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Vol. 74/No. 44      22 de noviembre de 2010

 
Movimiento obrero comunista versus el
socialismo panafricano, un intercambio
(especial)
 
A continuación presentamos un intercambio entre Sobukwe Shukura y Steve Clark sobre cuestiones planteadas en un artículo en la edición del Militante del 12 de julio.

El artículo escrito por Clark se titulaba, "El movimiento comunista y los panafricanistas". Se trataba sobre los divergente puntos de vista expresados por Shukura y Clark en una mesa redonda sobre el libro Malcolm X, la liberación de los negros y el camino al poder obrero por Jack Barnes que tuvo lugar en mayo. El evento fue auspiciado por la Biblioteca de Investigaciones sobre la Cultura e Historia Afroamericana de la Avenida Auburn.

El Militante invitó a Shukura a responder al artículo de Clark. También invitamos a Clark a responder. Los dos artículos están incluidos aquí para que los lectores puedan ver el intercambio completo en la misma edición del periódico.
 

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En defensa del panafricanismo

POR SOBUKWE SHUKURA  
En junio apareció en el Militante un artículo por Steve Clark sobre una presentación en la Biblioteca de Investigaciones de la Cultura e Historia Afroamericana de la Avenida Auburn en Atlanta que se enfocó en la última obra sobre Malcolm X de Libros Pathfinder, Malcolm X, la liberación de los negros y el camino al poder obrero. Steve Clark y yo teniamos interpretaciones muy distintas del libro. Este artículo nos proporciona a los revolucionarios panafricanistas una segunda oportunidad para discutir públicamente las cuestiones planteadas en la discusión en la biblioteca y en el Militante.

En la página 369 de Malcolm X, la liberación de los negros y el camino al poder obrera escrito por Jack Barnes y editado por Steve Clark, la primera oración completa dice, “Malcolm iba rumbo a hacerse comunista”. A continuación dice en la página 370, “El hecho de reconocer y acoger el liderazgo político de talla mundial de revolucionarios que son negros—ya sea un africano-americano como Malcolm X o dirigentes como Maurice Bishop y Thomas Sankara— no conduce políticamente a los trabajadores o jóvenes militantes hacia el nacionalismo o el panafricanismo”.

Estas afirmaciones dicen mucho, primero, sobre el arrogante rechazo del panafricanismo revolucionario por parte de Jack Barnes, y segundo, sobre sus intentos de reescribir y apoderarse de la historia de El Hajj Malik El-Shabazz (Malcolm X). Primero vamos a examinar lo de El Hajj Malik El-Shabazz. Dejemos claro, que él construyó dos organizaciones después de dejar la Nación de Islam: La Organización de la Unidad Afroamericana (OAAU) y la Mezquita Musulmana, Inc. La OAAU fue la organización política que él formó, pero Jack Barnes nos dice, en la página 384 que debemos pasar por alto la “Declaración de Fines y Objetivos Básicos” de 1964 y el “Programa Básico de Unidad” de 1965.

Ambos documentos hacen un llamado a la unidad entre los africanos en el Oeste y los africanos en Africa. Aun si vamos a ignorar los documentos organizativos de Malcolm, tenemos que escuchar sus discursos que llaman no solo a la unidad entre los africanos en Estados Unidos, sino además a la unidad de africanos (afroamericanos) en el Hemisferio Occidental. Declara que lo que hará avanzar las luchas del pueblo africano en Estados Unidos “es la independencia de Africa”.  
 
Malcolm X y el comunismo
Lo que no se menciona el artículo, es que en la noche en que presentamos el libro yo puse una grabación de El Hajj Malik El-Shabazz (Malcolm X) en sus propias palabras, un discurso “No se pueden odiar las raíces de un árbol”. Subraya la importancia de la identidad africana y otros conceptos del panafricanismo. Se refirió a Ghana como la fuente del panafricanismo. Sin embargo, en ningún lugar se refiere a sí mismo como comunista. De hecho, su último comentario sobre el comunismo, grabado en su entrevista final, fue negativo, calificándolo de estar solamente un peldaño por encima del sionismo. Por lo tanto, si él hubiera estado evolucionando rumbo hacia el comunismo, lo más probable es que haya sido a través del panafricanismo revolucionario.

