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Vol. 80/No. 33      5 de septiembre de 2016

 
(especial)

Encuentro intl. resalta lazos entre Puerto Rico, República Dominicana y la Revolución Cubana

Conferencia en Santo Domingo exige fin al embargo,
retorno de Guantánamo a Cuba

 
POR MARTÍN KOPPEL
Y MARY-ALICE WATERS
SANTO DOMINGO, República Dominicana —“Tenemos que explicar la verdad sobre la Revolución Cubana y combatir las mentiras”, dijo Fernando González a los delegados aquí en la clausura de una conferencia continental de solidaridad con la Revolución Cubana.

A pesar de los intentos de Washington y sus aliados de socavar la revolución, la dirección cubana no está siguiendo un curso hacia el capitalismo, dijo González. Para afrontar los retos actuales, “lo que estamos haciendo en Cuba es para más socialismo”.

González, vicepresidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), es conocido mundialmente como uno de los cinco cubanos que estuvieron presos hasta 16 años en cárceles de Estados Unidos bajo cargos fabricados debido a sus acciones en defensa de la Revolución Cubana.

Los delegados al Octavo Encuentro Continental de Solidaridad con Cuba propusieron acciones para exigir que el gobierno norteamericano cese su guerra económica contra Cuba, devuelva la Bahía de Guantánamo a la soberanía cubana y ponga fin a sus programas de subversión contra ese país.

El encuentro, celebrado del 28 al 30 de julio en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, estuvo marcado por la historia de más de 150 años de luchas revolucionarias entrelazadas en las antiguas colonias españolas del Caribe: Cuba, República Dominicana y Puerto Rico.

Delegados de toda América

Participaron unas 370 personas de 25 países. Las mayores delegaciones fueron los 150 participantes de República Dominicana y más de 100 de Puerto Rico; casi 40 llegaron de Colombia. También vinieron delegados de otros países de Centro y Sudamérica, como también de Haití y del Caribe de habla inglesa y holandesa. Además había 11 de Estados Unidos y tres de Canadá.

La conferencia fue auspiciada por la Campaña Dominicana de Solidaridad con Cuba, el Comité de Solidaridad con Cuba en Puerto Rico y el ICAP. Con presentaciones, mesas de trabajo, exposiciones de fotos, presentaciones de libros, presentaciones de música y danza y visitas a sitios históricos, además de comidas y transporte para los delegados, fue un evento bien organizado. Miembros de la Campaña Dominicana de Solidaridad con Cuba, que tiene capítulos en las 31 provincias del país, dijeron que habían promovido y recaudado fondos para el evento durante todo un año. La universidad, co-patrocinador del evento, proporcionó generosos recursos.

En la inauguración el rector de la UASD, Iván Grullón, dio la bienvenida a los delegados. Dijo que era un honor para la universidad ser anfitrión de un encuentro internacional de solidaridad con Cuba, “nación que merece, como la que más, y de la manera más plena posible, los títulos de libre, independiente y soberana”.

Grullón agregó una nota personal. De joven él había tomado parte en la rebelión popular de 1965 que resistió la invasión militar norteamericana de su país. Cuando salió de Santo Domingo tras la derrota del levantamiento de masas, en el mismo avión viajaban muchos revolucionarios que habían sido heridos en combate. “¿Y qué país recibió y atendió a los mutilados?” preguntó. “¡Cuba!”

El rector presentó al invitado de honor Delio Gómez Ochoa, quien comandó uno de los frentes del Ejército Rebelde en la guerra revolucionaria cubana. El 14 de junio de 1959, menos de seis meses tras la victoria revolucionaria en Cuba, Gómez Ochoa y 21 otro cubanos se unieron a 150 revolucionarios dominicanos en una expedición guerrillera, lanzada desde Cuba, para derrocar al dictador Rafael Leónidas Trujillo. Fue capturado poco después de aterrizar y fue encarcelado en Santo Domingo hasta después del asesinato de Trujillo en 1961.

En la inauguración hablaron además Carlos de la Nuez, embajador de Cuba en República Dominicana; Kenia Serrano, presidenta del ICAP; y Fernando González. Los tres participaron en todas las actividades de la conferencia.

También habló Iván Rodríguez, coordinador del comité organizador de la conferencia. Él es reconocido aquí como veterano del Movimiento 14 de Junio, el cual ayudó a dirigir la lucha popular contra la tiranía trujillista y luego la resistencia a la invasión de Washington de 1965.

Al reconocer a los presentes en el evento inaugural, Serrano dio la bienvenida a los casi 100 cañeros dominico-haitianos, miembros de la Unión de Trabajadores Cañeros, que llenaron el balcón y parte de la planta baja. Se levantaron coreando, ante la aclamación del público, mientras Serrano reiteró “nuestra solidaridad con el pueblo haitiano”.

El embajador cubano De la Nuez habló sobre “El bloqueo económico de Estados Unidos y sus consecuencias”. Señaló que, a pesar del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Washington y Cuba tras medio siglo de intentos fallidos de destruir la revolución, “el bloqueo sigue intacto”. De la Nuez delineó cómo el liderazgo cubano está enfrentando los actuales retos económicos y políticos para la revolución.

