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Vol. 80/No. 15      18 de abril de 2016

 
(especial)

Lucha contra zika en Cuba, lo que hace posible
una revolución

 
POR SETH GALINSKY
Antes de que se diera en Cuba el primer caso de infección de zika el gobierno revolucionario había comenzado a organizar una campaña para combatirlo. En febrero, el presidente Raúl Castro hizo un “llamamiento a nuestro pueblo” para unirse a los esfuerzos de los trabajadores de la salud, los sindicatos y otras organizaciones de masas, para mantener a los mosquitos en “niveles que no ofrezcan peligro”.

En cambio en Puerto Rico, una colonia de Estados Unidos, los funcionarios del gobierno han prácticamente abandonado la batalla antes de que haya comenzado. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades dijeron al New York Times que esperan que un cuarto de la población de Puerto Rico, de 3.5 millones de habitantes, contraerá la enfermedad durante el próximo año.

El virus zika es transmitido por mosquitos del género Aedes, que también transmiten el dengue y el virus del chikungunya.

Zika captó la atención internacional cuando salieron noticias de que en Brasil —donde alrededor de 1.5 millones de personas han sido infectadas— el virus está vinculado a un brote de microcefalia por el que niños de mujeres embarazadas infectadas nacen con un cráneo anormalmente reducido. Hay por lo menos 508 casos confirmados en Brasil.

La respuesta cubana es una prueba clara de la diferencia que hace una revolución socialista. En Cuba la atención médica no es un negocio sino un derecho humano y una prioridad central de toda la sociedad.

En su llamamiento, Castro anunció que 9 mil soldados y oficiales del ejército, tanto en servicio activo como en la reserva, y 200 policías se habían sumado al esfuerzo para eliminar los criaderos de mosquitos y para fumigar centros de trabajo y áreas residenciales, tanto dentro como fuera.

Soldados, trabajadores de la salud y estudiantes voluntarios están educando el pueblo sobre cómo prevenir la enfermedad y eliminar aguas estancadas, basura y otras condiciones que facilitan la reproducción de los mosquitos.

Solo en Mayabeque, más de 1 500 estudiantes de medicina están yendo de casa en casa, informó Juventud Rebelde.

En La Habana más de 9 mil miembros de la Federación Estudiantil Universitaria y 1 200 miembros de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media han sido parte del esfuerzo diario.

“Revisamos unas 30 casas diarias”, dijo al periódico el estudiante de medicina Diolexis Torres Salabarría. “Orientamos medidas precisas para una correcta educación sanitaria; explicamos las causas y síntomas relacionados con enfermedades como el zika, el chikungunya, el dengue y la fiebre amarilla, así como otras tareas para contribuir a una ciudad limpia y saludable”.

Estudiantes de todo el mundo que están estudiando medicina en Cuba se han unido al esfuerzo. “En Cuba la formación no es solamente teórica, sino también práctica….Todo esto será una gran ayuda cuando regrese a mi país”, dijo Caetano Zumba, de Angola.

“La mayoría de las personas cooperan”, dijo a Juventud Rebelde Manuel Ángel Sobrino Prado, trabajador de la salud en Cienfuegos que ha estado fumigando casa por casa, “Aunque siempre hay sus casitos difíciles”.

En Sancti Spíritus se han dado más de 3 335 multas a personas y centros de trabajo que no eliminan el agua estancada o que dejan basura sin recoger. El enfoque se centra en elevar la conciencia sobre los riesgos, dijo al periódico Norma Martín Alonso, una empleada del gobierno provincial, pero las multas se aplican a los que reinciden.

El esfuerzo revolucionario está dando resultados. Para el 25 de marzo solo se habían dado siete casos de zika en Cuba, la mayoría en personas que llegaron de otros países.

Puerto Rico rumbo al desastre

En contraste, Puerto Rico va rumbo a un desastre. Funcionarios de la salud reportaron el 28 de marzo que hay 350 casos confirmados de zika, incluyendo 40 mujeres embarazadas, con 100 casos nuevos la semana pasada.

Bajo el impacto de la crisis económica capitalista, miles de puertorriqueños han estado emigrando a Estados Unidos. Abundan los viviendas abandonadas que pueden estar infestadas de mosquitos. Muchas escuelas no tienen ni aire acondicionado ni mallas en las ventanas. Miles de trabajadores de la salud han sido cesanteados.

Sin un plan para eliminar al mosquito, instalar mallas en todas las escuelas o fumigar sistemáticamente las casas, los funcionarios dicen que se enfocarán en las mujeres embarazadas.

Cerca de 5 mil mujeres embarazadas han asistido a charlas sobre el zika en clínicas del gobierno.

En una de las sesiones cubiertas por un reportero del New York Times, a la que habían asistido siete mujeres ya se habían agotado los paquetes que supuestamente debían entregarse a los participantes con repelente de insectos, un mosquitero y condones, ya que la enfermedad también se puede propagar a través de contacto sexual. La clínica había recibido solamente 30 paquetes.

“No es un mundo perfecto”, dijo al Times el Dr. Johnny Rullán, consejero especial sobre el zika del gobernador de Puerto Rico. “Haremos todo lo que podamos”.
 
 
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