Steve Clark, editor del libro, y autor del artículo en el Militante del 21 de junio, de nuevo ataca al panafricanismo. Para empezar, erróneamente acusa a Mangaliso Sobukwe de crear la consigna “Un colono, una bala”, una consigna utilizada por algunos en el ala armada del Congreso Panafricanista de Azania (Sudáfrica). Sobukwe murió en 1978 y la consigna fue acuñada en los años 80 y nunca fue una consigna oficial del partido; como tampoco fue “Matar al Boer, Matar al granjero” la consigna del Congreso Nacional Africano (ANC) después de la muerte de Chris Hani.

Mangaliso Sobukwe, quien dijo que “solo existe una raza, la raza humana”, impugnó la Carta de la Libertad promovida por el ANC, que decía que la tierra pertenece a todos los que viven en ella, negando así la ocupación colonial por una minoría de colonos europeos que se apoderaron del 80 por ciento de la tierra. En contraste, Mangaliso Sobukwe sostuvo que la tierra le pertenece al pueblo africano. Malcolm apoyaría esto. Fue Malcolm quien nos instruyó que la base de la revolución es la tierra. Hoy día, tras 14 años de la política de la Carta de la Libertad, el 93 por ciento de la tierra agrícola todavía pertenece a los colonos europeos.

Dos hechos fueron citados erróneamente por el editor de Malcolm X, la liberación de los negros y el camino al poder obrero en la conferencia pública, y fueron repetidos en el artículo. El concepto de que Kwame Nkrumah de Ghana y Sékou Touré de Guinea-Conakry fueron hombres que simplemente dirigieron sus luchas de liberación nacional. Clark implica que no tenían un análisis de clase y que no trabajaron con la clase obrera.

En primer lugar, Sékou Touré, un oficinista autodidacta de la clase obrera, fue un dirigente sindical que ayudó a organizar huelgas nacionales y ayudó a que el movimiento sindical se fusionara con el partido revolucionario. Dirigió al partido en varios congresos y al país hacia un desarrollo socialista. Escribió muchos libros, incluyendo obras como Africa en movimiento (Africa on the Move), Estrategia y tácticas de la revolución (Strategy and Tactics of the Revolution), y Estados Unidos de Africa (United States of Africa), obras sobre la dialéctica, etc., pero más importantemente, obras sobre el panafricanismo revolucionario.

Sékou Touré apoyó un Africa socialista unificada, algo que sabemos ningún socialista o comunista se opondría porque eso olería a racismo, la unidad es buena para los Soviets, pero no es buena para Africa, hmmm. Guinea-Conakry proporcionó bases a Amilcar Cabral y al PAIGC (Partido Africano por la Independencia de Guinea y Cabo Verde), y a muchas otras fuerzas en Africa.

Y Kwame Nkrumah comenzó por decir que la independencia de Africa no tendría ningún significado sin la liberación y la unidad de Africa. Dio asistencia a Argelia, Guinea, Mali, etc. Escribió sobre la línea del panafricanismo revolucionario, incluyendo libros como La lucha de clases en Africa (Class Struggle in Africa), Manual para la guerra revolucionaria (Handbook of Revolutionary Warfare), El neocolonialismo: Última fase del imperialismo (Neo-colonialism: The Last Stage of Imperialism), El reto del Congo (Challenge of the Congo), y Días oscuros en Ghana (Dark Days in Ghana).

En La lucha de clases en Africa Nkrumah escribió:

La liberación total y la unificación de Africa bajo un gobierno socialista todo-Africano debe ser el objetivo principal de todos los revolucionarios negros del mundo. Es un objetivo que, al ser realizado, producirá el cumplimiento de los anhelos de los africanos y la gente de descendencia africana de todas partes. Al mismo tiempo avanzará el triunfo de la revolución socialista internacional, y el progreso hacia el comunismo mundial, bajo el cual toda sociedad sería organizada según el principio:de cada cual según su capacidad, a cada cual según sus necesidades.

En el libro de Jack Barnes, El Hajj Malik El-Shabazz (Malcolm X), quien nunca dice que es comunista, es presentado como un comunista. En el artículo de Steve Clark en el Militante, Kwame Nkrumah, quien dice que es un comunista, es presentado simplemente como un nacionalista. Minimizar las aportaciones de Kwame Nkrumah, Sékou Touré y Mangaliso Sobukwe es contrarrevolucionario. Hablar sobre Mauricio Bishop, Thomas Sankara y Ben Bella, y no reconocer sus aportaciones en el contexto del panafricanismo revolucionario, es negligencia criminal. El panafricanismo revolucionario es la aportación de Africa al comunismo.

