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Vol. 81/No. 1      2 de enero de 2017

 
(portada)

Crece apoyo en lucha contra censura del
‘Militante’ en Attica

 
POR SETH GALINSKY
Más de un mes después de que el Militante apeló la incautación de su edición del 3 de octubre por las autoridades de la prisión de Attica, el departamento correccional del estado de Nueva York no ha dado una respuesta. Los funcionarios de Attica incautaron dos ediciones más del Militante, las del 31 de octubre y el 21 de noviembre, argumentando que los reportajes sobre la apelación incluidas en estos números “podrían incitar a la desobediencia”.

El suscriptor del Militante Jalil Muntaqim (antes Anthony Bottom) ha enfrentado otros actos arbitrarios de censura y violación de sus derechos constitucionales por las autoridades de la prisión de Attica.

El año pasado los oficiales de Attica no le entregaron cuatro libros que le habían sido enviados, incluyendo uno de poesías escritas por Muntaqim y han estado interceptando su correo.

El artículo del Militante prohibido por las autoridades “es una presentación verídica de los hechos”, escribió David Goldstein, abogado del Militante, de la firma de abogados de derechos civiles Rabinowitz, Boudin, Standard, Krinsky & Lieberman al apelar la última censura.

“Es difícil concluir que la censura de este breve artículo sea por algo más que una prohibición total de toda mención de Attica, de la rebelión en Attica, o de los derechos constitucionales de los prisioneros, que no sea el punto de vista aprobado por las autoridades de la prisión”, escribió Goldstein. “Sin embargo, las autoridades carcelarias, incluyendo las de Attica, no tienen la autorización para seleccionar al Militante para ser censurado o para prohibir los reportajes sobre la censura en Attica”.

“Nada en el artículo podría interpretarse racionalmente de ‘promover’ ‘actos de desobediencia’”, escribió Goldstein.

“Estén de acuerdo o no las autoridades con esta o cualquier otra publicación, los hombres en Attica siguen siendo ciudadanos de Estados Unidos con derechos protegidos por nuestra constitución”, escribió la Dra. Heather Ann Thompson en una declaración de apoyo enviada al Militante el 4 de diciembre. “Estos hombres tienen el derecho a leer y pensar por sí mismos y no hay nada en las páginas del Militante que sea una amenaza directa o inmediata a la seguridad de cualquier autoridad o empleado en Attica”.

Thompson, una profesora de historia en la Universidad de Michigan, es autora del libro “Blood in the Water: The Attica Prison Uprising de 1971 and Its Legacy” (Sangre en el agua: La rebelión de la prisión de Attica de 1971 y su legado). El libro resalta la humanidad de los reos que se rebelaron contra las condiciones brutales y el abuso, tortura y violencia que usaron los policías y guardias cuando recuperaron el control de la prisión.

La edición del 3 de octubre del Militante destacó en su primera plana un artículo sobre la rebelión.

El American Friends Service Committee también denunció la censura de Attica contra el Militante.

Muntaqim —un ex miembro del Partido de las Panteras Negras, el Ejército para la Liberación de los Negros y fundador del Movimiento Jericho, que apoya la lucha por la amnistía de los prisioneros políticos en Estados Unidos— fue puesto en aislamiento el 6 de diciembre. Según la página www.freejalil.com, los oficiales aparentemente se opusieron a que él mencionara al Partido de las Panteras Negras en un curso sobre la historia de los negros que él imparte a decenas de sus compañeros de prisión.

Él ha estado en prisión desde que tenía 19 años, acusado de matar a dos policías en 1971. A Muntaqim se le ha negado la libertad condicional repetidamente. Sus partidarios han estado pidiendo al gobernador Andrew Cuomo que conmute su sentencia.

“Attica y el departamento correccional actúan como si ellos estuvieran por encima de la ley”, dijo el director del Militante John Studer. “Todos los que se suman a la oposición a la censura del Militante, están defendiendo la libertad de prensa y de expresión”.

Studer instó a que se envíe declaraciones de apoyo para continuar presionando a las autoridades de Attica hasta que sea revocada la decisión y permitan que los suscriptores lean el periódico. La caja de abajo incluye algunos de los que han extendido apoyo y explica cómo usted puede ayudar.  
 
 
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