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Vol. 80/No. 16      25 de abril de 2016

 
(especial)

Por qué hay que exigir la devolución de Guantánamo

 
POR BRIAN WILLIAMS
La devolución a Cuba del “territorio ilegalmente ocupado por la base naval de Guantánamo” y el fin del embargo económico impuesto por Washington que ya lleva 55 años, son pasos imprescindibles que Washington debe tomar antes de que puedan existir relaciones normales con La Habana, reiteró el presidente cubano Raúl Castro durante la visita del presidente Barack Obama a la isla caribeña en marzo.

Obama dijo increíblemente que su administración había “quitado la sombra de la historia” de las relaciones entre Washington y La Habana. No dijo ni una sola palabra sobre la base naval de Guantánamo: 28 mil acres de tierra que rodean la Bahía de Guantánamo, ocupadas por el ejército norteamericano por más de un siglo en violación de la soberanía de Cuba.

En 1898, cuando los independentistas cubanos estaban a punto de lograr la victoria tras 30 años de lucha contra el dominio colonial español, Washington le declaró la guerra a España y se apoderó de las colonias de Puerto Rico, Guam y las Filipinas. El tratado de paz firmado en París en diciembre de 1898 —sin ninguna representación cubana— declaraba, “España renuncia todo derecho de soberanía y propiedad sobre Cuba. … dicha isla, cuando sea evacuada por España, va a ser ocupada por Estados Unidos.”

Una fuerza militar de 45 mil tropas estadounidenses se mantuvo hasta mayo de 1902. Para esa fecha ya habían instalado un gobierno servil a Washington, y se le había impuesto al pueblo cubano una enmienda a la nueva constitución del país, iniciada por el senador estadounidense Orville Platt. La enmienda obligaba al gobierno cubano a ratificar todo lo que hicieran la fuerzas miliares de ocupación y le concedía a Washington el derecho a intervenir en los asuntos internos de Cuba cuando lo considerase necesario

El gobierno títere en La Habana acordó en febrero de 1903 “arrendar” la Bahía de Guantánamo a Washington por un período no especificado.

En años posteriores, el pueblo cubano ha protestado repetidamente la enmienda Platt y el establecimiento de bases militares estadounidenses en territorio cubano. El Cuerpo de Marines de Estados Unidos ocupó Cuba de nuevo de 1906 a 1909 y de 1917 a 1922, y el dominio militar directo de Washington continuó hasta 1926. En 1934, la enmienda Platt fue sustituida por un nuevo tratado que obligaba a Cuba a arrendar Guantánamo a Washington por un tiempo indefinido. Todavía hoy, el gobierno norteamericano envía un “cheque de alquiler” de 4 085 dólares, los cuales el gobierno cubano se ha negado a cobrar.

Base de ataque del imperialismo

Washington ha utilizado Guantánamo como trampolín en defensa de sus intereses imperialistas en la región. La ocupación militar de Haití de 1915 a 1934 y la de Nicaragua de 1926 a 1933 fueron lanzadas desde Guantánamo.

Desde que los trabajadores y agricultores derrocaron la dictadura de Fulgencio Batista, en enero de 1959, el gobierno revolucionario dirigido por Fidel Castro, ha exigido que el territorio ocupado de Guantánamo sea devuelto al pueblo cubano.

La victoria de la revolución socialista en Cuba, la primera en el hemisferio occidental, aumentó la determinación de Washington de mantener su control de la base de Guantánamo. Los gobernantes estadounidenses la utilizaron para entrenar bandas contrarrevolucionarias y realizar provocaciones, incluyendo asesinatos de soldados cubanos e incendios en el lado cubano de la línea divisoria.

“Hemos seguido una política cautelosa con respecto a la base naval”, dijo Fidel Castro al pueblo cubano en un discurso televisado el 23 de abril de 1961, cuatro días después de la victoria cubana sobre la invasión mercenaria organizada por Washington por Playa Girón. “Declaramos que nunca exigiríamos por la fuerza la entrega de Caimanera [el puerto en la Bahía de Guantánamo] … A fin de no facilitarles en lo más mínimo un pretexto para realizar una agresión directa contra nuestro país”.

La dirección cubana exigió de nuevo la devolución de Guantánamo en octubre de 1962, después que el presidente estadounidense John F. Kennedy empujara al mundo al borde de una guerra nuclear por la presencia de misiles de la Unión Soviética en Cuba.

Hablando en Nueva York el 9 de noviembre de ese año, Farrell Dobbs, el secretario nacional del Partido Socialista de los Trabajadores, insistió, “Es nuestro deber defender dentro de este país los derechos de los cubanos. Respaldar su demanda de que Washington se retire de Guantánamo. Kennedy quiere dictar qué armas pueden tener los cubanos porque están ‘amenazando’ a Estados Unidos a 90 millas de distancia, y él tiene una base militar en suelo cubano”.

Usan base para infame prisión

Tras las victorias revolucionarias que llevaron al establecimiento de gobiernos de trabajadores y agricultores en Granada y Nicaragua en 1979, Washington reforzó sus fuerzas en Guantánamo.

Posteriormente Washington empezó a utilizar la base de Guantánamo como un campamento de prisión. Miles de refugiados haitianos estuvieron encarcelados en la base bajo condiciones infrahumanas a principios de los años 1990. Muchos estaban tratando de llegar a Estados Unidos huyendo del dominio dictatorial existente tras el derrocamiento del gobierno de Jean Bertrand Aristide.

Los cubanos que trataron de llegar a Estados Unidos en lanchas en 1994, durante el momento más difícil de la crisis económica en Cuba provocada por el colapso del comercio con la Unión Soviética, combinado con el embargo de Washington, también fueron detenidos por el ejército norteamericano en Guantánamo.

A partir de enero de 2002 se instaló en la base el infame Campamento X-Ray para prisioneros capturados en Afganistán y en otros lugares, encarcelados sin cargos ni juicios como parte de la “guerra contra el terrorismo” de Washington. Desde esa fecha alrededor de 780 supuestos “combatientes enemigos” han sido enviados a Guantánamo donde han sufrido torturas y condiciones infrahumanas. Obama asumió su cargo hace siete años diciendo que iba a cerrar la prisión, pero aún quedan 91 personas encarceladas ahí.

“A los cubanos nos indigna que algo tan terrible —tan horrendo que no sé ni qué nombre ponerle— esté pasando en territorio nuestro. Piensa en esos seres humanos que han estado allí presos año tras año, sin un juicio siquiera”, dijo Antonio Guerrero, en el libro “Los Cinco Cubanos hablan sobre su vida en la clase trabajadora norteamericana: Son los pobres quienes enfrentan el salvajismo del sistema de ‘justicia’ en EE.UU.”. Guerrero fue uno de los cinco revolucionarios cubanos encarcelados en prisiones estadounidenses por más de 16 años por cargos amañados hasta que fueron puestos en libertad y regresados a Cuba en diciembre de 2014. “Guantánamo es el eslabón más injusto del sistema de ‘justicia’ imperial”, dijo Guerrero.  
 
 
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