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Vol. 76/No. 27      23 de julio de 2012

 
Newburgh, NY: Se desmorona
versión de la policía
 
POR EMMA JOHNSON  
NEWBURGH, Nueva York —Cuando Michael Lembhard, de 22 años de edad, fue muerto a balazos por unos policías aquí el 7 de marzo, su familia decidió emprender una lucha. Ellos nunca creyeron la versión de la policía sobre los sucesos, ni tampoco sus excusas por la muerte de Lembhard.

Aunque la autopsia fue realizada el 9 y 10 de marzo en la presencia de los médicos forenses, representantes de la policía estatal y de la policía municipal y los asistentes fiscales del condado de Orange, la familia no recibió el informe de la autopsia sino hasta el 13 de junio. El informe confirmó sus peores sospechas. Reveló que Lembhard había recibido quince balazos, ocho de ellos en la espalda.

“No hicieron nada. Intentaron correr un velo sobre el asunto, con la esperanza de que nos diéramos por vencidos”, dijo al Militante Arlene Coolidge, la madre de Michael.

Al ser perseguido por cuatro policías del escuadrón anti-crimen de la ciudad, Lembhard huyó a la casa de su hermana y cerró la puerta tras de sí. Los policías se metieron a la casa y le dispararon, y dicen que él los amenazó con un cuchillo.

En una conferencia de prensa el 18 de junio, miembros de la familia hablaron sobre su lucha y mostraron el informe. Este demuestra que diez de las balas atravesaron el cuerpo de Lembhard y que cinco de ellas quedaron adentro. Más de la mitad de los tiros tuvieron una trayectoria hacia abajo. Ocho le pegaron en las partes traseras de su torso, brazos y piernas.

“No me sorprendió el informe”, dijo al Militante Mark Coolidge, el tío de Michael. Hice una investigación cuidadosa del apartamento donde le dispararon. Encontré 14 agujeros de bala, dos de ellos en el piso”.

Coolidge ha compilado un cuaderno con fotos y bosquejos que detallan cómo quedó el apartamento después del tiroteo. El lo limpió, le puso números a cada uno de los agujeros de bala, indicó la trayectoria de las balas con flechas y la ubicación de las puertas.

“Lo comparé con la versión de la policía”, explicó. “No hay nada en su historia que tenga sentido. Nada. Lo asesinaron”.

Gosford Lembhard, el hermano mayor de Michael, dijo, “Ya basta. Esto tiene que parar. Tenían la intención de matarlo. Y lo mataron”.

La familia ha logrado ganar el apoyo de grupos comunitarios locales y de otras familias que tienen parientes que han muerto a manos de la policía. Se han manifestado frente la oficina del fiscal del condado de Orange, Frank Phillips, exigiendo su dimisión. Han hablado en casi todas la reuniones del consejo municipal desde que tuvo lugar el incidente, exigiendo una investigación especial.

El consejo municipal de Newburgh ha enviado cartas a las autoridades del condado de Orange y a la legislatura estatal para que nombren fiscales especiales para todos los casos de muerte a manos de la policía. “Un fiscal especial en el caso de Michael”, comentó Edith King, tía de Michael, “aunque sea algo pequeño, sería mucho para nosotros”.En la reunión del consejo municipal que tuvo lugar después de la conferencia de prensa del 18 de junio, la familia instó a los miembros del consejo a que despidieran a los policías involucrados en el tiroteo, y que se levantaran cargos contra ellos. El abogado de la familia, Michael Sussman, ha exigido que la ciudad presente cargos contra los policías y que los remuevan de las calles permanente.

Ese mismo día dieron comienzo los procedimientos del gran jurado. Los familiares que estaban en el apartamento donde le dispararon a Lembhard presentarán testimonio.

“Poco a poco su historia se está haciendo añicos”, dijo Juanita King, la prima de Michael. “Hemos llegado hasta este punto, porque hemos resistido y no nos hemos dado por vencidos. Ellos no han hecho nada. Nosotros hemos hecho mucho más de lo que se puede pedir de nosotros. No sé donde va a terminar, solo que tenemos esperanza. Pero seguiremos luchando”.

La muerte de Lembhard ocurrió tras las muertes de dos hombres afroamericanos a manos de la policía en el valle del Rio Hudson. Kenneth Chamberlain, de 68 años de edad, a tiros por policías de White Plains el 19 de noviembre. Herve Gilles, de 48 años de edad, por policías de Spring Valley el 14 de diciembre. Ambos casos fueron presentados a un gran jurado. En ambos el jurado decidió no presentar cargos contra los policías responsables.  
 
 
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