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Vol. 80/No. 6      15 de febrero de 2016

 
(portada)

¿Es bueno para trabajadores en
el Reino Unido seguir en la UE?

 
POR PETE CLIFFORD
MANCHESTER, Inglaterra—El gobierno del Partido Conservador del Reino Unido está decidido a organizar un referéndum sobre si el país debe permanecer como miembro de la Unión Europea, y quiere realizarlo este año. La decisión del primer ministro David Cameron de realizar el referéndum refleja cómo la presión de la larga y creciente crisis económica capitalista, y el creciente descontento entre las diferentes clases, está ocasionando cambios y fracturas en los partidos políticos.

Independientemente de los resultados, el papel de los gobernantes del Reino Unido en el mundo seguirá en descenso, la crisis en el Reino Unido se acelerará, y aumentará la desunión entre los estados miembros de la UE.

No hay ningún sector importante de los capitalistas del Reino Unido que favorezca una escisión de la UE. La unión de 28 países “es con mucho el socio comercial más grande del Reino Unido”, dice el informe más reciente sobre comercio del gobierno con el 45 por ciento de las exportaciones y el 53 por ciento de las importaciones.

La UE administra a sus países miembros con un sinfín de leyes y reglas que tratan de cuestiones desde los “derechos humanos” y las condiciones del trabajo, hasta la curvatura de las bananas importadas.

Muchos capitalistas pequeños del Reino Unido están enfurecidos por los altos costos dictados por la burocracia y los reglamentos de la UE.

El Reino Unido es uno de los nueve miembros de la UE que no han adoptado el euro como su moneda, y no es parte del área Schengen, en donde los viajeros no necesitan pasaporte para cruzar las fronteras.

El tratado de fundación de la UE dice que los estados miembros van a evolucionar hacia una “unión cada vez más estrecha”. Pero las contradicciones en su tamaño y fuerza han intensificado los conflictos entre los estados naciones que se exacerban como resultado de la creciente crisis capitalista. En meses recientes estas divisiones y discordias se han acelerado en reacción a la ola de refugiados que huyen de la devastación en Siria y otras partes del Medio Oriente y África del Norte. Los gobiernos europeos han reimpuesto su soberanía nacional y reforzado sus fronteras, en abierta contradicción con las normas de la UE.

Cameron afirma que él está presionando a los dirigentes de la UE hacia un “nuevo arreglo”, una “UE reformada” para defender mejor los intereses del Reino Unido. Al mismo tiempo, suavizó sus demandas para aumentar la posibilidad de que se logre un acuerdo. Sus propuestas incluyen permitir que el Reino Unido esté eximido de la meta de la UE de lograr una “unión cada vez más estrecha”, que se acepte que el euro no es la única moneda de la UE y poderes para los parlamentos nacionales —especialmente el de Londres —para vetar ciertas medidas legislativas de la UE.

La demanda clave de Cameron es que se acepte el derecho del Reino Unido de negarle durante cuatro años beneficios sociales a los trabajadores de la UE que migren al Reino Unido.

La canciller alemana Angela Merkel quiere que el Reino Unido permanezca en la UE. Berlín se preocupa de que una retirada británica acelere las tendencias centrífugas que están desgarrando la unión. Washington, un fuerte entusiasta de la membresía británica desde el principio, también favorece que se mantenga la continua membresía del Reino Unido.

El populista Partido Independiente del Reino Unido está haciendo campaña por un “Brexit”. El Partido Conservador está dividido. Alrededor de 100 miembros del parlamento del partido favorecen un voto en contra. Para quedarse en la UE, Cameron cuenta con el apoyo del dirigente del Partido Laborista Jeremy Corbyn, el grueso de la cúpula del movimiento sindical y el Partido Nacional de Escocia. Corbyn y los dirigentes sindicales afirman que la membresía de la UE ha protegido los derechos y las condiciones de los trabajadores en el Reino Unido.

Pero esto no concuerda con las experiencias de muchos trabajadores que enfrentan recortes de empleos, contratos de cero horas, salarios estancados y peores condiciones de trabajo. El cuestionar la membresía en la UE está ganando una amplia audiencia. Los trabajadores del país están considerando que posición en el referéndum los dañaría menos. “¿Qué hemos ganado de la UE?” dijo al Militante Brian Oregio, un trabajador en una planta de carne en Manchester. “Parece que es solo para las empresas”.

“A menos que oiga que Bretaña estará mejor afuera, voy a votar por permanecer”, dijo su compañero de trabajo Charles Kwalombota.

“Estoy a favor de Europa, pero hay demasiadas normas y reglamentos, y solo algunas de ellas son buenas para los trabajadores”, agregó Tyrone Sullivan. “Creo que deben frenar la inmigración también. En este momento no sé cómo voy a votar”.

A la vez que el debate continúa, la Liga Comunista ha postulado a Jonathan Silberman para alcalde de Londres.

“No hay ninguna ‘cosa’ llamada Europa que sea neutral para las diferentes clases. La UE es un club de los patrones”, explica Silberman. “Fue establecida para fortalecer a los gobernantes acaudalados contra sus rivales capitalistas, contra el pueblo trabajador, y para sostener los intereses imperialistas contra los pueblos oprimidos del mundo semi colonial. Instamos a los trabajadores a que voten a favor de un fin a la membresía del Reino Unido.

“Tanto la campaña por el ‘si’ como la campaña por el ‘no’ de los partidos capitalistas son nacionalistas y anti-obreras”, dijo. “Ellos empiezan con cuáles son los intereses de ‘Bretaña’. Los trabajadores con conciencia de clase comienzan con lo que favorece los intereses de la clase trabajadora.

“El reto que los trabajadores enfrentan es no esperar a que los gobernantes capitalistas los protejan —ya sea dentro o fuera de la UE”, dice el candidato de la Liga Comunista, “sino luchar por la acción política independiente y la solidaridad obrera internacional, para forjar un partido obrero que pueda movilizar al pueblo trabajador en una lucha revolucionaria por un gobierno de trabajadores y agricultores”.  
 
 
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