Ejemplo de Revolución Cubana

Uno de los principales oradores fue Frei Betto, sacerdote brasileño de la teología de liberación y veterano defensor de la Revolución Cubana. Habló sobre el ejemplo de Cuba en el mundo por su abnegada solidaridad y apoyo a las luchas antiimperialistas en todo el mundo.

Betto relató que de joven, a principios de los años 1970, fue encarcelado por la dictadura militar en Brasil por sus actividades políticas. Las autoridades penales temían tanto el atractivo popular de la Revolución Cubana, dijo, que les prohibieron a los presos recibir libros o materiales relacionados a Cuba. Uno de estos títulos, dijo, ante las risas del público, “¡fue un libro sobre el cubismo!”

El historial solidario de la Revolución Cubana “es un ejemplo para nosotros, especialmente hoy en estos momentos de crisis para los gobiernos democráticos populares en América Latina”, dijo Betto, en referencia a los de Brasil, Venezuela y otros países.

“Uno de los errores más grandes que hemos cometido”, dijo, “es garantizar a la gente mejores condiciones de vida en términos de bienes materiales sin hacer un trabajo político con la gente para formar conciencia, para crear ciudadanos protagonistas políticos”.

Betto agregó: “No hay mejor manera de defender la Revolución Cubana que trabajar con los campesinos, los obreros y los jóvenes: preparar a gente para cambiar nuestros propios países”.

La situación actual en Venezuela se abordó en un panel con Alí Uzcátegui, embajador de ese país en República Dominicana, y Julio Chávez, diputado en el parlamento venezolano. Describieron los esfuerzos de la oposición pro-imperialista venezolana y de Washington para socavar el gobierno del presidente Nicolás Maduro y echar atrás los logros sociales conquistados por el pueblo trabajador.

En una sesión sobre la lucha anti-colonial en Puerto Rico, Eduardo Villanueva, presidente del Comité Pro Derechos Humanos en Puerto Rico, subrayó los 150 años de lucha contra el dominio colonial español y estadounidense. Destacó la campaña para liberar a Oscar López Rivera, dirigente independentista que ha cumplido 35 años de una condena de 70 años en las cárceles de Estados Unidos bajo cargos fabricados de conspiración sediciosa. “Oscar se ha convertido en símbolo de la libertad de Puerto Rico”, dijo Villanueva.

Miriam Montes Mock habló sobre los esfuerzos a favor de la excarcelación de su prima, Ana Belén Montes, arrestada en 2001 mientras trabajaba en la Agencia de Inteligencia de la Defensa de Estados Unidos. “Le echaron 25 años de prisión en una cárcel de máxima seguridad tras declararse culpable de conspiración para cometer espionaje a favor de la Dirección de Inteligencia de Cuba”, dijo Montes Mock. Ella había actuado para “proteger al pueblo cubano de la política hostil de los Estados Unidos”. Montes Mock se enfocó en las severas condiciones restrictivas que enfrenta Ana Montes, y les agradeció a los delegados su solidaridad.

En otra sesión, Fernando González dijo que él había compartido cinco de sus más de 15 años de prisión con “mi hermano Oscar” y recalcó la importancia del creciente apoyo internacional en la batalla para liberarlo.

Un nuevo libro, La contrarrevolución cubana en Puerto Rico y el caso de Carlos Muñiz Varela, se presentó en un panel con los tres autores: Jesús Arboleya, Raúl Álzaga y Ricardo Fraga. Muñiz Varela fue un dirigente fundador de la Brigada Antonio Maceo, organización de jóvenes cubanos en Estados Unidos y Puerto Rico que se oponían a la política de Washington hacia Cuba. Fue asesinado en San Juan en 1979, pero nadie ha sido procesado por el crimen, a pesar de la evidencia de que contrarrevolucionarios cubanoamericanos y policías estuvieron implicados. Álzaga and Fraga, también fundadores de la Brigada Antonio Maceo, han dedicado años a exponer los hechos sobre el asesinato de su compañero.

El libro documenta cómo el asesinato de Muñiz Varela forma parte de la historia violenta de los grupos derechistas cubanoamericanos en Puerto Rico, respaldados por Washington, que han atacado al movimiento independentista y a los defensores de la Revolución Cubana.

Los delegados también realizaron talleres y redactaron propuestas de acción en torno a cuatro temas: la lucha contra el bloqueo norteamericano; el colonialismo estadounidense y los presos políticos; la mujer y la integración de América Latina; y la juventud frente a la crisis.

Luchas entrelazadas

El encuentro llevó la impronta de la historia compartida de luchas revolucionarias en el Caribe de habla hispana. Los delegados internacionales visitaron Baní, ciudad natal de Máximo Gómez, quien comandó el ejército de liberación en la guerra cubana de independencia de 1895–98 contra España. Fueron llevados a la casa natal de Gómez, así como al Instituto Politécnico Máximo Gómez, construido con recursos donados por Cuba e inaugurado en el año 2000.

