El Militante (logo)  

Vol. 81/No. 46      11 de diciembre de 2017

 
(especial)

Discusión y debate marcan al festival mundial juvenil en Rusia

 
POR JACOB PERASSO
Y NAOMI CRAINE
SOCHI, Rusia —El XIX Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes fue celebrado en el Parque Olímpico de esta ciudad del 15 al 21 de octubre. Fue organizado por el gobierno de Rusia con el fin de persuadir a la juventud de ese país y alrededor del mundo de que Moscú es una fuerza progresista en la política mundial, como una potencia mundial en contrapeso a la hegemonía de Washington.

La Federación Mundial de la Juventud Democrática (FMJD) aceptó hace dos años la propuesta del gobierno ruso de servir como anfitrión del festival, con la perspectiva de organizar actividades en torno a una gama de cuestiones políticas similares a las de los festivales juveniles anteriores. Los más recientes fueron celebrados en Ecuador en 2013 y Sudáfrica en 2010.

Sin embargo, en un grado mucho mayor que los anteriores, este festival estuvo dominado por programas organizados por el gobierno anfitrión. Los eventos promovieron los intereses económicos, políticos y culturales del gobierno ruso, así como competencias deportivas y programas artísticos, seminarios académicos y científicos, un festival de cine y numerosas salas de exposiciones. Las ceremonias de apertura y clausura subrayaron los festivales celebrados en Rusia en 1957 y 1985, lo que fue promovido como una fuente de orgullo nacional ruso por los partidarios de Putin.

Los organizadores anunciaron que hubo 30 mil participantes de 185 países, incluyendo más de 12 mil delegados de toda Rusia, así como 5 mil voluntarios para facilitar el evento. Miles más vinieron de países y territorios considerados por Moscú como su “exterior cercano”, así como delegaciones de África, Asia, las Américas y Europa.

Varios miles de delegados fueron traídos por las organizaciones afiliadas a la FMJD. Muchos de ellos organizaron y asistieron a una decena de sesiones paralelas sobre la Revolución Cubana, la solidaridad con las luchas anticoloniales en Puerto Rico y Sáhara Occidental, y otros temas. En la “Casa América”, un espacio organizado por los delegados de las Américas se celebraron varios foros de solidaridad y presentaciones de libros por dirigentes revolucionarios como Che Guevara y Fidel Castro.

Discusión amplia
Mientras que Moscú utilizó el evento para promover su posición en el mundo, la característica más llamativa del encuentro fue la apertura y la amplitud del debate y la discusión política.

Altas personalidades del gobierno ruso dieron presentaciones y respondieron a preguntas en reuniones muy concurridas. Entre ellas, el presidente Vladimir Putin, el ministro de asuntos exteriores Serguéi Lavrov y Vladimir Zhirinovsky, líder del Partido Liberal Democrático y vicepresidente de la duma estatal, el parlamento. Varios participantes, tanto de Rusia como de otros lugares, cuestionaron la intervención militar en Ucrania y la guerra civil siria, entre otras, algo muy poco común en Rusia, por no decir algo peor.

Durante las discusiones informales, muchos delegados rusos describieron cómo ellos y millones de otros en el país se ven afectados por la crisis mundial del capitalismo. La mayoría de ellos eran partidarios de Putin, pero muchos expresaron desacuerdo con algunas de sus políticas y métodos. “Tenemos elecciones, pero sabemos de antemano quién va a ganar”, dijo un delegado ruso, algo que fue repetido por otros.

Los trabajadores y jóvenes comunistas encontraron entre los participantes mucho interés en aprender sobre la vida cotidiana y la política en Estados Unidos y debatir sobre una perspectiva obrera para enfrentar la devastación económica y las guerras que produce el capitalismo.

El gobierno ruso organizó un programa sobre “Política global, su agenda, y cómo proteger la paz internacional”. Comenzó con dos paneles donde habló el ministro de asuntos exteriores Lavrov.

“Esperamos que la tendencia objetiva a favor de la multipolaridad se fortalezca, con nuevas potencias económicas y financieras en varios continentes, y que traduzcan su poder en influencia política”, dijo Lavrov. “Rusia, sin duda, se convertirá en uno de los polos”.

“La influencia de Rusia ha aumentado”, dijo Lavrov.