Como le gustaba decir a Kwame Ture (Stokely Carmichael): Carlos Marx no inventó el comunismo, así como Newton no inventó la gravedad.
 

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Respuesta a Sobukwe Shukura

POR STEVE CLARK  
Lo que es notable en el artículo de Sobukwe Shukura sobre Malcolm X, la liberación de los negros y el camino al poder obrero por Jack Barnes es que no contiene ni una sola palabra sobre la responsabilidad —y prueba definitiva— de revolucionarios que viven, trabajan, y practican la política en Estados Unidos.

No hay una sola palabra, ni una, sobre la construcción de una organización revolucionaria capaz de dirigir a la clase trabajadora —de todos los colores de piel, sexo y origen nacional— a la conquista del poder estatal de manos de los explotadores y opresores en Estados Unidos.

En cambio, Jack Barnes, secretario nacional del Partido Socialista de los Trabajadores, en su introducción a Malcolm X, la liberación de los negros y el camino al poder obrero, señala que el libro “Trata del último siglo y medio de la lucha de clases en Estados Unidos … y las pruebas irrebatibles que ofrece de que los trabajadores que son negros integrarán una parte desproporcionadamente importante de las filas y de la dirección del movimiento social de masas que harán una revolución proletaria”.

Se trata de un libro, dice Barnes, acerca de por qué ese nuevo poder estatal “proporciona al pueblo trabajador el arma más poderosa posible para librar la batalla en curso para acabar con la opresión de los negros y todas las formas de explotación y degradación humana” heredadas de la época imperialista.

Es importante señalar la imprecisión de la declaración de Shukura de que Malcolm X, la liberación de los negros y el camino al poder obrero es “la última obra sobre Malcolm X de Libros Pathfinder”. Esto es falso. Sí, Pathfinder es la única editorial que mantiene en circulación y distribuye los discursos y escritos de Malcolm, en inglés, y cada vez más en español, persa y pronto en francés.

Pero el título que estamos discutiendo, al igual que muchos otros publicados por Pathfinder, es un libro escrito por un líder del Partido Socialista de los Trabajadores y el movimiento comunista. Y no pretende ser otra cosa.

Shukura reprende a Barnes por sus supuestos “intentos de rescribir y apropiarse de la historia” de Malcolm X. En respuesta a esta falsificación del carácter del libro, insto a los lectores a que obtengan una copia del libro y juzguen por sí mismos.

"Desde el día que Malcolm fue asesinado en febrero de 1965, nadie puede probar cuál habría sido su próximo rumbo político”, dice Barnes. Pero los líderes del Partido Socialista de los Trabajadores estaban “convencidos por la trayectoria de Malcolm” —por la trayectoria política de Malcolm— “de que él iba rumbo a hacerse comunista”.

¿Qué los llevó a esa conclusión? “Políticamente [Malcolm] estaba convergiendo con la Revolución Cubana”, escribe Barnes, “con el gobierno popular revolucionario en Argelia, dirigido por Ahmed Ben Bella (y la trayectoria del PST), es decir, con la marcha histórica de la clase trabajadora hacía el poder a nivel mundial”.  
 
Socialismo panafricano
La segunda objeción de Shukura es el supuesto “rechazo arrogante del panafricanismo revolucionario” por parte de Barnes. Desde el punto de vista de Shukura, cualquier rechazo que un comunista haga del pan-africanismo como una vía para avanzar es “arrogante”.

Al observar el mundo que formó a Malcolm como un líder revolucionario, Shukura, a diferencia de Barnes, no comienza con las revoluciones victoriosas de esos años. Las revoluciones en Cuba y en Argelia no sólo derrocaron regímenes capitalistas asesinos, sino que también destruyeron las viejas estructuras del estado burgués y las sustituyeron con gobiernos de los trabajadores y agricultores. Malcolm vio esas revoluciones como ejemplos de lo que los explotados y oprimidos tienen que hacer aquí en Estados Unidos.

Shukura se queja de que Barnes “minimiza los aportes” de los tres líderes políticos pan-africanistas de la época: Kwame Nkrumah, Sékou Touré y Mangaliso Sobukwe. Incluso Shukura dice que los puntos de vista de Barnes sobre estas personalidades son “contrarrevolucionarios”. (Calumniar a los que no están de acuerdo contigo en las luchas de liberación de la clase obrera y las luchas nacionales como “contrarrevolucionarios” es una práctica que quizás Shukura aprendió de Nkrumah y Touré. Sea como sea, el maestro de estos fue Joseph Stalin y el movimiento estalinista —un movimiento que ha dado golpes fuertes a las luchas populares y revolucionarias en Africa y en el resto del mundo.)