Los delegados asistieron a un evento ante un monumento dedicado a dos destacados independentistas del siglo 19, José Martí de Cuba y Eugenio María de Hostos de Puerto Rico. Ambos abogaron por una Confederación Antillana de Cuba, Puerto Rico y República Dominicana.

Uno de los aspectos notables del encuentro fue una exposición de 65 paneles de fotos sobre la rebelión de masas de abril de 1965 en Santo Domingo. Dio una imagen viva de las movilizaciones populares que comenzaron en 1963 cuando altos oficiales militares derrocaron al presidente Juan Bosch, elegido tras el fin de 30 años de dictadura trujillista. Los trabajadores y agricultores salieron a las calles para exigir la restitución del presidente, y un grupo de militares, conocidos como los “constitucionalistas,” depuso a la junta pro-imperialista. El presidente estadounidense Lyndon Johnson mandó a 42 mil marines para impedir lo que él llamó “una segunda Cuba”. La resistencia a la ocupación norteamericana fue dirigida por el oficial constitucionalista Francisco Caamaño.

Como señaló Iván Rodríguez durante una visita al monumento a Caamaño, “Durante más de cinco meses el pueblo dominicano resistió a las fuerzas armadas de la nación más poderosa del mundo”. Varios otros miembros del comité organizador fueron protagonistas del levantamiento de 1965, incluyendo Vicenta Vélez, combatiente y viuda de Caamaño.

También había una exposición de fotos por el centenario de la primera ocupación militar norteamericana de República Dominicana, de 1916 a 1924, que coincidió con la ocupación por Washington del vecino Haití.

Uno de los delegados puertorriqueños era Carlos Padilla, quien estuvo preso junto a Pedro Albizu Campos, dirigente del Partido Nacionalista, después de la revuelta independentista de 1950 en la isla. Cuando el gobierno revolucionario cubano tomó el poder en 1959, Ernesto Che Guevara le pidió a su amigo y compañero Padilla que ayudara a fundar la agencia noticiosa cubana Prensa Latina.

Luchas de clase en el mundo de hoy

Durante los tres días, los conferencistas intercambiaron criterios y experiencias no solo sobre la defensa de la Revolución Cubana sino las luchas que se desarrollan en el mundo de hoy.

Algunos eran activistas en la lucha contra las deportaciones de trabajadores haitianos y la denegación de derechos ciudadanos a muchos dominicanos de ascendencia haitiana, lucha que sigue caracterizando la política de este país. Entre ellos estaba la periodista Maribel Núñez, quien proporcionó materiales informativos de grupos como Dominicanos por Derecho.

Los organizadores de la conferencia habían previsto la participación de casi 40 delegados de Haití. Los dos que asistieron explicaron que un factor que limitó la participación de su país fue que la autoridades dominicanas cobran 230 dólares para una visa de entrada, aunque cobran solo 10 dólares a los visitantes de Estados Unidos y otros países.

Una buena parte de la delegación puertorriqueña eran miembros de los grupos juveniles del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano, del Partido Independentista Puertorriqueño y de otras organizaciones. Describieron las experiencias que han tenido en protestas en respuesta a la crisis política y económica que asola la colonia estadounidense.

Lenna Ramírez, estudiante de la Universidad de Puerto Rico que milita en la Juventud Hostosiana, dijo que están viendo una mayor receptividad entre los trabajadores y jóvenes a la lucha contra el dominio colonial estadounidense y a la perspectiva independentista.

Entre los delegados dominicanos había campesinos de Azua y Monte Plata que forman parte de la Articulación Nacional Campesina y de la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas (CONAMUCA), que luchan por acceso a la tierra, al agua y al crédito y contra la discriminación.

Delegados de diferentes grupos trajeron, expusieron y vendieron libros, carteles, camisetas y CDs sobre diversos temas. Los libros que trajeron miembros del Partido Socialista de los Trabajadores en Estados Unidos se vendieron como pan caliente, tratando temas desde la lucha por los derechos de la mujer hasta Maurice Bishop y la Revolución Granadina, la Revolución Cubana, Malcolm X, las luchas de los Teamsters en los años 30 y la política obrera en Estados Unidos hoy día.

Acciones contra sanciones EE.UU.

La conferencia aprobó una Declaración Final que insta a organizar acciones a nivel internacional para exigir que el gobierno estadounidense levante sus sanciones económicas contra Cuba y devuelva la Bahía de Guantánamo a ese país. Llamó a la eliminación de leyes y políticas que estimulan la emigración de cubanos a Estados Unidos fuera de las vías legales y que pretenden incitar a médicos cubanos a que deserten de las misiones médicas voluntarias en otros países.

La declaración se solidarizó con Venezuela, con la lucha por la libertad de Oscar López y otros presos políticos en Estados Unidos y todo el mundo y con la lucha por la retirada de tropas extranjeras de la llamada Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití.

El próximo encuentro continental se celebrará en 2018 en Nicaragua. Para fines del año se han programado conferencias regionales en Europea y África de solidaridad con Cuba.  
 
 
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