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Vol. 80/No. 38      10 de octubre de 2016

 
(portada)

Moscú, Assad azotan Alepo, EEUU busca nuevo pacto

 
POR NAOMI CRAINE
El pueblo trabajador en Alepo, Siria, ha sido azotado desde el 22 de septiembre por los bombardeos del gobierno de Bashar al-Assad y de Moscú, el cual apoya al régimen sirio, después que se quebró una breve tregua negociada por los gobiernos de Estados Unidos y Rusia.

Las tropas del ejército sirio, respaldadas por fuerzas iraníes, tropas del Hizbolá de Líbano y milicias chiitas de Iraq, iniciaron una ofensiva el 27 de septiembre atacando las entradas de varios barrios de Alepo que están bajo el control de las fuerzas que se oponen al régimen de Assad.

Los gobernantes imperialistas de Estados Unidos, Francia y el Reino Unido condenaron los ataques del gobierno sirio y ruso en una reunión especial del Consejo de Seguridad de la ONU el 25 de septiembre. Insistieron que el gobierno ruso aceptara un nuevo acuerdo con términos similares a los del cese al fuego que se acaba de desmoronar.

La tregua colapsó después que aviones estadounidenses bombardearon a unidades sirias, una acción que Washington dijo haber sido un “error”, y después que Moscú rechazara las abundantes pruebas sobre su responsabilidad en un ataque que destruyó una caravana de ayuda humanitaria de Naciones Unidas que se dirigía a las áreas rebeldes que se encuentran bajo sitio.

Los gobernantes norteamericanos consideran un trato con Moscú como la única manera para garantizar cierta estabilidad para sus intereses imperialistas y para intensificar sus ataques contra el Estado Islámico.

Pero los conflictos de intereses entre Washington, Moscú, Teherán y otras potencias capitalistas en la región, junto con el debilitamiento relativo del imperialismo estadounidense, siguen impidiendo sus esfuerzos.

El ministro del exterior francés Jean-Marc Ayrault dijo a los medios el 19 de septiembre que en futuras negociaciones, “no debemos limitar el diálogo a dos países”, buscando como ampliar el papel de París, el ex colonizador de Siria. El gobierno francés está realizando ataques aéreos en Siria e Iraq como parte de la coalición dirigida por Washington contra el Estado Islámico.

La catástrofe que enfrenta el pueblo trabajador sirio sigue creciendo, desde el número de muertos y la crisis de refugiados hasta la escasez de alimentos. En la sección de Alepo controlada por los rebeldes, el precio del arroz se ha multiplicado cinco veces en meses recientes, el del azúcar diez veces y la harina no se puede conseguir.

Un aspecto clave de la tregua negociada por el secretario de estado John Kerry y el ministro del exterior ruso Sergey Lavrov era que si se lograba mantener, Washington y Moscú comenzarían a compartir información de inteligencia para realizar ataques coordinados contra el Estado Islámico y el antiguo Frente al-Nusra.

Esto provocó un debate entre funcionarios del Departamento de Estado y el Pentágono, en el que oficiales de alto rango cuestionaron en público la idea de compartir información con Moscú. “Sería prematuro decir que vamos a entrar de lleno en esto”, dijo el teniente general Jeffrey Harrigian, comandante del Comando Central de las Fuerzas Aéreas, el 13 de septiembre.

El secretario de defensa Ashton Carter restó importancia a la disputa, reafirmando la adhesión del Pentágono al curso de la administración. “Nosotros en el departamento de defensa desempeñaremos cualquier papel que tengamos”, dijo a los medios el 14 de septiembre.

Existe un creciente consenso bipartidista en Washington de que el poder imperialista estadounidense se ha visto debilitado a raíz de sus fallidas intervenciones militares en el Medio Oriente y otros países a lo largo de los años. Ellos consideran que un trato con Moscú representa la única esperanza para que Washington continúe manteniendo su influencia y explotación de la región.  
 
 
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