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Vol. 76/No. 25      25 de junio de 2012

 
Menos derechos, más ‘drones’
—según Obama es legítimo
(portada)
 
POR BRIAN WILLIAMS  
Durante su campaña para presidente en 2008 el presidente Barack Obama condenó los ataques contra los derechos constitucionales y las operaciones militares que caracterizaron la “guerra contra el terror” de la administración de George W. Bush. El segundo día de su mandato, Obama emitió varias órdenes ejecutivas como símbolo de la ruptura con el pasado de la nueva administración y prometió “restaurar los estándares del proceso legal y … los valores constitucionales centrales”.

Pero en los últimos tres años y medio, en realidad Obama ha profundizado los ataques, ha fortalecido los poderes ejecutivos de su cargo y ha establecido nuevo precedentes legales para legitimar aspectos claves de estos ataques —desde las detenciones indefinidas y los tribunales militares hasta las órdenes presidenciales para asesinar a ciudadanos estadounidenses. A diferencia de su antecesor, Obama se ha involucrado íntimamente en la dirección de operaciones para cazar-matar realizadas por pilotos de aviones teledirigidos y escuadrones asesinos desde Pakistán a Yemen y Somalia.

Uno de los decretos ejecutivos inaugurales de Obama fue la promesa de cerrar la infame prisión militar en la Bahía de Guantánamo, Cuba, en un año. Hoy en día aún sigue operando con 169 prisioneros.

La “letra pequeña” de la orden dejaba claro que el presidente no estaba retando la detención indefinida de prisioneros sin presentar cargos. Prisioneros “cuya libertad o traslado no hayan sido aprobados”, decía la orden, “serán evaluados para determinar… si es factible enjuiciarlos”.

Dos meses después la administración presentó su primer documento ante la corte defendiendo la detención militar indefinida de prisioneros en Guantánamo bajo los poderes ejecutivos de periodos de guerra. En mayo de ese año Obama defendió su prerrogativa de detener indefinidamente a “los que no pueden ser enjuiciados pero presentan un peligro claro”.

Otra orden ejecutiva firmada durante el segundo día de su presidencia anunciaba el cierre de “instalaciones de detención” secretas de la CIA. La orden incluía una cláusula que decía que las “instalaciones de detención … no se refiere solo a instalaciones utilizadas para detener gente a corto plazo, transitoriamente”.

El hecho que los términos “corto plazo” y “transitoriamente” quedaron sin definir, permitió que la CIA continuara su práctica de “traslados extraordinarios” a otros países para realizar “interrogaciones reforzadas”, con un nuevo aire de legitimidad. En septiembre de 2010, una corte de apelaciones de Estados Unidos falló a favor de la administración de Obama, al rechazar una demanda de cinco víctimas de tortura bajo el programa de traslados de la CIA, basándose en el privilegio de los “secretos de estado” del gobierno.

En la primera semana de su mandato, el presidente Obama suspendió las comisiones militares en Guantánamo. En marzo de 2011 Obama emitió una orden ejecutiva para continuarlas con algunos cambios pequeños. Aproximadamente tres decenas de ellas han sido designadas por la presente administración a confrontar “justicia” militar en la cual el Pentágono asigna oficiales militares que son a la vez juez y jurado y se permite el uso de pruebas secretas y testimonio indirecto.

Desde que asumió su cargo la administración de Obama ha realizado casi 300 ataques con vuelos teledirigidos, según la página web de Long War Journal; seis veces más que durante la totalidad de la administración de Bush.

El presidente ha tomado un interés particular en la campaña de asesinatos remotos. “Obama se ha puesto así mismo al mando de un proceso secreto de “nominaciones” para designar terroristas para que sean asesinados o capturados, en el cual la referencia a captura se ha convertido en algo teórico”, dijo un artículo del 29 de mayo del New York Times titulado “La lista secreta de asesinatos es una prueba de los principios y la voluntad de Obama”.

El presidente aprueba cada nombre que está en la lista y todo ataque en Yemen y Somalia, así como también muchos de los “ataques complejos y arriesgados en Pakistán”, dijo el Times. “Aproximadamente cada semana, más de 100 miembros del masivo aparato de seguridad nacional se reúnen, por teleconferencia secreta a través de video, para estudiar las biografías de los sospechosos de terroristas y recomendarle al presidente quién debe ser el próximo en morir”, informó el periódico. cuéntale número oficial de bajas de civiles se mantiene reducido ya que cuentan a todos los hombres en una zona de ataque como combatientes, dijeron al Times funcionarios no nombrados.

El pasado septiembre un ataque desde un vuelo teledirigido en Yemen mató a Anwar al-Awlaki, un ciudadano norteamericano, después de que Obama anunciara haberlo incluido en la lista de blancos para asesinato. Tal decisión fue “fácil” dijo Obama a sus asociados, según el Times.

Luego del asesinato, la administración declaró que el presidente tiene autoridad de asesinar a ciudadanos que presentan una “amenaza inminente” si “la captura no es factible”, como lo explicó el procurador general Eric Holder en un discurso del 5 de marzo en la facultad de derecho de la Universidad Northwestern. Refiriéndose a la prohibición de quitar la vida sin proceso debido legal que garantiza la Quinta Enmienda a la Constitución, Holder dijo que “proceso debido” y “proceso judicial” no son uno y el mismo. Es decir, con tal de que la administración lo haya pensado y el Congreso no se queje, no hay que preocuparse, todo va bien.  
 
 
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