El Militante (logo)  

Vol. 80/No. 24      20 de junio de 2016

 
(portada)

Obama utiliza gira en Asia para impulsar alianzas contra China

 
POR SETH GALINSKY
Usando palabras vacías de querer un “mundo libre de armas nucleares”, Barack Obama visitó Hiroshima, Japón, el 27 de mayo, y Vietnam unos días antes, con el fin de fortalecer las alianzas que Washington pueda utilizar para competir económica, política y militarmente con Beijing.

Washington está especialmente preocupado del creciente poderío naval del gobierno chino, que es un desafío al control del Pacífico por el imperialismo estadounidense, un botín de la derrota de Japón por Washington en la Segunda Guerra Mundial.

En los últimos dos años, Beijing ha realizado construcciones sobre arrecifes, bancos de arena e islotes en el Mar del Sur de China —cuyas aguas acogen un tercio del tráfico marítimo mundial— para colocar pistas de aterrizaje y, en por lo menos un caso, desplegar misiles tierra-aire. Por lo menos tres veces en los últimos siete meses, buques de guerra estadounidenses han navegado deliberadamente cerca de estas islas artificiales. Sólo unos días antes del viaje de Obama a Asia, dos aviones de combate chinos se acercaron a menos de 50 pies de un avión de reconocimiento de la marina estadounidense cerca de las islas.

El primer día de visitar Vietnam del 23 al 25 de mayo, Obama anunció el levantamiento de la prohibición de vender armas a Hanoi, la cual Washington ha mantenido durante décadas. Los dos gobiernos han colaborado militarmente de forma limitada desde el 2003.

En su discurso del 24 de mayo en el Centro Nacional de Convenciones de Hanoi, Obama quiso dar la impresión de que la guerra norteamericana en Vietnam fue resultado de un malentendido.

“Las rivalidades de la guerra fría y los temores del comunismo nos llevaron al conflicto”, dijo Obama. En este, murieron 3 millones de vietnamitas y 58 315 soldados estadounidenses.

No mencionó que primero París y luego Washington enviaron cientos de miles de soldados para aplastar la lucha revolucionaria vietnamita por la independencia y por una nación unificada. Washington fue finalmente obligado a retirarse en 1975 debido a la resistencia de los luchadores vietnamitas por la libertad, así como las protestas de millones de personas en Estados Unidos y otros países para exigir el retiro inmediato de Washington.

Durante los últimos 20 años, a medida que Hanoi ha acogido la expansión de las inversiones capitalistas, el comercio anual entre Estados Unidos y Vietnam ha crecido de 450 millones de dólares a 45 mil millones, sólo un poco menos que China.

Aunque el gobierno vietnamita no ha olvidado la larga guerra contra el imperialismo estadounidense, también ha enfrentado la intervención militar por parte del gobierno chino. Después de que las tropas vietnamitas derrocaran en 1979 al régimen asesino de Pol Pot en Camboya el cual contaba con el respaldo de China, tuvieron que repeler una invasión de Beijing en la que murieron 10 mil soldados y civiles vietnamitas. En 1988 más de 60 marineros vietnamitas murieron en un enfrentamiento con las fuerzas chinas por el control de parte de las Islas Spratly.

Como parte del acuerdo informal, Washington probablemente le proporcionara a Vietnam radares, sensores, aviones de vigilancia, drones y buques patrulleros que le pertenecían a la guardia costera de Estados Unidos. El New York Times informó que la marina de Estados Unidos espera tener un mayor uso de la bahía Cam Ranh, un puerto vietnamita de aguas profundas recientemente modernizado en el Mar del Sur de China.

Visita a Hiroshima

Obama dio un discurso en Hiroshima el 27 de mayo, la primera vez que un presidente estadounidense visita la ciudad que Washington arrasó con una bomba atómica el 6 de agosto de 1945.

“La muerte cayó del cielo y el mundo cambió”, dijo Obama en el Monumento a la Paz de Hiroshima, refiriéndose a la primera vez que se utilizó un arma nuclear en la guerra como si hubiera sido un desastre natural.

Pero la bomba atómica no cayó simplemente del cielo, fue una decisión deliberada del presidente Harry Truman para destruir una ciudad ocupada en su mayoría por civiles. Por lo menos 80 mil personas murieron en el acto; se estima que la cifra final de muertos está por encima de 135 mil.

Y Obama no dijo una palabra sobre la segunda bomba, una más potente, que las fuerzas estadounidenses lanzaron tres días más tarde sobre Nagasaki y que causó la muerte de entre 50 y 73 mil personas.

El objetivo es “en última instancia, eliminar la existencia de las armas nucleares”, dijo Obama. No mencionó que su administración ha iniciado la “modernización del arsenal estadounidense de alrededor de 4 500 armas nucleares con un costo de 1 billón de dólares.

Su discurso en Hiroshima, con el primer ministro japonés Shinzo Abe a su lado, también reforzó la campaña de militarización del imperialismo japonés.

Desde que asumió su cargo en 2012 Abe ha aumentado el gasto militar de Japón a 41 800 millones de dólares, el más grande en la historia de Japón; ha levantado una prohibición de décadas a la exportación de armas; y ha aprobado leyes que por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial le permiten a sus fuerzas armadas realizar misiones de combate en el extranjero.

Si bien estas medidas han sido bien recibidas por la administración de Obama, han aumentado la inquietud en China, Corea, Vietnam y Filipinas, blancos de las brutales conquistas y colonizaciones imperialistas japonesas antes y durante la Segunda Guerra Mundial.  
 
 
Portada (este número) | Página inicial | Página inicial en versión de texto