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Vol. 80/No. 7      22 de febrero de 2016

 
(portada)

¡Alto al embargo de EUA contra Cuba!

 
POR EMMA JOHNSON
Desde que Washington y La Habana restablecieron relaciones diplomáticas el año pasado, el gobierno revolucionario de Cuba ha aprovechado esa victoria para presionar por el fin a la guerra económica, diplomática y financiera que 11 administraciones estadounidenses, tanto demócratas como republicanas, han impuesto contra la isla durante más de cinco décadas. Esta es una lucha que merece el apoyo del pueblo trabajador en todas partes.

“No podrá haber relaciones normales entre Cuba y los Estados Unidos mientras se mantenga el bloqueo económico, comercial y financiero que se aplica con todo rigor”, dijo una declaración del 1 de julio del gobierno cubano al anunciar la apertura de su embajada en Washington. La Habana además exigió la devolución del territorio ocupado por Estados Unidos que aloja la base naval de Guantánamo y un fin a los programas de desestabilización de Washington.

La dirección revolucionaria ha dejado claro que Cuba no abandonará ni uno de sus principios, ni cederá un milímetro en la defensa de su soberanía nacional.

Hasta el momento Washington ha sacado a Cuba de su autoproclamada lista de “estados patrocinadores del terrorismo”, abierto el acceso a los servicios bancarios para la misión diplomática cubana en Washington y relajado algunas de las restricciones de viaje y comercio.

Pese a los cambios más recientes, en la mayoría de los casos sigue siendo imposible bajo las restricciones existentes comprar de compañías estadounidenses. Las restricciones prohíben cualquier interacción con muchas empresas y entidades estatales cubanas. Todas las ventas a compañías que “principalmente generan ingresos para el estado” están prohibidas. Cuba no puede usar dólares en transacciones internacionales.

El presidente francés François Hollande llamó a que Washington ponga un fin al embargo económico contra Cuba en una rueda de prensa conjunta con Raúl Castro el 1 de febrero en París, durante la primera visita estatal en la historia de un presidente cubano a Francia. Los dos firmaron seis acuerdos bilaterales sobre economía y asistencia al desarrollo.

La visita de Castro tuvo lugar tras un trato en diciembre entre Cuba y el “Club de París” de países acreedores imperialistas, en el cual La Habana accedía a saldar una deuda de 2.6 mil millones de dólares durante los próximos 18 años. Unos 8.5 mil millones en intereses que se habían acumulado desde que La Habana suspendiera los pagos en 1986 fueron cancelados.

El comienzo de relaciones diplomáticas se dio solo después de que Washington hubiera puesto en libertad a los últimos tres de los Cinco Cubanos, revolucionarios encarcelados por cargos fabricados en EE.UU. durante 16 años.

“Tenemos razones para ser muy cautelosos. Estados Unidos siempre ha visto a mi país como su patio trasero y hay poderosos intereses que ven ahora una oportunidad para lograr lo que no han podido por otros medios durante medio siglo”, dijo al diario español El País Gerardo Hernández, uno de los Cinco, el 28 de enero, durante una visita a España. “El objetivo siempre ha sido destruir la revolución. Están apostando a que ahora podrán hacerlo con el abrazo del oso.”
 
 
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