Vol. 76/No. 19      14 de mayo de 2012

Después de un cierre patronal de 14 meses, los 200 sindicalistas regresaron a trabajar en el otoño de 2011. Ellos lograron detener las demandas de la compañía para eliminar los derechos de antigüedad y recortar salarios y pensiones, y convirtieron el cierre patronal en una lucha por solidaridad.

“Durante la lucha avanzó un nuevo grupo de trabajadores”, dijo Stephen Lech. “La junta ejecutiva no podía hacerlo todo así que muchos de los trabajadores más jóvenes asumieron la responsabilidad de organizar las líneas de piquetes y la solidaridad”. Lech de 34 años es el nuevo presidente electo del Local 7-669.

Los trabajadores de Honeywell se sumaron a otras luchas desde la de Madison, Wisconsin, donde los trabajadores públicos protestaron contra los ataques del gobierno del estado contra su sindicato, hasta la de Keokuk, Iowa, donde los trabajadores procesadores del maíz lucharon contra un cierre patronal de 10 meses de Roquette America.

Llevaron su lucha a la reunión de accionistas de Honeywell en Morristown, Nueva Jersey. Se sumaron a otros grupos en Los Angeles que tomaron parte en la lucha contra la ley antiinmigrante en Arizona, y en mítines de trabajadores en Indianápolis y Washington.

“Ahora el acoso contra los trabajadores en el trabajo es cosa diaria”, dijo Lech. “La compañía está haciendo exámenes de drogas y de alcohol al azar”. El describió como mandaron a un trabajador a un examen de drogas cuando lo vieron fumando un cigarrillo en el estacionamiento de la compañía.

Desde que terminó el cierre patronal han despedido a siete trabajadores algunos como a Steve Allen, por supuestos incidentes en la línea de piquetes. La compañía acusó a Allen de romper la ventana de un carro de uno de los que cruzaron la línea de piquetes, a pesar de que la policía no presentó cargos por falta de pruebas.

Rick McConneell fue despedido en diciembre por supuesta mala conducta en el trabajo. Ellos son dos de los miembros sindicales más activos que no faltaron a una sola línea de piquetes o a una manifestación”, dijo Lech. “La compañía los despidió para quitarnos a nuestros lideres, y el sindicato está luchando para ganar el trabajo de todos los despedidos.

“No me arrepiento de nada de lo que hice. Aprendí mucho”, agregó McConnell. “No quiero tener que volverlo a hacer, pero si lo tengo que hacer, haré un trabajo mejor”.

Christian Musselman, un operador de célula de flúor con ocho años de servicio en la planta fue parte de un grupo que viajó a Marcus Hook, Pensylvania durante el cierre patronal, para ganar apoyo de los obreros de la refinería de petróleo. “La compañía trata a los trabajadores de mantenimiento tan mal que algunos están tratando de obtener trabajos de producción”, dijo. Bajo el nuevo contrato la compañía puede ocupar puestos vacantes de mantenimiento a través de agencias contratistas.

Aproximadamente 100 de los trabajadores actuales en la planta fueron contratados por el Shaw Group Inc, una compañía que suministró esquiroles durante el cierre patronal.

“Muchos de nosotros ahora entienden que nuestra lucha es contra la compañía no en contra de los trabajadores de reemplazo. Ellos no impusieron el cierre patronal, lo hizo la Honeywell”, dijo Lech. “A ellos los despiden al igual que a nosotros. Muchos de ellos no pueden pagar los beneficios de salud. Ahora todos trabajamos juntos y tenemos que tenernos confianza entre nosotros para mantener la seguridad en este trabajo tan peligroso”.

El sitio web del Local 7-669 del USW continúa el trabajo que hizo durante el cierre patronal manteniendo informados a miembros y partidarios de la lucha diaria en la planta. “Salimos del cierre patronal como un sindicato más fuerte, con más experiencia”, dijo Lech “y continuaremos luchando para lograr el regreso de todos los trabajadores despedidos.
 
 
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