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Vol. 78/No.29      11 de agosto de 2014

 
Ucrania: Baja apoyo a
separatistas tras derribo
(artículo principal)
 
POR JOHN STUDER  
El vuelo MH17 de Malaysia Airlines de Amsterdam a Kuala Lumpur, Malasia, fue derribado en pleno vuelo el 17 de julio sobre territorio controlado por separatistas apoyados por Moscú en la parte oriental de Ucrania. Hay pruebas contundentes de que las fuerzas paramilitares de la llamada República Popular de Donetsk son los responsables de la muerte de los 283 pasajeros y 15 tripulantes.

El incidente ha acelerado la creciente impopularidad de los separatistas entre el pueblo trabajador de Ucrania, de Rusia y más allá. También ha ampliado las fisuras entre los propios separatistas.

Antes de que el derribo apareciera en los titulares internacionales, Igor Strelkov, agente ruso y autoproclamado comandante militar de la República Popular de Donetsk, publicó un mensaje en Vkontakte, un sitio web ruso muy popular, en el que se jactaba que los separatistas habían derribado un avión del gobierno de Ucrania. “Les advertimos que no vuelen en nuestros cielos”, dijo.

Fotos divulgadas por el gobierno ucraniano muestran a las fuerzas paramilitares conduciendo el 17 de julio un lanzador de misiles tierra-aire BUK de los rusos en el área donde el avión fue derribado. Fotos similares muestran al equipo siendo conducido de regreso a Rusia al día siguiente con un misil menos.

Durante los cuatro días siguientes los separatistas ocuparon el sitio del derribo, limitaron las actividades de los trabajadores de emergencia ucranianos y tomaron todo lo que pudieron, desde los cuerpos de las víctimas hasta la caja negra del avión.

Denis Pushilin, “presidente” de la República Popular de Donetsk anunció en Moscú el 18 de julio que iba a renunciar.

Ese mismo día, Sara Firth, una reportera del canal de televisión Rusia Hoy, controlado por Moscú, renunció en protesta por los esfuerzos de la estación de culpar al gobierno ucraniano por el derribo. “Ya no podía hacerlo más”, dijo. “Todos los días mentimos”.

Ilya Bogdanov, un teniente de alto nivel en el Servicio de Seguridad Federal de Rusia, anunció su deserción a Ucrania el 18 de julio. “No podía soportarlo más, porque la conciencia de una persona decente no puede mantenerse callada cuando se arrojan mentiras las 24 horas al día y 7 días a la semana a través de la televisión, la radio, los periódicos y el Internet”, dijo en un comunicado reportado en el canal 5 de Ucrania. “Estoy listo para luchar en el ejército ucraniano como un voluntario común porque quiero que esta guerra termine y que nuestros pueblos hermanos dejen de luchar”.

Los gobernantes capitalistas rusos, preocupados por la estabilidad política y las ganancias, están presionando por un cambio de dirección. “Creo que hay una sensación creciente de que ya se ha ido demasiado lejos”, dijo Olga Kryshtanovskaya, una socióloga rusa, al New York Times el 22 de julio.

El presidente Barack Obama impuso una nueva ronda de sanciones financieras después del derribo del avión, para restringir el acceso a los mercados capitales en Estados Unidos a la empresa petrolera Rosneft y a Gazprombank, la empresa bancaria internacional asociada con Gazprom, el monopolio estatal de gas natural y otras empresas.

Mientras tanto, el presidente Vladimir Putin está tratando de frenar las fuerzas incontrolables que su gobierno puso en marcha.

Bandas paramilitares siguen haciendo intentos de atacar a trabajadores e impedir la producción. El 12 de julio dispararon misiles a una mina activa cerca de Kurakhovo.

“La reunión del consejo del Sindicato Inde-pendiente de Mineros de Ucrania decidió el 3 de julio organizar a los trabajadores de la región de Donbass en guardias obreras”, dijo al Militante el 22 de julio Mikhailo Volynets, presidente del sindicato. “El propósito es proteger a los mineros y sus familias así como a los centros de trabajo de las agresiones de los separatistas pro rusos”.

“En las zonas mineras donde los separatistas están siendo expulsados, las plantas están reabriendo”, dijo Volynets. “Los mineros están recibiendo sus salarios, pensiones y otros pagos, que fueron suspendidos bajo el control de los paramilitares. Han reanudado las actividades sindicales y se están organizando para defender la soberanía y la unidad de Ucrania”.  
 
 
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