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Vol. 74/No. 45      29 de noviembre de 2010

 
Pena de 2 años a policía
que mató a Oscar Grant
(especial)
 
POR JAMES HARRIS  
LOS ANGELES—Johannes Mehserle fue condenado a una pena de prisión de dos años en la Corte Superior de Los Angeles el 5 de noviembre. Mehserle es el primer policía activo en enfrentar un juicio de homicidio por causar una muerte en 15 años en California y el primero en ser encontrado culpable por matar a un hombre negro en el área de la Bahía de California.

Mehserle fue declarado culpable de homicidio involuntario en la muerte de Oscar Grant, un trabajador de supermercado de 22 años de edad, el primero de enero de 2009 mientras Grant estaba boca abajo en el andén de una estación de tren en Oakland. Los abogados defensores de Mehserle declararon que el sacó su arma equivocadamente cuando tenía la intención de usar una pistola Taser contra Grant. Los fiscales disputaron esta defensa, señalando que Mehserle no mencionó la historia de la Taser hasta días después del tiroteo.

La muerte de Grant fue presenciada por un gran número de personas que se encontraban en el andén, y algunos de ellos filmaron los eventos con sus teléfonos celulares. Las imágenes muestran a Mehserle disparándole a Grant boca abajo e indefenso.

El juicio y la sentencia de Mehserle se llevaron a cabo en Los Angeles debido a que sus abogados defensores lograron ganar que se cambiara el sitio del juicio al argumentar que la publicidad sobre la muerte de Grant en el Area de la Bahía era demasiada para que Mehserle recibiera un juicio justo.

El juez Robert Perry leyó su veredicto a las 50 personas hacinadas en la pequeña sala del tribunal. Sólo había cinco asientos para personas del público, las cuales fueron seleccionadas a través de un sorteo. Así fue como este reportero logró entrar. La mayoría de los asientos estaban reservados para los miembros de las familias de Mehserle y Grant y para los principales medios de comunicación.

Antes del veredicto, Perry leyó de algunas de las miles de cartas sobre el caso que dijo haber recibido. Dijo que lo indignaron en particular las cartas que llamaban la atención al racismo sistémico en el sistema de justicia criminal de Estados Unidos. Estos puntos de vista estaban en contradicción con el hecho de que el país había elegido a un presidente afroamericano, declaró.

Perry enfureció a muchos de los presentes cuando dijo que para él el caso era muy difícil. Dijo que en realidad habían dos tragedias, la primera que Oscar Grant había perdido la vida y la otra que Mehserle había perdido una carrera prometedora.

Perry se pasó tanto tiempo expresando su simpatía por Mehserle, al mismo tiempo que alentaba a los abogados defensores a que presentaran peticiones para anular el juicio, que muchos de los que estaban en la sala se salieron antes de escuchar la sentencia. Los partidarios de la familia Grant asumieron que Perry iba a poner a Mehserle en libertad. Con renuencia evidente, el juez lo sentenció a dos años de cárcel —la pena mínima— menos los 292 días ya servidos.

Antes del veredicto, los abogados de Mehserle persiguieron agresivamente varias mociones para anular el veredicto de culpabilidad y para obtener un nuevo juicio. El juez Perry discutió cada una de ellas, examinando sus pros y sus contras. Estuvo de acuerdo con el abogado del policía que había dado instrucciones erróneas al jurado que las leyes de circunstancia especial por el uso de arma de fuego podían aplicarse a la sentencia de homicidio involuntario. En el caso de Mehserle, estas leyes podrían haber añadido 10 años a la sentencia.

Las leyes de circunstancia especial por el uso de arma de fuego aumentan la pena cuando se utiliza un arma de fuego en la comisión de un delito. Estas leyes son usadas típicamente contra los acusados de la clase trabajadora, especialmente los negros y latinos.

Una pequeña manifestación frente al tribunal después del juicio denunció la leve sentencia.

En Oakland tuvo lugar frente a la alcaldía una manifestación en la que participaron cientos de personas, y en la que un orador tras otro expresaron su indignación a las decisiones del juez. Después de la manifestación algunos de los participantes iniciaron una marcha hacia la estación de tren de Fruitvale. En el camino cientos de policías con equipo antidisturbios rodearon a los manifestantes. Aprovechando que algunos estaban tirando piedras, arrestaron a más de 150 personas bajo cargos de vandalismo, reunión ilegal y alteración del orden público.  
 
 
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