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Vol. 80/No. 44      21 de noviembre de 2016

 
(portada)

Caracas y partidos pro-imperialistas dialogan en medio de crisis

 
POR MAGGIE TROWE
Cuando una inflación desenfrenada y escaseces de alimentos, medicinas y otras necesidades básicas están golpeando al pueblo trabajador de Venezuela, una coalición no muy unificada de partidos pro imperialistas de la oposición organizaron grandes protestas contra el presidente Nicolás Maduro y el gobierno del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) el 26 de octubre. Pero la huelga que habían convocado para el 28 de octubre se esfumó.

El gobierno ha realizado reuniones con algunos de los partidos de la oposición para tratar de evitar enfrentamientos violentos. La sesión más reciente fue iniciada por el Vaticano y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). La administración de Barack Obama ha apoyado las charlas ya que prefiere una transición a un gobierno más favorable a Washington sin un colapso de la estabilidad.

Las protestas organizadas por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), incluyendo la del 26 de octubre en la cual participaron centenares de miles de personas, han exigido que el gobierno permita que se celebre este año un referéndum para revocar al presidente. La autoridad electoral de Venezuela suspendió el 20 de octubre los esfuerzos de la oposición de poner esta propuesta en la boleta electoral después que las cortes declararon que un gran porcentaje de las firmas eran fraudulentas.

MUD también convocó a los trabajadores a permanecer en sus hogares para provocar una huelga general, pero según los informes de la prensa el apoyo al paro de labores fue muy fragmentario. Muchos trabajadores han expresado su frustración con las escaseces y la crisis económica, pero a la vez, desconfían de las metas de los patrones y temen que el curso de provocar confrontaciones que siguen secciones de la oposición puede resultar en un caos.

Fedecámaras, la principal asociación patronal del país, no convocó a los dueños de fabricas y negocios a cerrar sus empresas como lo hicieron en 2002, cuando apoyaron una fallida “huelga” en un intento de derrocar al difunto presidente Hugo Chávez.

Miles de partidarios del PSUV se manifestaron frente al palacio presidencial ese día para declarar que la huelga era un fracaso.

Divisiones en la oposición

Representantes de algunos de los partidos principales en la MUD participaron en negociaciones con funcionarios del gobierno el 30 de octubre. El partido Voluntad Popular, cuyo dirigente Leopoldo López está encarcelado, rehusó participar.

Después de discusiones con el vicesecretario de estado de Estados Unidos Thomas Shannon el primero de noviembre, la oposición canceló una protesta programada para el 3 de noviembre.

La desesperante situación económica que enfrentan los trabajadores venezolanos es producto de la contracción mundial de la producción y comercio capitalistas y la consecuente caída del precio del petróleo, el principal producto de exportación y fuente de ingresos del país. Aunque el gobierno de Maduro y anteriormente el de Chávez han usado los ingresos del petróleo para pagar por programas sociales, el predominio de las relaciones de propiedad capitalistas garantizan que el peso de la crisis económica y social lo sufran los trabajadores y los agricultores pobres.

La escases de alimentos básicos en los almacenes subsidiados por el gobierno ha forzado a los trabajadores a pasarse horas en las colas. Las tropas del gobierno que controlan las filas han llegado ha tener enfrentamientos con trabajadores.

En julio el presidente puso la distribución de alimentos básicos en manos del ministro de defensa, el general Vladimir Padrino López. Muchas medidas del gobierno le han dado a los militares mayor control de la actividad económica. El gobierno de Maduro también creó los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, dirigidos por partidarios del PSUV, para distribuir alimentos a precios subsidiados. Estos han tenido resultados limitados por la falla del gobierno en movilizar al pueblo trabajador de la ciudad y del campo para enfrentar las consecuencias de la crisis capitalista.  
 
 
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