El panafricanismo, dice Shukura, "es la contribución de Africa al comunismo". Pero los ejemplos que da representan un curso político distinto y contrapuesto al internacionalismo proletario y al comunismo, no una contribución que los engrandece.

Shukura trata de asegurarnos que Mangaliso Sobukwe, líder fundador del Congreso Panafricano (PAC) de Sudáfrica, dijo que “hay solo una raza, la raza humana”. Pero lo más importante políticamente es que Mangaliso Sobukwe se opuso a la consigna central de la Carta de la Libertad del Congreso Nacional Africano (ANC) que decía que “Sudáfrica pertenece a todos los que viven en ella, blancos y negros”. A principios de 1959 se separó del ANC por estar en desacuerdo sobre este curso.

Hablando ante el congreso de fundación del PAC, el designó como “grupos minoritarios extranjeros” no sólo a todos los de origen europeo, sino también a los de origen indio —cuyos antepasados habían sido traídos por la fuerza como trabajadores contratados a Sudáfrica.

La lucha en Sudáfrica, dijo Sobukwe, debe ser organizada por una “organización panafricana” sin la interferencia de “minorías que con arrogancia se apropian del derecho de planificar y pensar por los africanos”.

En cuanto a Nkrumah y Touré, no hay misterio en cuanto a la posición que alguna vez tuvieron entre los trabajadores a través de Africa y otros lugares. Frente a la brutalidad de Londres y París, fueron los líderes centrales de las luchas que produjeron las primeras naciones independientes del Africa subsahariana: Ghana en 1957 y Guinea un año después. Defendieron las luchas anticoloniales por todo el continente y les dieron ayuda concreta.

Pero el régimen de Nkrumah no se basaba en promover los intereses de los trabajadores y campesinos. Por el contrario, su aparato estatal y las fuerzas armadas actuaron en nombre de las capas burguesas y pequeño-burguesas en Ghana. Para mediados de los 1960 su régimen, cada vez más represivo y tratado como un culto era tan ajeno a los explotados que prácticamente no hubo resistencia popular al golpe de estado reaccionario que llevaron a cabo en 1966 altos mandos del ejército y familias privilegiadas con la complicidad de Washington y Londres.

El régimen de Sékou Touré también estuvo dominado por capas de clase media y profesionales y los capitalistas rurales y comerciantes que comenzaron a emerger. Cuando murió en 1984 Touré se había alineado con los regímenes neocoloniales reaccionarios en Marruecos y Arabia Saudita, así como con París y Washington.  
 
Sankara: un cambio de rumbo
Thomas Sankara, el dirigente del gobierno popular revolucionario de Burkina Faso en Africa Occidental de 1983 a 1987, describió la trayectoria de clase de esos regimenes neocoloniales que usaban retórica radical en una entrevista con la revista socialista Intercontinental Press de Nueva York en marzo de 1985. La entrevista aparece también en el libro Thomas Sankara Speaks (Habla Thomas Sankara).

"[E]n ciertos países africanos”, dijo, “estas personas hablan de revolución, revolución, revolución. Pero tienen cadenas de oro y corbatas finas. Siempre están en Francia comprando ropa fina y grandes autos… . Le dan grandes salarios a los militares, a los ministros de gobierno y a la guardia pretoriana”. Refiriéndose al vecino Guinea, Sankara comentó sobre "la situación bajo Sékou Touré, quien habló de revolución" pero nunca realizó una.

Fue la determinación de Sankara de seguir un curso distinto —uno basado en los campesinos, los artesanos, y la pequeña clase trabajadora— lo que le ganó el odio no sólo de Paris y Washington, sino de los explotadores en Burkina y de los regimenes burgueses en la Costa de Marfil, Liberia y en otras partes. No sólo dieron la bienvenida, sino que muchos estuvieron involucrados, en el golpe militar de 1987, que resultó en el asesinato de Sankara y la destrucción del gobierno popular que el había dirigido.

Cuando Sankara explicaba las raíces y la continuidad del curso político por los cuales luchaba en Burkina, no señalaba al panafricanismo. "Aspiramos ser los herederos de las revoluciones del mundo y de todas las luchas por la liberación de los pueblos del tercer mundo”, dijo en un discurso en octubre de 1984 ante la Asamblea General de Naciones Unidas.

