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Vol. 74/No. 45      November 29, 2010

 
Joven de Canadá sentenciado
en tribunal en Guantánamo
 
POR ANNETTE KOURI  
MONTREAL—Omar Khadr, uno de los detenidos en la base naval norteamericana de Guantánamo, Cuba, se declaró culpable de lo que el gobierno norteamericano llama cargos relacionados al terrorismo. Khadr tenía 15 años de edad cuando fue herido de bala y capturado en Afganistán hace más de ocho años.

Khadr fue encontrado culpable y sentenciado por una comisión militar en la que el juez y el “jurado” son personal militar nombrado por el Pentágono. Los fiscales pueden usar rumores como testimonio y evidencia secreta. En el tribunal, los fiscales pueden usar como “evidencia” declaraciones obtenidas a través de palizas, amenazas y formas de tortura. A los acusados también se les niega el derecho de ver y retar evidencia secreta que se use en su contra.

Hasta ahora Khadr había sostenido su inocencia y había disputado los procedimientos judiciales y las condiciones en Guantánamo. Su declaración de culpabilidad lo libró de la posibilidad de recibir la cadena perpetua. Fue sentenciado a 40 años de cárcel, pero como parte del acuerdo que hizo al declararse culpable solo tendrá que cumplir un año más en Guantánamo y después será enviado a Canadá para cumplir unos posibles siete años de cárcel más.

Khadr es un ciudadano canadiense y el gobierno canadiense se sumó a la abrogación de los derechos civiles de Khadr desde que fue arrestado por las autoridades norteamericanas. En 2003 la inteligencia canadiense interrogó a Khadr en Guantánamo bajo condiciones de intensa privación de sueño. En enero de 2010 la Corte Suprema de Canadá reconoció esto como una violación de los derechos humanos de Khadr. En su fallo, la corte acordó con cortes canadienses inferiores que el gobierno canadiense debería solicitar la repatriación de Khadr. La decisión, sin embargo, declaró claramente que esto era una recomendación al gobierno canadiense, no una exigencia.

Incluso el principal periódico capitalista canadiense, el Globe and Mail, comentó recientemente sobre “el proceso improcedente de Omar Khadr” y el papel de Canadá en dicho proceso. “Cuarenta y ocho años por ofensas de terrorismo realizadas en esas circunstancias a la edad de 15, el sistema militar-judicial está ciego a cualquier noción de aplicar estándares morales diferentes para los jóvenes”, decía el periódico.

“¿Y que papel desempeñó Canadá?” continuó el editorial. “Vergonzosamente, mandó a su oficial para intimidarlo a que diera información comprometedora que luego le dio a sus fiscales, un acto que la Corte Suprema de Canadá condenó unánimemente. El gobierno canadiense luego declaró, ‘Dejemos que el proceso funcione’. Qué proceso”.
 
 
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