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Vol. 81/No.25      10 de julio de 2017

 
(portada)

Trabajadores exigen medidas ante desastre

 
POR ÖGMUNDUR JÓNSSON
LONDRES —Cuando los apartamentos de la Torre Grenfell fueron consumidos por las llamas a tempranas horas del 14 de junio, dejando por lo menos 79 personas muertas y centenares de desamparados, se puso de manifiesto el menosprecio que tienen los gobernantes capitalistas del Reino Unido hacia el pueblo trabajador.

El incendio que comenzó con un refrigerador en el cuarto piso se propagó rápidamente cuando el “revestimiento” de la fachada del edifico de 24 pisos lo convirtió en un infierno. Los paneles de revestimiento fueron instalados en 2015-16 como parte de una renovación cosmética.

El Grupo de Acción de Grenfell, una agrupación de residentes de la torre de apartamentos, había señalado repetidamente la negligencia del consejo local a las medidas de prevención de incendios. El consejo son los dueños del edificio y también supervisan otras 10 mil propiedades.

En noviembre de 2016 Edward Daffran publicó en el sitio del grupo de acción en la internet que “solo una catástrofe expondrá la ineptitud e incompetencia de los dueños … y pondrá fin a las condiciones peligrosas de vida y la negligencia de las leyes sobre la salud y la seguridad que le imponen a sus inquilinos y arrendatarios”. La gerencia del edificio respondió a Daffran amenazándolo con tomar acción legal por su blog. Daffrann, que vive en el piso 16, apenas escapó con vida.

El Grupo de Acción de Grenfell y expertos en seguridad incendiaria señalaron otros peligros. La única ruta de escape era una escalera. Se llenó de humo rápidamente. Las alarmas de incendio no funcionaron. No existía un sistema de aspersión contra incendios. En 2014, el ministro de viviendas Brandon Lewis, del Partido Conservador, se opuso a exigir la instalación de un sistema de aspersión, diciendo que “el costo de la instalación de un sistema de aspersión podría afectar la construcción de viviendas, algo que queremos alentar”.

Tanto el gobierno laborista como el conservador han realizado grandes esfuerzos para reducir las regulaciones en la industria de la construcción, argumentando que las preocupaciones sobre los costos tienen prioridad sobre el riesgo de permitir el uso de materiales inflamables, informó el New York Times el 24 de junio.

Y la avaricia capitalista no conoce fronteras. El revestimiento instalado en Grenfell fue fabricado en Estados Unidos por Arconic —anteriormente llamada Alcoa— y se vende por todo el mundo, aún después de ser proscripto en la construcción de edificios en Estados Unidos por su conocido peligro.

Cientos de miles, o millones, de personas viven en torres de viviendas similares. Actualmente se están realizando pruebas de incendios en unos 600 edificios. De los 120 examinados para el 26 de junio, ninguno ha pasado la prueba. Cientos han sido echados a la calle en “reubicaciones” de emergencia.

La Torre Grenfell está ubicada en el Distrito Real de Kensington y Chelsea, el cual tiene los ingresos más altos del país, así como la mayor brecha entre ricos y pobres.

Los residentes describieron la gran confusión sobre los alojamientos de emergencia y otra asistencia. Algunos durmieron a la intemperie.

La falta de acción del consejo del distrito contrasta con la solidaridad demostrada por los trabajadores que trajeron donaciones.

La primer ministra Theresa May causó ira cuando visitó el día después del incendio a los policías y bomberos, pero no a los residentes. Cuando vino otro día con escolta policial, un grupo numeroso la enfrentó gritando: “¡Cobarde!” y “¡Debería darte vergüenza!”

Cientos de residentes y sus partidarios participaron en una protesta frente al edificio municipal de Kensington para exigir reubicación inmediata en el distrito, asistencia económica, una lista completa de las víctimas, una inspección inmediata de la seguridad de otros edificios y que se enjuicie a los responsables por el incendio.

El Partido Laborista se ha presentado como defensor de los trabajadores afectados. El dirigente del partido Jeremy Corbyn fue a reunirse con los residentes e hizo un llamado por la requisición de casas desocupadas en la zona. La idea central del Partido Laborista es culpar los “recortes de los Tory” y exigir más reglamentos. La realidad es que la decisión de no instalar un sistema de aspersión en torres de viviendas públicas fue tomada en 2006 por el gobierno laborista de Tony Blair.

Incapaces de poder poner una buena cara, los gobernantes trataron de apuntalar “la unidad nacional” con una muy divulgada visita a los residentes y voluntarios por la reina Isabel y el príncipe William, quienes viven a poca distancia en el palacio de Kensington. “Puesto a prueba, el Reino Unido ha demostrado firmeza ante la adversidad”, dijo la declaración de la reina.

Pero esto no es “adversidad”. Esto es producto del funcionamiento normal del capitalismo, apoyado por el gobierno, y ellos son completamente responsables por este desastre.

Corbyn está convocando a los trabajadores indignados por las muertes en Grenfell a que participen en una marcha el 1 de julio para exigir la renuncia del gobierno de May. En vez de responsabilizar al sistema capitalista, más bien dicen que los responsables son los conservadores.

La Liga Comunista está divulgando la verdad sobre el desastre social y está exigiendo que el gobierno tome medidas para ayudar a los afectados por el incendio. La Liga está invitando a trabajadores y jóvenes a que se unan a los esfuerzos para construir un partido revolucionario de la clase trabajadora para trazar un camino hacía la toma del poder político por la clase trabajadora.
 
 
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