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Vol. 76/No. 2      16 de enero de 2012

 
Washington exige que Cuba
excarcele a agente de EUA
(portada)
 
POR LOUIS MARTIN  
Una campaña de mentiras y tergiversaciones ha acompañado a las arrogantes exigencias de Washington de que el gobierno cubano excarcele a Alan Gross, un agente del gobierno norteamericano.

Los recientes artículos y opiniones en la prensa capitalista estadounidense han atraído más atención al caso y a las demandas imperialistas, impulsando a que la Sección de Intereses de Cuba en Washington emitiera una declaración el 2 de diciembre para responder a la propaganda falsa y aclarar la posición del gobierno cubano (Ver declaración adjunta).

Un día antes de que se emitiera la declaración cubana, el senador Benjamin Cardin y el representante Christopher Van Hollen mandaron cartas firmadas por más de 70 miembros del congreso a la Sección de Intereses exigiendo la libertad incondicional de Gross.

Las autoridades cubanas tienen que “excarcelar inmediatamente al señor Gross”, exigió el vocero de la Casa Blanca Jay Carney el mismo día. La posición de la administración de Barack Obama ha sido que no puede haber diálogo para mejorar las relaciones entre Washington y La Habana hasta que Gross sea excarcelado.

Gross, un supuesto contratista, fue sentenciado en marzo a 15 años de cárcel en Cuba por distribuir equipos sofisticados de comunicación por satélite a individuos y grupos escogidos de la isla, como parte de un programa del departamento de estado de Estados Unidos para minar la Revolución Cubana y su gobierno.

Gross trabajaba para Development Alternatives Inc. (DAI) bajo el programa USAID del departamento de estado, cuyo declarado objetivo es “promover los intereses de la política exterior de Estados Unidos para extender la democracia y el mercado libre”.

DAI era el principal contratista de USAID, habiendo recibido más 2 700 millones de dólares entre 2000 y diciembre de 2009, justo antes del arresto de Gross. Gross había recibido más de 500 mil dólares por su trabajo durante cinco viajes breves a Cuba en 2009.

Un aspecto clave de la propaganda de Washington es que Gross estaba en Cuba simplemente para ayudar a la comunidad judía allí a conectarse al Internet.

Según Prensa Asociada, “Los dirigentes de los dos principales grupos judíos han negado haber trabajado con Gross. La Agencia Telegráfica Judía reportó que “los principales grupos judíos en Cuba han negado haber tenido contacto alguno o conocimiento de Gross o el programa”.

En marzo, el ex presidente James Carter fue a Cuba y visitó a Gross en la cárcel. Después de reunirse con dirigentes de la comunidad judía, Carter dijo que, “Ellos dicen que tienen libertad de culto total y adecuada comunicación por Internet con el mundo exterior, y que no habían tenido contacto substancial con Alan Gross”.

La creciente discusión sobre el caso y la declaración del gobierno cubano tienen lugar en un contexto de especulación y opiniones sobre la idea de un intercambio de prisioneros entre Washington y La Habana: Gross por los Cinco Cubanos detenidos en cárceles norteamericanas.

Los Cinco Cubanos —René González, Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, Fernando González y Ramón Labañino— fueron arrestados en 1998 por el FBI, posteriormente acusados bajo falsos cargos y encarcelados por el gobierno estadounidense bajo una serie de cargos fabricados de “conspiración”.

Los cinco habían estado viviendo y trabajando en Florida, recopilando información para el gobierno cubano sobre las actividades de grupos contrarrevolucionarios cubanos que tienen un largo historial de ataques violentos y actos de sabotaje contra el pueblo cubano.

El 7 de septiembre, el columnista de USA Today, DeWayne Wickham, escribió un artículo de opinión importante titulado “Intercambiar los ‘Cinco cubanos’ por el contratista estadounidense”.

El Los Angeles Times publicó el 6 de diciembre una columna de opinión similar por William LeoGrande, director de la Escuela de Asuntos Públicos en la universidad Washington American University, y Peter Kornbluh, un analista de alto rango del Archivo de Seguridad Nacional de la universidad George Washington.

Después de visitar a Gross en noviembre, el rabino David Séller, de Maryland, reportó que Gross “pensaba que Estados Unidos y Cuba podrían [intercambiar]lo por los Cinco Cubanos”.

El mismo día que la carta del Congreso y la Casa Blanca exigió la libertad incondicional de Gross, Judy Gross, la esposa de Alan Gross, negó que su marido apoyaba la idea de un intercambio. “Alan me lo ha dejado claro a mí y a otros…que a él nunca lo han comparado con los cinco, y que de ninguna manera esta abogando por tal intercambio”. Alrededor de esa fecha, Judy Gross empezó a organizar vigilias cada lunes frente a la Sección de Intereses de Cuba.

Uno de los Cinco Cubanos, René González, fue excarcelado el 7 de octubre después de cumplir más de 13 años de una condena de 15 años. Le ordenaron que permanezca en Estados Unidos para servir tres años de libertad vigilada, un castigo poco común para ciudadanos de otro país, que generalmente son deportados a su país al salir de la cárcel. Los otros cuatro revolucionarios cumplen condenas que van de los 17 años y nueve meses a doble cadena perpetua más 15 años.

A diferencia de Gross, los Cinco Cubanos han sido objeto de cargos falsos, sentencias extraordinariamente largas y el barbarismo de las prisiones norteamericanas, incluyendo largos períodos en confinamiento solitario. Mientras que Gross ha podido ver a su familia y recibir visitas, a René González y Gerardo Hernández se les ha negado el derecho elemental de ver a sus esposas.
 
 
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