La discusión y el debate abordaron los acontecimientos en Cataluña, Ucrania y Crimea, Siria y el Medio Oriente, Corea y los brutales ataques del gobierno de Myanmar contra el pueblo rohingya.

Este y otros paneles promovieron foros económicos internacionales dominados por Moscú, como la Unión Euroasiática y la Organización de Cooperación de Shanghai, como un contrapeso a Washington y la Unión Europea.

Dos eventos de “Política Global” contaron con la participación de Zhirinovsky, dirigente del Partido Democrático Liberal. Zhirinovsky, una figura prominente en la política rusa desde los años 90, es un partidario xenófobo del uso del poder militar de Moscú contra los pueblos que reafirman sus derechos nacionales, desde Chechenia hasta Ucrania. Algunos participantes se opusieron a su glorificación de la monarquía zarista que gobernó el imperio ruso hasta 1917. “¿Cuándo dejarás el poder?”, le preguntó alguien.

Los delegados confrontaron a Zhirinovsky sobre la intervención de Moscú en Ucrania. Lenin y los bolcheviques “crearon Ucrania”, se quejó Zhirinovsky. “Fue peligroso y nada bueno resultó de eso”. También se opuso a permitir que las naciones vecinas se desvincularan voluntariamente de Rusia, diciendo que la única manera de mantener a la humanidad trabajando unida es “por medio de la fuerza y la violencia”.

También se discutieron los derechos de la mujer y la destrucción del medio ambiente en Rusia.

¿Capitalismo o revolución socialista?
Los delegados también debatieron el camino a seguir para la humanidad: el capitalismo o la revolución socialista como en Cuba.

“La solución es aumentar el crecimiento económico, y eso aumentará los empleos”, dijo Xu Beining, de China, hablando sobre el desempleo en un panel organizado por la FMJD. “El crecimiento constante en China ha proporcionado una plataforma para la estabilidad de empleos durante los últimos 40 años”.

“El sistema capitalista está en crisis, y la única salida es que los trabajadores forjen un liderazgo capaz de tomar el poder”, respondió Pierre-Luc Filion, miembro de la Juventud Socialista en Canadá. “Los trabajadores producen toda la riqueza, pero no se organiza en nuestro interés”. Señaló que la Revolución Cubana es un ejemplo vivo de la capacidad de los trabajadores para organizar la sociedad en función de las necesidades humanas.

“Cuba es el ejemplo hoy, es un país internacionalista”, dijo Artem Lepeshkin durante una conversación. Él es estudiante de historia en Moscú y activista del Comité de Amistad con Cuba en Rusia. “Pudieron enfrentar la crisis después del colapso del campo socialista porque se organizaron a través de las organizaciones de masas, desde los Comités de Defensa de la Revolución hasta las organizaciones de mujeres. Involucran a todos”.

“Che Guevara explicó que la construcción del socialismo no es solo una cuestión económica sino una cuestión de conciencia”, dijo el escritor cubano Iroel Sánchez en un programa sobre Che Guevara y la Revolución Cubana. Esa conciencia es expresada internacionalmente, agregó, con el compromiso de la revolución de que “no damos lo que sobra, compartimos lo que tenemos”.

Los debates y las discusiones se extendieron a las mesas de literatura puestas por organizaciones juveniles de todo el mundo en el enorme Centro de Medios, la sede principal del evento. Los intercambios continuaron día y noche en comedores y dormitorios.

En las mesas puestas por delegados de la Juventud Socialista en Estados Unidos, el Reino Unido, Canadá y Nueva Zelanda, los participantes compraron más de 800 libros en inglés, español, francés, farsi, árabe y ruso de V.I. Lenin, Fidel Castro, León Trotsky, Thomas Sankara, Nelson Mandela y otros revolucionarios, incluyendo los de dirigentes del Partido Socialista de los Trabajadores en Estados Unidos.

La delegación cubana de más de 200 personas organizó una amplia exhibición y venta de libros y otros artículos.

Los pasillos del Centro de Medios también contaban con puestos promocionando bancos rusos y otras empresas, exhibiendo los últimos robots y trucos publicitarios. Los anfitriones rusos del festival le regalaron a cada delegado un teléfono inteligente con un número de teléfono ruso.
 
 
Artículos relacionados:
Sed por literatura política entre participantes del festival
 
 
 
Portada (este número) | Página inicial | Página inicial en versión de texto