"Sacamos lecciones de la revolución norteamericana… La revolución francesa de 1789… La gran revolución [rusa] de octubre de 1917 transformó al mundo, trajo la victoria al proletariado, estremeció las bases mismas del capitalismo, e hizo posible la realización de los sueños de justicia de la Comuna de París”.

¿Y qué hay de lo que alega Shukura de que es “negligencia criminal” no ver las contribuciones políticas de Maurice Bishop "en el marco del panafricanismo revolucionario”? Bishop fue el dirigente central del gobierno de trabajadores y campesinos de 1979 a 1983 de la isla caribeña de Granada.

Uno solo tiene que leer lo que el mismo dirigente revolucionario granadino dijo, y que se puede encontrar fácilmente en otro libro de Pathfinder, Maurice Bishop Speaks (Habla Maurice Bishop). En una entrevista de 1977, publicada en la revista cubana Bohemia dos años antes de la revolución de Granada, Bishop explicó que la inspiración política inicial para su organización, el Movimiento Nueva Joya, provino de "las ideas del 'poder negro' desarrolladas en Estados Unidos y la lucha liberadora de los pueblos africanos como Angola, Mozambique y Guinea-Bissau".

Pero fue el ejemplo de la Revolución Cubana, dijo Bishop, que "ha estado enseñándonos, en el plano práctico de la lucha política cotidiana, la relevancia del socialismo como única solución a nuestros problemas”. Es cuando “nuestro partido empezó a desarrollarse a través de una línea marxista”, dijo Bishop.

Y en una entrevista con Bishop que yo le hice junto con otros dos miembros del PST en julio de 1980, que apareció en su totalidad en el Militant, el líder revolucionario granadino instó a todo el pueblo trabajador en Estados Unidos de todos los colores de piel a que "se unieran para desatar una lucha consecuente en contra del verdadero enemigo. No malgasten su tiempo peleándose entre ustedes”.

Cómo la trayectoria política de Bishop puede ser metida a la fuerza en “el marco del panafricanismo revolucionario” es, por lo menos, difícil de discernir.

En Malcolm X, la liberación de los negros y el camino al poder obrero, Barnes destaca que superar las "las divisiones nacionales en la clase obrera —mediante la solidaridad mutua y luchas intransigentes usando cualquier medio necesario— sigue siendo la mayor tarea para forjar la vanguardia proletaria en este país”.  
 
Revolución en Estados Unidos
Pero sobre este aspecto decisivo para la clase trabajadora y los oprimidos en Estados Unidos, incluyendo muchos millones de trabajadores que son negros, Shukura no dice nada.

En lugar de esto, termina citando a Kwame Ture (Stokely Carmichael), ex presidente de la Coordinadora Estudiantil No-violenta (Student Nonviolent Coordinating Committee) en los años 1960 y fundador del Partido Revolucionario de Todos los Pueblos Africanos del cual Shukura es líder desde hace tiempo.

Según Shukura, a Kwame Ture "le gustaba decir: Carlos Marx no inventó el comunismo, como Newton tampoco inventó la gravedad”. Afortunadamente para la humanidad, sin embargo, Newton si descubrió algunas leyes fundamentales de la naturaleza, y Marx descubrió leyes fundamentales de la lucha de clases, las relaciones sociales capitalistas y la línea de marcha del proletariado, que es hacia la conquista del poder político.

Pero eso no es la razón principal por la cual Kwame Ture no capta la realidad.

En su discurso frente a la tumba de Carlos Marx en 1883, Federico Engels, el colaborador más estrecho y camarada de Marx, dijo, "Así como Darwin descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, así Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana”, así como también “la ley de movimiento especial que rige el actual modo de producción capitalista”.

"Ese fue el hombre de ciencia”, dijo Engels. "Pero este no fue ni la mitad de este hombre”—ni la mitad.

"Porque sobre todo Marx fue un revolucionario", dijo Engels. "La verdadera misión de su vida fue la de contribuir … al derrocamiento de la sociedad capitalista y de las instituciones de estado que ésta había creado, para contribuir a la liberación del proletariado moderno…

"Luchar fue su ambiente. Y luchó con una pasión, una tenacidad y un éxito que pocos podían igualar”.

Desde la fundación a finales de 1847 de la Liga Comunista desde que adoptó el Manifiesto Comunista, esa ha sido la medida para evaluar a un proletario revolucionario. Y es hacia eso que Malcolm X, la liberación de los negros y el camino al poder obrero hace una contribución.  
 
 
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