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Vol. 81/No. 14      10 de abril de 2017

 
(portada)

Histeria anti-Trump encubre temor a la clase trabajadora

“Un tirano a la americana” dice portada del New Republic, una revista izquierda-liberal, un reflejo de la histeria contra Donald Trump.
 
POR SETH GALINSKY
El fracturado Partido Demócrata, los propietarios y directores del Washington Post, el New York Times y otros órganos liberales y la izquierda de clase media están unidos en su histeria contra la presidencia de Donald Trump. Pero realmente no hay nada cualitativamente nuevo o diferente en su administración —está tratando de defender los intereses de los acaudalados gobernantes capitalistas, tratando de apuntalar sus tasas de ganancias abatidas por la crisis, y su posición más débil en el mundo. Eso es lo que hace todo presidente de Estados Unidos.

Lo que es diferente es la profundidad de la crisis económica, política y moral del sistema capitalista que Trump está tratando de defender. Así como la profunda discusión que está ocurriendo entre el pueblo trabajador sobre cómo combatir los efectos de la depresión económica a fuego lento y la catástrofe que está produciendo. En estas condiciones, el Partido Socialista de los Trabajadores encuentra oportunidades que no hemos visto en décadas para hacer trabajo político en la clase trabajadora, incluso entre trabajadores que votaron por Trump esperanzados de un cambio.

Hoy en día, los trabajadores son menos racistas, menos sexistas y tienen menos prejuicios contra sus compañeros de trabajo inmigrantes que antes.

Pero la mayoría de los liberales e izquierdistas están convencidos de que Trump fue electo porque el pueblo trabajador, especialmente los trabajadores caucásicos, son cada vez más derechistas e intolerantes. Creen que ellos son el enemigo.

La edición de abril de la revista New Republic, que se enorgullece de defender “ideas progresistas”, es un buen ejemplo. Publicó un dibujo en la portada que muestra a Trump como Julio César con el encabezado, “Un tirano a la americana: lo que diferencia a Trump de los peores dictadores de la historia”.

Sobresale en particular un artículo. Bajo el título “Blueexit: una modesta propuesta para la separación de los estados azules de los rojos”, el artículo de Kevin Baker está escrito como una carta a los trabajadores.

“Estimados votantes de Trump en los estados rojos” dice el artículo. “Durante más de 80 años, nosotros —los residentes de lo que algunos les gusta llamar la América Azul, pero que yo prefiero considerar como los Estados Unidos de Nosotros los que Pagamos Nuestros Propios Malditos Gastos, — hemos pagado mucho más dinero en impuestos federales que lo que recibimos. Hemos financiado grandes proyectos de infraestructura en tus condados rurales, hemos subsidiado tus escuelas y tus plantas de energía y tus hogares de ancianos, les hemos enviado industrias enteras, y simultáneamente hemos absorbido a los más desvalidos, no cualificados y oprimidos de tu población, blanca y negra por igual.

“Todo lo cual, según parece, solo te ha hecho ser más resentido, blanco y derechista que nunca”.

Los ignorantes directores de New Republic creen que la clase de personas más inteligente y culta en las costas este y oeste crean todo el valor, mientras que “ustedes” allí en el medio —la “basura blanca” según él— sobreviven “chupando de la teta federal” y constituyen la “América Roja de las Estampillas de Alimentos”.

“Hoy en día, las ciudades generan la inmensa mayoría de la riqueza de Estados Unidos”, escribe Baker, como si las ciudades no estuvieran dividas en clases sociales, “las ciudades, es decir, donde viven los azules”.

Su solución: los estados azules deberían separarse en todos los sentidos menos en el nombre de Estados Unidos, poniendo a un lado a la clase trabajadora. ¡Buena suerte con eso!

Against the Current (Contra la Corriente), la revista de Solidarity, un grupo que se describe como “una organización socialista independiente dedicada a la formación de un amplio reagrupamiento de la izquierda en Estados Unidos”, comparte la opinión de Baker.

Un artículo destacado de Malik Miah, titulado “Haciendo ingobernable la América de Trump” en su edición de marzo/abril ataca a todos los trabajadores que votaron por Trump. Miah cita al columnista liberal del Times Charles Blow, quien dice “la América de Trump es brutal, perversa, regresiva, insular y temerosa. … Es una vasta extensión de ignorancia y desolación”.

Miah dice que estos trabajadores creen que “el poder, especialmente el poder blanco, es lo que va a ‘hacer a América grande otra vez’. Los afroamericanos, los mexicanos y los musulmanes en particular, Trump dice, debilitan a Estados Unidos. Muchos trabajadores blancos aceptan esta visión oscura de la realidad suscitada por Trump”.

“El nativismo blanco está en ascenso otra vez y de una manera más flagrante bajo el régimen de Trump”, dice Miah.

¿Qué se puede hacer? Convencer a los capitalistas a que se deshagan de Trump. “Trump es la figura grandilocuente de los súper ricos que gobiernan este país”, dice. Es necesario abrumarlos con protestas y desobediencia civil contra Trump y los trabajadores que lo apoyan. “Si la retórica y la política comienzan a perjudicar sus intereses”, los gobernantes mismos lo echarán.

¿Cuál es el verdadero propósito? Devolver a los demócratas al poder.

La revista Nation, la cual se jacta de ser el “‘buque insignia’ de la izquierda política”, presentó en su edición del 27 de marzo una “Guía para la resistencia”.

El foco de la mayoría de los grupos que destaca la revista es tomar el control del Partido Demócrata y reconstruirlo en la imagen de Bernie Sanders.

El objetivo de “Swing Left” (giro a la izquierda) dice Nation, es promover que “activistas progresistas en distritos congresionales seguros” se postulen y “en última instancia, regresar la legislatura al control demócrata en 2018”.

El grupo “Run for Something” (postularse en lo que sea) dice que ya han inscrito a “casi 3 mil candidatos jóvenes para elecciones de cargos locales”.  
 
 
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