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   Vol. 71/No. 3           22 de enero de 2007  
 
 
Cifras récord de muertes en N.Y.
de trabajadores de la construcción
 
POR RÓGER CALERO
Y MAURA DELUCA
 
NUEVA YORK, 18 de diciembre—El número de accidentes fatales en la industria de la construcción en esta ciudad ha alcanzado cifras récord altas. Veintinueve trabajadores de la construcción murieron entre el 30 de septiembre de 2005 y el pasado septiembre.

Esto representa un aumento del 61 por ciento en muertes relacionadas con la construcción, en comparación al mismo periodo el año anterior. Diecisiete de los 29 trabajadores murieron en caídas, comparadas a las nueve del total de 18 muertes en 2005.

La muerte de trabajadores sucede en medio de un auge en la construcción en esta ciudad, en el que contratistas, grandes y pequeños, buscan cumplir sus plazos y recortar gastos a expensas de los trabajadores.

En 2005, se gastaron 18 800 millones de dólares en la construcción en la ciudad de Nueva York. La cifra se espera que llegue a 20 800 millones de dólares en 2006, según el Congreso de la Construcción de Nueva York, un conglomerado de firmas de construcción y empresas relacionadas. Gran parte del auge está dedicado a la construcción de condominios y apartamentos vendidos a precios fuera del alcance de la mayoría de trabajadores.

Las caídas desde andamios colgantes y pisos altos, así como los derrumbes de andamios, son la principal causa de las muertes.

Klever Jara, un ecuatoriano de 25 años de edad, fue uno de los obreros que perecieron en el trabajo recientemente. El se cayó desde 18 pisos de altura el 1 de noviembre mientras caminaba por el alféizar de una fachada que conectaba dos andamios. Según los informes de prensa, Jara llevaba puesto el arnés en el momento del accidente, pero se lo había soltado para pasar de un andamio al otro.

Manno Oh, pintor de puentes, murió en una caída el 23 de octubre en el puente Queensboro, cuando su andamio se inclinó mientras lo intentaba reparar. Oh no llevaba puesto su arnés, según los informes de CBS TV.

Otro trabajador murió el mismo día cuando un golpe de viento le tiró del andamio cuando estaba cambiando de arnés.

“Nos están matando”, dijo en una entrevista al Militante el 12 de diciembre Peter Rivera, de 20 años de edad y trabajador de la construcción en el área de Chelsea, en el Bajo Manhattan. “Tienen un plazo que cumplir y nos presionan para que terminemos los trabajos rápido”.

El día después de la muerte de Jara, funcionarios de la ciudad anunciaron la creación de un panel de 28 miembros “para desarrollar una política para acatar las normas de seguridad, de aprendizaje y supervisión”.

Los voceros del gobierno de la ciudad y de asociaciones de constructores culpan el incremento de las muertes en el trabajo en el aumento “de actividades ilegales en la construcción”; carencia de recursos para las agencias encargadas de la aplicación de las normas de seguridad; y las multas insignificantes por las violaciones de estas normas.

Según Jonathan Bennett, director de asuntos públicos del Comité de Nueva York para la Salud y Seguridad Ocupacional, hay un total de ocho inspectores municipales para andamiaje y menos de tres bajo la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional (OSHA) federal.

“No queremos que esto se convierta en una cuestión de sindicato, o no sindicato”, dijo Lou Coletti, presidente de la Asociación de Empleadores en el Gremio de la Construcción, que representa a patrones de trabajadores sindicalizados. En el programa de Brian Leher en Radio Pública Nacional el 15 de diciembre, Coletti dijo que “Lo que es necesario es un nivel de normas más elevado para los pequeños contratistas”.

Sin embargo, el 81 por ciento de las muertes han ocurrido en lugares de construcción no sindicalizados.

“Unos inspectores vinieron como hace una semana y no hemos vuelto a verles desde entonces”, dijo Stanley Strugala, de 45 años de edad y constructor de andamios. Strugala ha trabajado tanto en obras sindicalizadas como no sindicalizadas durante más de 25 años. “Quieren ahorrarse unos cuantos miles de dólares y dan trabajo a muchachos inmigrantes sin experiencia, aprovechándose de ellos”, dijo refiriéndose a los patrones. La mayoría de los trabajadores que fallecieron en obras de construcción el año pasado eran inmigrantes.

Strugala dijo que reglamentos de construcción exigen que el equipo que sostiene el andamio sea revisado cada día antes de comenzar el trabajo y que haya un monitor en la obra en todo momento. Pero, añadió, “con la presión para terminar los trabajos, te meten a prisas y quieren que lo termines con rapidez”.

Marco Chauca, miembro del Local 1974 del sindicato de la construcción Drywall Tapers Union, dijo que muchos trabajadores se sienten presionados a quitarse los arneses temporalmente porque interfieren con poder hacer el trabajo con rapidez. “Siempre hay presión para trabajar más rápido”, dijo Chauca. "Este es un trabajo de producción, es como el trabajo en una fábrica. Si uno no alcanza la cuota, te despiden”.

En otra obra en Manhattan, George Deblasio, de 18 años de edad y miembro del Local 78 del Sindicato Laborers, dijo que los patrones “hacen ajustes a la seguridad para los peatones debajo. Si uno mira para arriba ve una red, pero se sabe que no servirá de mucho si uno de nosotros se cae.”

Luis Bello, quien trabaja en una obra en Rivendale, Bronx, dijo que la culpa de las muertes y lesiones laborales es la competencia por empleos y la campaña de productividad de la patronal. “El sindicato podría ayudar si presionara por mejores condiciones”, dijo.

“Aquí hay algo más de control porque hay un sindicato”, dijo Chauca, miembro del sindicato durante 12 años. Anteriormente Chauca solía trabajar en empleos de demolición no sindicalizados como jornalero contratado por día. “Ahí sí uno veía muchos accidentes”, dijo.

Nadia Molina, directora del Centro de derechos laborales de Long Island, dijo a Radio Pública Nacional que hay “una necesidad entre los jornaleros para sindicalizar a los que trabajan en la construcción. Cuando hay un sindicato hay un mayor grado de protección, independientemente del estatus migratorio de los trabajadores”.  
 
 
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