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Vol. 80/No. 25      11 de julio de 2016

 
(portada)

Explotación colonial de Puerto Rico por EUA
no ha cambiado

 
POR SETH GALINSKY
NACIONES UNIDAS—Ahora que el pueblo trabajador de Puerto Rico está siendo golpeado por una creciente crisis, y las medidas de Washington dejan al descubierto que le niega la soberanía a Puerto Rico, los partidarios de la independencia llevaron su lucha al Comité Especial de Descolonización de Naciones Unidas.

La mayoría de las aproximadamente 60 personas que hablaron en la audiencia anual sobre el estatus de la isla nación realizada el 20 de junio exigieron la libertad del veterano luchador independentista Oscar López, incluyendo aquellos que se oponen al movimiento independentista. En 1950, Washington dijo que Puerto Rico pasaba a ser un “territorio autónomo”. Pero orador tras orador dijo que en realidad Puerto Rico nunca ha dejado de ser una colonia de Estados Unidos.

“Los acontecimientos recientes eliminaron el espacio para la ilusiones, espejismos y engaños que han prevalecido sobre el estatus político de Puerto Rico”, dijo Olga Sanabria a nombre del Comité de Puerto Rico en las Naciones Unidas. La continua encarcelación de López, añadió, “simboliza la brutal dominación imperial a que ha sido sujeto el pueblo de Puerto Rico durante más de 118 años”, además de su resistencia.

El presidente del comité anunció los planes para visitar a López en el transcurso de este año. Su hija Clarisa López dijo ante el comité que el amor de su padre “por la igualdad, la justicia y la independencia de Puerto Rico están intactos”.

Muchos de los ponentes hicieron referencia a dos fallos de la Corte Suprema de Estados Unidos que subrayan el estatus colonial de Puerto Rico. El 13 de junio la corte le prohibió al gobierno de la isla promulgar sus propias leyes de bancarrota. La semana anterior la corte reafirmó que el gobierno de Puerto Rico no es “soberano” y deriva todo su poder del Congreso de Estados Unidos.

Los oradores también condenaron un proyecto de ley federal respaldado por los partidos republicano y demócrata y el presidente Barack Obama que entregaría el control de las finanzas y el presupuesto del gobierno colonial de la isla a una junta de siete miembros nombrados por el presidente de Estados Unidos, para asegurar que la deuda pública de Puerto Rico de 70 mil millones de dólares sea pagada.

Los tenedores de bonos “quieren convertir [la deuda] en guillotina de los derechos de nuestro pueblo”, dijo Pedro Irene Maymí, en representación de la Central Puertorriqueña de Trabajadores (CPT). “Es impagable en las condiciones actuales”.

Los representantes de los dos principales partidos coloniales de Puerto Rico —el gobernador Alejandro García Padilla, del gobernante Partido Popular Democrático, que quiere mantener a la isla como un “estado libre asociado”, y Ricardo Rosselló, presidente del Partido Nuevo Progresista, el cual dice que Puerto Rico debería convertirse en el estado 51— denunciaron las recientes medidas de Washington.

Ambos partidos han exigido el derecho del gobierno de Puerto Rico de declararse en bancarrota. Su meta no es muy distinta a la de la junta de control fiscal, pero quieren asegurar que la clase capitalista de la isla tenga una participación mayor en la “reestructuración” de la deuda.

Y ambos han sido responsable por los despidos de más de 30 mil trabajadores públicos, recortes de las pensiones, cierres de escuelas, aumentos en los impuestos que paga el pueblo trabajador y otras medidas emprendidas para pagar la creciente deuda.

“Nada ha cambiado en la relación colonial de Estados Unidos hacia Puerto Rico”, dijo Iris Colón Dipini a nombre del Partido Nacionalista de Puerto Rico. “Nuestra crisis está profundamente arraigada en la explotación de Puerto Rico como una colonia”.

¿Quién le debe a quién?

Héctor Pesquera, copresidente del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano, señaló que después que Washington invadió Puerto Rico en 1898, los pequeños agricultores fueron obligados a vender sus tierras a las agroindustrias estadounidenses.

“Luego nos impusieron la ciudadanía estadounidense para reclutar a nuestra juventud para la Primera Guerra Mundial. Desde entonces hemos sido carne de cañón del ejército invasor”, dijo.

Pesquera señaló que las compañías estadounidenses extraen miles de millones de dólares de ganancias de Puerto Rico cada año, a la vez que llevan a la quiebra a los agricultores y los pequeños comerciantes.

“Así que, ¿Quién le debe a quién?” dijo.

Trabajadores, los más golpeados

“Los trabajadores hemos sido los más golpeados”, dijo Pedro Irene Maymí. “Cientos de miles de nuestros hermanos han perdido sus empleos, muchos se han visto obligados a emigrar principalmente hacia Estados Unidos, formando parte de lo que es ya el flujo migratorio más grande en nuestra historia”.

“Una lucha exitosa por la independencia de Puerto Rico también beneficiará a la inmensa mayoría del pueblo de Estados Unidos”, dijo Alyson Kennedy, candidata del Partido Socialista de los Trabajadores para presidente de Estados Unidos. “El pueblo de Puerto Rico y el pueblo trabajador en Estados Unidos tenemos intereses comunes, un enemigo común, una lucha común”. La crisis está abriendo nuevas oportunidades, dijo Manuel Meléndez Lavandero, al hablar a nombre de Un Llamado a la Acción por Puerto Rico, basado en Nueva York. Hoy en día “hay un pueblo que comienza a mirar con curiosidad la posibilidad de un Puerto Rico independiente”.

El Comité Especial aprobó por consenso una resolución presentada por el embajador cubano Humberto Rivero Rosario, la cual pide que la Asamblea General programe una discusión sobre el estatus de Puerto Rico y que el comité facilite un diálogo entre Washington y Puerto Rico sobre la autodeterminación y la independencia.

“El pueblo de Puerto Rico continúa sin poder ejercer su legítimo derecho a la genuina autodeterminación”, dijo Rivero. “Estados Unidos mantiene el dominio económico, político y social sobre esa hermana nación, que, a pesar de ello, ha preservado su arraigada e inclaudicable vocación de independencia, aun cuando han transcurrido 118 años de la intervención de los Estados Unidos en Puerto Rico”, una causa siempre respaldada por Cuba revolucionaria.
 
 
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