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Vol. 80/No. 18      9 de mayo de 2016

 
(artículo principal)

‘Trabajadores, uniones deben controlar la seguridad’

 
POR JOHN STUDER
“Mi trabajo en Verizon se ha vuelto más peligroso. Me he electrocutado dos veces en el trabajo, una vez cuando me obligaron a trabajar solo”, dijo John Hopper, un técnico del condado de Rockland en Nueva York, a la candidata para presidente del Partido Socialista de los Trabajadores Alyson Kennedy durante una acto de apoyo a la huelga de Verizon en Trenton, Nueva Jersey, el 24 de abril. “Uno pone su vida en peligro, pero la empresa no agradece”.

“He trabajado como minera de carbón, y nuestro sindicato libró grandes batallas en las décadas de 1960 y 1970 por la seguridad en el trabajo”, dijo Kennedy. “Ganamos el derecho a negarnos a trabajar bajo condiciones inseguras. Los comités sindicales de seguridad controlaban la situación en la mina. Eso se ha ido erosionando, y la mayoría de las minas hoy no tienen sindicato.

“Desde principios de la década de 1970, la tasa de ganancias de los patrones ha venido disminuyendo”, dijo Kennedy. “Aprietan a los trabajadores, aumentan la productividad y las cosas se ponen más inseguras”.

“Eso es cierto en Verizon”, dijo Hopper, miembro del sindicato de electricistas IBEW. “Allí las ganancias son todo”.

“Somos un partido revolucionario que dice que los trabajadores necesitamos luchar para establecer nuestro propio gobierno que utilice la riqueza que producimos para solucionar los problemas que enfrentan los trabajadores, aquí y en todo el mundo”, explicó Kennedy.

Hopper compró un ejemplar del Militante. “Voy a llevarlo a la sede del sindicato y pedirle al local que compré una suscripción”, dijo.

“Hay muchos políticos hablando hoy en el acto, dijo a Kennedy Dina Bazley, miembro del sindicato de trabajadores de la comunicación CWA. “Me complace el apoyo, pero me parece que nunca hacen nada”.

“Votar por un político demócrata o republicano que suena mejor que el anterior no avanza los intereses de la clase trabajadora”, dijo la candidata del PST. “La huelga de ustedes es un ejemplo de lo que necesitamos hacer más. Y un partido obrero forjado a partir de estas experiencias puede ayudar a señalar el camino a seguir hacia la lucha por el poder político”.

La profundización de la crisis del capitalismo está generando interés por una nueva perspectiva sobre lo que se puede hacer para cambiar las cosas. Esto se ve reflejado en el creciente interés en el PST y en las fricciones y fisuras en los partidos Demócrata y Republicano.

Esto está creando dificultades políticas para la cúpula sindical, que busca atar el destino de los trabajadores a los capitalistas que ellos consideran como “amigos de los trabajadores”, principalmente a través de la maquinaria del partido Demócrata.

“La atracción de los trabajadores hacia Donald Trump está empezando a asustar a los sindicatos”, decía el titular de un artículo en el Huffington Post hace un par de semanas.

“Escuchamos las mismas frases todo el tiempo”, dijo al Post Karen Nussbaum, directora de Working America, una agrupación afiliada a la federación AFL-CIO. “Que la gente está harta y están sufriendo… Y luego entra un tipo al escenario y dice, ‘Yo soy el que va a hacer estallar todo el asunto’”, dijo.

La declaración de Trump de que va a “traer de regreso los empleos a Estados Unidos” evoca el proteccionismo, el nacionalismo estadounidense que ha sido promovido durante mucho tiempo por los dirigentes sindicales.

La cúpula sindical teme que el apoyo hacia Trump va a socavar sus relaciones con los dirigentes del partido Demócrata. “Estoy profundamente preocupada por lo que suscita, incluso entre nuestros miembros”, dijo en enero Mary Kay Henry, presidenta del sindicato SEIU, “donde los miembros están respondiendo al mensaje de Trump”.

La retórica de Sanders sobre una “revolución política” obtiene una respuesta similar. Varios locales sindicales y algunos sindicatos a nivel nacional han respaldado a Sanders.

Muchos trabajadores que respaldan a Sanders o a Trump dicen que ven muchas cosas parecidas en los dos candidatos. Sanders dijo en el programa de televisión Face the Nation que él está tratando de obtener el apoyo de los partidarios de Trump que son “gente de la clase trabajadora” con “ira y temores legítimos a causa de la reducción de los salarios”.

Sanders, Trump y sus comitivas tienen como objetivo convencer a los trabajadores de que “nosotros los norteamericanos” tenemos un interés común en contra de otros trabajadores alrededor del mundo y que debemos luchar por “nuestros” empleos a su costa. Pero no hay ningún “nosotros” en común. Los intereses de la clase trabajadora están diametralmente opuestos a los de la clase patronal, cuyos beneficios y privilegios se sustentan del sudor de los trabajadores, aquí y en todo el mundo.
 
 
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