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Vol. 81/No. 48      25 de diciembre de 2017

 
(portada)

Puerto Rico: Más de un millón aún sin electricidad

Dominio colonial de EUA culpable de crisis social

Protesta en Carolinas, Puerto Rico, frente a compañía eléctrica el 4 de diciembre. Más de 72 días después del huracán, la mitad de la isla no tiene electricidad y miles de casas carecen techo.
 
POR SETH GALINSKY
Después de más de dos meses y medio de que el huracán María azotó a Puerto Rico, la mitad de los habitantes de la colonia norteamericana aún no tienen electricidad. Y decenas de miles de personas que perdieron el techo de sus casas cuando fueron arrastrados por la tormenta aún no han recibido lonas de plástico, y mucho menos ayuda para reparar sus casas.

“Tenemos agua, pero no es potable, todavía tenemos que hervirla primero”, dijo el trabajador de hospitales retirado Luis Epardo al Militante el 4 de diciembre, desde Aguadilla, en el noroeste de la isla. “¡Y los mosquitos! Es increíble, la basura y los escombros de las casas dañadas no han sido recogidos”. El gobierno de la ciudad ha rociado insecticida desde vehículos, dijo, “pero dicen que solo mata al 5 por ciento”. No obstante, los funcionarios del Departamento de Salud insisten en que no ha habido un aumento en las enfermedades causadas por mosquitos como Zika, dengue y chikungunya.

El gobierno afirma que solo 58 personas murieron a causa de la tormenta, a pesar de cifras que muestran que solo en septiembre fallecieron 472 personas más que el año anterior. Hubo un salto similar en octubre. Las cifras del gobierno no incluyen muertes por falta de atención médica adecuada, la falta de insulina u oxígeno o por no haber recibido diálisis.

“El gobernador dijo que tendríamos electricidad para el 15 de diciembre, pero no hemos visto a nadie trabajando”, dijo por teléfono Luis Aristud, un ajustador de seguros en Canóvanas, al este de San Juan.

“Mucha gente en Estados Unidos que vivió los huracanes Katrina y Sandy todavía no han recibido ayuda”, dijo Aristud. “¡Imagínese nosotros! Son como los caseros. Cuando necesitas que se repare algo, olvídalo, pero si faltas un pago de la renta, llaman a la policía”.

“Hemos sido una colonia desde que nos invadió Estados Unidos”, dijo Aristud. “Aunque somos ciudadanos de EE.UU., tenemos que recibir el plato que nos sirven, bueno, malo o regular”.

El Nuevo Día informó que 1 200 postes para líneas eléctricas —de los 65 mil prometidos para recuperar la electricidad— llegaron al puerto de San Juan el 30 de noviembre.

Justo González, director ejecutivo interino de la Autoridad de Energía Eléctrica, dijo el 1 de diciembre que 2 mil trabajadores electricistas de Estados Unidos llegarán “en las próximas semanas” para acelerar el restablecimiento de energía.

El 29 de noviembre, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias informó que había cancelado un contrato con la compañía Bronze Star tres semanas antes, porque no entregaron medio millón de lonas ligeras para las víctimas del huracán. Además, se necesitan unas 60 mil lonas azules para viviendas que perdieron sus techos, pero FEMA dice que solo puede instalar 350 al día debido a la falta de suministros.

Eliminan el bono navideño

William Hernández, un ingeniero mecánico, le dijo al Militante que la electricidad se restauró hace tres semanas en la fábrica de productos farmacéuticos donde trabaja en Guayama, en la parte sureste de la isla. Puerto Rico es un importante centro para la producción de medicinas y suministros médicos.

El gobierno puertorriqueño eximió a los patrones de cientos de compañías privadas de la obligación de pagar los aguinaldos navideños anuales que ordena la ley y que son una gran parte del salario anual de los trabajadores, porque la tormenta les había costado ingresos.

“En la empresa donde trabajo, lo pagaron”, dijo Hernández. “Pero donde trabajan mis amigos, no lo van a pagar. Las compañías farmacéuticas sacan grandes ganancias. Están usando la tragedia del huracán para beneficiarse a sí mismos y no se puede justificar”.

Los trabajadores en Puerto Rico han sido golpeados duramente durante la última década por la crisis económica capitalista mundial, exacerbada por la opresión colonial de la isla. Decenas de fábricas han sido cerradas y el producto interno bruto ha disminuido cada año desde 2006. El gobierno tomó nuevos préstamos para pagar los anteriores, y ahora la deuda del gobierno colonial se ha disparado a 74 mil millones de dólares. Para seguir pagando a los tenedores de bonos, el gobierno cerró escuelas, despidió a miles de empleados públicos, redujo las pensiones, aumentó los impuestos de ventas y redujo el mantenimiento de la red eléctrica. Los efectos del huracán han profundizado la crisis.

Según el Departamento de Trabajo y Recursos Humanos de la isla, en octubre el número de personas con trabajo o buscando uno activamente fue del 38.6 por ciento, el nivel más bajo en 27 años. Hubo por lo menos 54 mil menos trabajadores en octubre en comparación al año pasado.

En 2016, el presidente Barack Obama nombró una Junta de Supervisión y Responsabilidad Fiscal para presionar al régimen colonial a recortar más empleos, servicios sociales y otros gastos gubernamentales. La junta tiene poder de veto sobre todas las decisiones financieras del gobierno para garantizar el pago máximo posible de la deuda.

Los miembros de la junta reprendieron al gobernador puertorriqueño Ricardo Rosselló el 27 de noviembre, diciendo que su decisión de pagar el aguinaldo anual de Navidad a los empleados públicos este año “demuestra una falta de disciplina fiscal”. Con la típica arrogancia de los gobernantes imperialistas, la junta le dijo a Rosselló que esperan ser “consultados” sobre todas esas decisiones en el futuro.  
 
 
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