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Vol. 73/No. 33      31 de agosto de 2009

 
Ventaja conservadora en debate
sobre salud por inseguridad
(portada)
 
POR CINDY JAQUITH  
Fuerzas conservadoras han avanzado en su esfuerzo de bloquear la “reforma” del sistema de salud del presidente Barack Obama, reflejando el aumento en la inseguridad y el resentimiento, especialmente en capas de clase media de la población, a medida que la depresión económica continua agobiando.

Han estallado debates polarizados muy agudos sobre el proyecto de legislación sobre cuidado médico en reuniones públicas organizadas por congresistas a través del país. Una encuesta de Gallup conducida del 6 al 9 de agosto encontró que 49 por ciento se oponía al plan de salud, y 43 por ciento le daba su aprobación..

En una reunión pública el 3 de agosto en Filadelfia, el senador Arlen Specter y la Secretaria de Salud y Servicios Humanos Kathy Sebelius no pudieron ser escuchados debido a los abucheos. Más de mil personas acudieron a una reunión con Specter en Lebanon, Pennsylvania, el 11 de agosto. Los oponentes de la propuesta superaron a los que fueron organizados por funcionarios sindicales para ir a apoyar el plan.

Muchos de los que se oponen al plan han alegado que la reforma solo busca encubrir un sistema de medicina socializada y señalan en particular a una “opción de seguros administrados por el gobierno”.

Obama decidió salir a defender su plan personalmente. En una reunión comunitaria el 11 de agosto en Portsmouth, New Hampshire, unas 2 mil personas protestaron afuera, aproximadamente una mitad a favor y la otra en contra del plan, dijo el New York Times. Un manifestante coreaba “¡Eutanasia para Obama!” mientras otro portaba un cartelón que decía “Eutanasia para la ignorancia: adelante Obama”. Otras 1 800 estaban dentro de la reunión.

Comentaristas derechistas han apelado a la desconfianza hacia el gobierno federal. En su transmisión del 6 de agosto, Rush Limbaugh dijo, “Obama dijo que le importaban los empleos. Bueno, hemos perdido casi 3 millones de empleos desde que asumió la presidencia… No ha cumplido casi ninguna de sus promesas que ha hecho y todos saben que su compromiso de “No nuevos impuestos” para la clase media es lo que sigue”.

El comentarista Bill O’Reilly atizó el resentimiento contra los que no tienen seguro médico, culpándoles por su propia falta de cobertura. “Las estadísticas muestran que 15 por ciento de norteamericanos carecen de seguro médico y algunos de ellos sencillamente prefieren comprarse un televisor de plasma que gastar dinero para asegurar su salud”, dijo.

Los grupos que se oponen al plan incluyen a republicanos moderados, libertarios y derechistas. Han convocado una “Marcha de Contribuyentes” en Washington para el 12 de septiembre para oponerse a los varios proyectos de legislación en el congreso.

Unos de los principales patrocinadores de la protesta, que está siendo promovida como “el movimiento de la Fiesta del Te va al capitolio”, es Freedom Works, un grupo encabezado por Richard Armey, el ex dirigente de la mayoría en la Cámara de Representantes.

Sorprendidos al inicio, los Demócratas intentaron descartar a los opositores como “extremistas derechistas”. La dirigente de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes Nancy Pelosi denominó a los manifestantes como “Astroturf”, que significa que eran fraudulentos e ilegítimos, y hasta acusó a algunos de “portar swásticas y símbolos parecidos”.

En realidad, los que han protestado en las reuniones comunitarias han planteado una variedad de cuestiones, no todas ellas “derechistas”. “¿Por qué están introduciendo una legislación sobre cuidado médico con tantas páginas y tan difícil de comprender?” preguntó la enfermera Mary Kay Gibson en una reunión con el senador Benjamin Cardin en Salisbury, Maryland.

Algunos de los participantes en las reuniones comunitarias están preocupados por propuestas siendo discutidas en el congreso de aumentar los impuestos para pagar el plan. Algunos son cautelosos de la intrusión gubernamental en sus vidas personales y las de sus familias.

Algunos críticos de los proyectos de legislación se oponen al derecho de la mujer a elegir el aborto y algunos se oponen a los servicios sociales proveídos por el gobierno de cualquier índole. La mayoría parece ser de clase media, con muy pocos afroamericanos.

Ninguno de los artículos en la prensa mencionó que alguien haya protestado los severos recortes en Medicaid y Medicare que forman parte de las reformas propuestas ni del requisito de que ciudadanos y residentes legales de Estados Unidos tengan que obtener seguro médico o encarar multas.

Los Demócratas ahora están retrocediendo, remodelando los proyectos de legislación para hacerlos más aceptables para los conservadores. Después de que la ex gobernadora de Alaska Sarah Palin lograra cierta aceptación para su acusación de que unos de los proyectos de legislación incluía “paneles de la muerte”, los encargados de preparar la legislación en el Senado borraron una propuesta para que Medicare cubriera consultas entre médicos y pacientes sobre asuntos relacionados al final de la vida. Obama y otros estrechamente asociados con el plan ahora dicen que la opción de seguros administrados por el gobierno podría ser abandonada.

Altos funcionarios sindicales han instado a sus afiliados a que apoyen el plan de Obama. La cúpula del AFL-CIO dice que la oposición está “agitada por las compañías de seguros”. Pero el Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU), uno de los más vociferos en apoyar el plan, forma parte de una coalición llamada Americans for Stable Quality Care (Americanos por un estable cuidado de calidad), que incluye a la Federación Americana de Hospitales y las gigantes compañías farmacéuticas Bayer, Bristol-Myers Squibb, GlaxoSmithKline, Eli Lilly, Merck y Pfizer.  
 
 
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