una definición exacta de Trotsky sobre el sionismo. Porque hay que decir también que el grupo neoconservador tiene vínculos tan estrechos con el sionismo que se llega pensar si ese proyecto de expansión universal es realmente norteamericano o sionista. Hay una gran duda para los teóricos y los políticos. Y viene Trotsky diciendo, desde los años 30, que la creación del estado de Israel por los sionistas es una trampa sangrienta contra el pueblo judío. Se ha demostrado de la manera más dramática y terrible.

También me gustó que cuando el Partido Socialista de los Trabajadores norteamericano aprecia la situación política, no lo hace solo en base de los libros de Marx, de Engels y de Lenin, por geniales que sean. También le toman el pulso a la realidad en la calle. Saben que una cosa que puede ser anecdótica puede mostrar una realidad mayor.

En “El invierno largo y caliente del capitalismo”, Barnes narra, por ejemplo, que iban hacia un mitin unos días después del 11 de septiembre —creo que coincidía con el día de la independencia de México, el 16 de septiembre— y en una esquina había una mexicana vendiendo banderitas norteamericanas. De pronto pasa un mexicano manejando un camión que tenía unas banderas patrioteras norteamericanas en apoyo a “nuestros muchachos” en la guerra; evidentemente ese adorno lo puso el patrón, no el chofer. Cuando pasa al lado de la mexicana que está vendiendo banderitas norteamericanas, se asoma por la ventana y le grita, "ˇViva Zapata!"

Y Jack Barnes añade: eso no lo vi yo solo, también otros lo vieron.

Esos son los signos de la calle, los que dicen la verdad, en las calles de Cuba o en las calles de Estados Unidos. El mantener el oído pegado a la tierra es una virtud de un partido político, y más si quiere transformar el mundo.

“El invierno largo y caliente del capitalismo” habla de las izquierdas. Y dice una cosa muy cierta: la única izquierda es la que quiere transformar revolucionariamente el mundo. Esa es la gran definición. A todo lo demás se le puede llamar de muchas otras formas.

El documento también tiene una crítica a Noam Chomsky muy interesante. Da de qué pensar, porque es verdad que Chomsky es el intelectual norteamericano público que más se ha publicado en los medios norteamericanos, según el libro Public Intellectuals de Richard Posner.

Bueno, ¿por qué se permiten las ideas de Chomsky? ¿Por qué no se permiten las ideas de otros luchadores sociales? Interesante. A veces a nosotros nos deslumbran los nombres, las etiquetas, la fama.

El Partido Socialista de los Trabajadores norteamericano es muy radical en eso y muy exacto: alianza con todo el mundo, pero con todo el mundo que quiera hacer la revolución, que quiera transformar el mundo sin concesiones, sin cobardía.

Nueva Internacional habla de Cuba en relación a los Estados Unidos: la importancia que Cuba ha tenido para el fortalecimiento de la lucha al interior de los Estados Unidos. De esto realmente sabíamos muy poco. El artículo cuenta una anécdota de Ramón Labañino, uno de nuestros cinco héroes, que le mandó una carta a Mary-Alice. Ramón escribió: Leí el libro que Pathfinder publicó sobre Playa Girón y aprendí algo que “nunca había leído en otro que tratara esta temática”. Los cubanos no sabíamos que esa victoria y la resistencia cubana habían influido tanto hacia el interior de los Estados Unidos: sobre todo entre los jóvenes revolucionarios y luchadores.

La revista habla de los cuadros, de que hace falta un partido con cuadros disciplinados, conscientes, cultos, pero luchadores, no que se rindan ni que hagan concesiones.

La revista pronostica que a la crisis económica, impulsada por la creciente burbuja financiera, se va a unir el colapso del mercado de la vivienda en Estados Unidos, que va a ser quizás el detonante de una depresión global que, como dice el autor, los que estaban ahí en el congreso de Ohio no habían conocido, salvo los que tenían más de 80 años.

La revista habla de la guerra terrestre que se acercaba en Iraq, que lamentablemente traería muchas bajas entre las fuerzas norteamericanas. Señala que muchos de los actuales luchadores norteamericanos tampoco han vivido esa clase de guerra.

Y la revista habla de la necesidad de aliarse con todas las fuerzas revolucionarias del mundo para enfrentar y aprovechar la oportunidad de la decadencia de sistema y darle los golpes finales.

Termino diciendo que cuando cayó la República Democrática Alemana, en medio del desaliento tremendo y de todo, alguien escribió una interesante frase en el muro. Cuando en todo el mundo estaban cayendo muros que nunca debieron ser levantados, y estaban cayendo también ideas, luchas, sacrificio, heroísmo y política, alguien tuvo la lucidez en un muro de escribir: "La próxima vez será mejor".

Es decir, vamos a volver y lo haremos mejor, porque nos hemos liberado del lastre del estalinismo, del dogmatismo, de las miserias humanas. Hemos entendido que la lucha es una sola y es diferente en cada lugar. Hemos entendido de Marx que es una lucha necesaria, No obedece a capricho ni a conspiración de nadie.

No tengo el gusto de conocer a Jack Barnes, pero leyendo este artículo espero que algún día lo tengamos aquí con nosotros, y le podamos decir:

Sí, ha comenzado el invierno del capitalismo. Pero su invierno es nuestra primavera.


1. La Feria Internacional del Libro de La Habana se realiza en la fortaleza histórica sobre la Bahía de La Habana que se conoce como La Cabaña. Después del triunfo revolucionario de 1959 en Cuba, Ernesto Che Guevara fue el comandante de ese puesto de mando militar. La presentación de Nueva Internacional se hizo en la sala que Guevara usó como puesto de mando.
 
 
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