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Vol. 74/No. 46      6 de diciembre de 2010

 
Nueva Zelanda: 29 mineros
atrapados tras explosión
(portada)
 
POR MIKE TUCKER  
AUCKLAND, Nueva Zelanda, 22 de noviembre—Una explosión enorme arrasó con la mina de carbón Pike River el 19 de noviembre. A cuatro días de la explosión todavía no se ha establecido contacto con los 29 mineros atrapados bajo tierra.

Otros dos mineros que se encontraban a cierta distancia de la explosión, perdieron el conocimiento por el exceso de monóxido de carbono pero se recuperaron y pudieron llegar a la superficie. Se cree que los sistemas de ventilación defectuosos llevaron a la acumulación de metano, lo que causó la explosión.

La policía y los funcionarios de la mina negaron la entrada a los equipos de rescate, alegando que los altos niveles de gas planteaban el riesgo de otra explosión. Algunos compañeros de trabajo y familiares de los mineros desaparecidos instaron a los funcionarios a que dejaran entrar al personal de rescate.

Según Daniel Rockhouse, uno de los dos mineros que logró escapar, los mineros desaparecidos estaban a casi dos millas de la entrada y la explosión probablemente ocurrió a casi media milla detrás de ellos.

Pike River es una mina nueva que empezó a enviar carbón a Asia el año pasado. Su primera entrega de coque de alta calidad se produjo en febrero. Un túnel subterráneo de más de una milla de longitud se extiende por el interior de la montaña. Desde el principio, el proyecto se ha caracterizado por el fracaso en cumplir los plazos para su construcción y metas demasiadas ambiciosas de producción. Además, el potencialmente explosivo gas metano fue encontrado en volúmenes mayores de los esperados a medida que los excavadores de túneles se acercaban a la veta de carbón.

Retrasada en sus objetivos y con fondos destinados a durar solo hasta diciembre, en semanas recientes la compañía ha intentado aumentar la producción.

En sus comentarios a la prensa el 22 de noviembre, Peter Whittall, director de Pike River, dijo que no existían razones para sentirse alarmados antes de la explosión. Pero otros lo ven de otra manera.

Un ingeniero de minas australiano vinculado a la mina de Pike River dijo al New Zealand Herald que las normas de operación eran “pésimas” y que los mineros tenían “preocupaciones serias en cuanto a seguridad”. Y agregó que durante el año pasado hubo varios incidentes en los que se habían alcanzado altos niveles de metano. “Hace dos o tres semanas los ventiladores de la mina dejaron de funcionar y la mina entera se lleno de gas”, dijo, y “tomó 20 horas despejar la mina”.

En respuesta al número creciente de muertes y accidentes mineros en los últimos años, el sindicato que organiza a los mineros del carbón ha llamado a volver a la práctica de tener inspectores de mina nombrados por el gobierno presentes en la mina durante la producción, revisando la seguridad en cada turno. Esta práctica fue abandonada hace unos 20 años.  
 
 
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