Vol. 78/No. 1      6 de enero de 2014

El Militante envía saludos de Año Nuevo a los casi 2.3 millones de trabajadores tras las rejas en cárceles estadounidenses, centros de detención de inmigración, instalaciones juveniles, cárceles del Buró de Asuntos Indios y prisiones militares.

Las condiciones impuestas a los trabajadores tras las rejas, entre ellos decenas de miles de personas en régimen de aislamiento, han recibido más atención como resultado de la acción política de los presos durante el último año, en particular la huelga de hambre de unos 30 mil presos en California.

Con solo el 5 por ciento de la población mundial, Estados Unidos cuenta con el 25 por ciento de los presos del mundo. Con 2.3 millones de prisioneros, no hay otra nación que se le acerque, ya sea en términos relativos o absolutos. La cifra total de personas atrapadas en el sistema penal de “justicia” estadounidense, que incluye aquellos en libertad condicional, llega a 7 millones.

El número de reos ha crecido cinco veces en las últimas tres décadas. Impulsado en gran parte por condenas en base a cargos falsos y acuerdos con los fiscales, el 95 por ciento de todos los prisioneros nunca tuvieron un juicio. La inmensa mayoría es de la clase obrera y de manera desproporcionada de afroamericanos. El número de trabajadores que cumplen cadena perpetua ha crecido drásticamente de 34 mil en 1984 a 159 mil hoy en día, el 47 por ciento de los cuales son negros.

Al ser liberados, millones son categorizados como “delincuentes” y puestos al final de la cola para puestos de trabajo, y a menudo se les niegan los derechos de los demás ciudadanos: el voto, cupones de alimentos, préstamos estudiantiles, etc. Lejos de brindar una rehabilitación, el sistema carcelario está organizado para desmoralizar y degradar a los trabajadores que se ven atrapados en sus garras. No es una mancha en la democracia estadounidense, sino su verdadero rostro —un microcosmos de las relaciones sociales bajo la dictadura del capital y los crueles valores de perro-come-perro en su corazón podrido.

Una gran proporción del pueblo trabajador hoy en día tiene un pariente, compañero de trabajo o amigo encarcelado o que ha estado encarcelado. Uno de cada 18 hombres está en la cárcel, en libertad condicional o bajo palabra.

Esa es una razón por la cual los comunistas que llevan el Militante de puerta en puerta en barrios obreros encuentran interés y apoyo para los Cinco Cubanos —Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, Ramón Labañino, René González y Fernando González— cinco revolucionarios ejemplares de la clase obrera condenados y encarcelados por el gobierno estadounidense por defender la Revolución Cubana.

Hacemos llegar nuestra solidaridad a todos los presos políticos, entre ellos el luchador independentista puertorriqueño Oscar López Rivera, encarcelado 32 años, 12 en confinamiento solitario; el activista indígena americano Leonard Peltier; Mumia Abu-Jamal; los Dos de Omaha, Mondo we Langa y Ed Poindexter, encarcelados en un caso amañado hace 43 años cuando eran jóvenes miembros del Partido Pantera Negra; y Lynne Stewart, encarcelada bajo cargos falsos por proveer servicios legales a muchos que enfrentan ataques del gobierno y quien padece de cáncer y está solicitando una excarcelación compasiva.

Celebramos la excarcelación de Nadezhda Tolokonnikova y Maria Alyokhina, dos integrantes de la banda punk de protesta Pussy Riot en Rusia.

En los últimos meses, el Militante ha luchado y ganado una serie de batallas contra la censura del periódico en las cárceles por informar sobre la huelga de hambre en California contra el régimen de aislamiento y otros abusos. Estamos orgullosos del historial del Militante en defender los derechos de los compañeros trabajadores tras las rejas. Extendemos nuestra solidaridad a otros periódicos, como el San Francisco Bay View, Prison Legal News y Prison Focus, que dan voz a los presos que se organizan para luchar contra las condiciones brutales que enfrentan cada día.

El número de lectores del periódico que se encuentran en la cárcel sigue aumentado. Muchos se encargan de hacer que el periódico circule entre muchos más presos. Algunos lo utilizan como base para grupos de estudio sobre la política actual.

El Militante se enorgullece de ofrecer suscripciones gratis o con tarifas reducidas a los presos. Contribuya al Fondo para Presos del Militante para ayudarnos a continuar esta tradición obrera.
 
 
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