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Vol. 78/No. 30      25 de agosto de 2014

 
Negocian tras retirada de
fuerzas de Israel de Gaza
(portada)
 
POR SETH GALINSKY  
Continúan en Egipto las negociaciones entre Tel Aviv y Hamás a la vez que se reduce el asalto israelí contra Gaza. Los soldados israelíes completaron su retiro de la Franja el 5 de agosto, después de destruir la mayoría de los túneles de ataque a Israel de Hamás. Casi 2 mil residentes de Gaza han sido matados —más del 70 por ciento de ellos civiles, según Naciones Unidas— y alrededor de 10 mil han sido heridos. Alrededor de 250 mil de las 1.8 millones de personas de la franja han quedado desplazadas.

El asalto israelí, que comenzó el 7 de julio, es la tercera guerra de Tel Aviv contra Gaza desde 2008 —y la más devastadora— en represalia a los cohetes lanzados por Hamás y el Yihad Islámico contra áreas civiles de Israel. Con el apoyo de Washington, Tel Aviv realizó más de 4 900 incursiones aéreas y movilizó a 82 mil reservistas en la cumbre de la ofensiva. El sistema de defensa antimisiles Cúpula de Hierro financiado por Estados Unidos interceptó a 584 de los 3 460 cohetes lanzados por Hamás.

Según las Fuerzas de Defensa de Israel 64 soldados israelíes murieron. Tres civiles, incluyendo un árabe beduino ciudadano de Israel y un trabajador inmigrante de Tailandia, murieron de los cohetes y morteros de Hamás.

Más de 30 mil trabajadores en Gaza han perdido sus trabajos en 134 fábricas destruidas por los bombardeos israelíes, exacerbando la elevada tasa de desempleo, que ya había alcanzado el 50 por ciento. Sin energía para operar las instalaciones de tratamiento, las aguas negras fueron descargadas directamente en el océano sin tratamiento, contaminando a los peces y enfermando a los pescadores.

El precio de huevos se ha duplicado y los precios de papas y tomates se han triplicado. Casi la mitad de la población de Gaza depende ahora de ayuda alimenticia de Naciones Unidas para sobrevivir.

Gaza y la lucha de clases en Israel

En 2005 Tel Aviv terminó su ocupación de Gaza que duró 38 años. Pintándose como un representante más militante de la lucha palestina que Fatah, Hamás ganó las elecciones en Gaza en 2006. En choques sangrientos en junio de 2007 Hamás obligó a Fatah a retirarse de Gaza.

Después de que Hamás tomó control, Tel Aviv dejo de conceder permisos para entrar a Israel a miles de residentes de Gaza que trabajaban en Israel e hicieron casi imposible para que pudieran estudiar en el extranjero o visitar a parientes dentro de Israel o en la Margen Occidental.

Desde entonces Hamás ha quedado más aislada y ha perdido la ayuda que recibía de regímenes burgueses árabes en la región. Con sus finanzas y base de apoyo debilitados, en abril este año Hamás firmó un acuerdo con el presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abbas por un gobierno unido en Gaza y en la Margen Occidental. Pero el acuerdo ha estado repleto de conflictos y Tel Aviv ha estado presionando por la disolución del acuerdo y reemplazarlo por un gobierno de la AutoridadPalestina.

“Reconozco a Israel”, dijo Abbas, después de anunciar el acuerdo y dijo que el nuevo gobierno unido haría lo mismo, a pesar de que Hamás dijera que nunca reconocería a Israel.

“Estamos bien, a pesar de los 1 886 mártires… a pesar de los 10 mil heridos”, dijo el miembro del Buró Político de Hamás Osama Hamdan en un discurso en Marruecos el 9 de agosto, unos días después del retiro israelí. “Estamos bien. Cuatrocientos ochenta y seis de nuestros niños resultaron mártires en esta batalla, pero Alá nos ha bendecido con 4 500 bebés en su lugar”.

“Dijimos que en esta guerra el enemigo no cruzaría hacia Gaza, y efectivamente, fue derrotado en las afueras de Gaza”, dijo Hamdan.

“Perdimos en un instante todo por lo que habíamos trabajado durante 40 años”, dijo al New York Times el trabajador Fouad Harara en la Ciudad de Gaza. “La único que ganamos fue destrucción”.

“Estoy furioso con ambos lados,” dijo al Times Shuahir al-Najjar. Najjar perdió 30 de sus parientes y su hogar en Khuza’a, que fue demolido durante la guerra.

“Deberían de haber aceptado el alto al fuego”, dijo al Washington Post el maestro Hathem Mena en Beit Lahiya, Gaza, refiriéndose al rechazo de Hamás de una oferta egipcia poco después del comienzo del ataque israelí. “Hubiera detenido la caída de sangre.… La destrucción está en este lado no en el lado israelí”.
 
 
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