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Vol. 80/No. 5      8 de febrero de 2016

 
(especial)

‘El sistema entero te presiona a declararte culpable’

Los 5 Cubanos: ‘Justicia’ en EEUU encarcela a
millones —Ganamos respeto por el hecho de ir a juicio

 

La editorial Pathfinder acaba de publicar “Son los pobres quienes enfrentan el salvajismo del sistema de ‘justicia’ en EE.UU.”: Los Cinco Cubanos hablan sobre su vida en la clase trabajadora norteamericana. A continuación publicamos extractos de la primera parte de la entrevista hecha por Mary-Alice Waters y Róger Calero con los Cinco, titulada “La razón por la que hay tantas personas presas en EE.UU. no es por el nivel de criminalidad”. Copyright © 2016 por Pathfinder Press. Reproducido con permiso.

MARY-ALICE WATERS: El 17 de diciembre de 2014 se celebró una victoria arduamente conquistada por el pueblo cubano y los partidarios de la Revolución Cubana en todo el mundo. Ese fue el día que tres de ustedes —Gerardo, Ramón y Antonio— fueron recibidos por millones de cubanos que se volcaron a las calles a celebrar. Y el día que el presidente cubano Raúl Castro y el presidente estadounidense Barack Obama anunciaron simultáneamente que se restablecerían las relaciones diplomáticas entre los dos países, interrumpidas por Washington en enero de 1961.

En los meses siguientes, ustedes cinco han estado viajando por toda la isla para agradecerle al pueblo cubano su solidaridad y sus años de inquebrantable resistencia, sin lo cual no se habría podido lograr su libertad. También han aprovechado sus experiencias en Estados Unidos para explicar lo que significa la palabra “capitalismo”, a nivel humano.

Todos ustedes trabajaron y vivieron en Estados Unidos durante una buena parte de su vida adulta. Antes de que el gobierno norteamericano les fabricara un caso y los encarcelara, como muchos otros inmigrantes, ustedes trabajaron en la construcción, como conserjes, mensajeros, en restaurantes y hoteles o cualquier trabajo “por la izquierda” que pudieran encontrar.

Más tarde, durante sus largos años de prisión formaron parte de esa sección muy grande de la clase trabajadora norteamericana que actualmente está entre rejas o lo ha estado alguna vez. Hoy día son más de 6 millones de personas: el 5 por ciento de los hombres adultos, y casi el 17 por ciento de los hombres adultos que son africano-americanos.

Alrededor del mundo, muchas personas han visto fotos del trato degradante e inhumano a los prisioneros en Abu Ghraib, en Iraq, y en el campo de detención norteamericano en Guantánamo. Lo que a menudo no aprecian es que estas instituciones de brutalidad imperialista son un reflejo de las prisiones estadounidenses cuyos nombres son tristemente célebres entre el pueblo trabajador de Estados Unidos: lugares como Attica, Clinton, Beaumont, Florence, Angola y Pelican Bay. La política exterior estadounidense comienza en el propio país.

Cuando ustedes hablan sobre la vida en Estados Unidos, hablan con mucha autoridad, y no solamente en Cuba. Sus palabras también encuentran resonancia entre millones de familias en Estados Unidos que han vivido experiencias parecidas. …

En una de las primeras entrevistas que René dio cuando logró regresar a Cuba en 2013, él explicó que en Estados Unidos uno gana mucho respeto en la prisión por el simple hecho de ir a juicio en vez de declararse culpable, bajo presión, de algún cargo “negociado” por el fiscal y el abogado defensor. ¿Tuvieron la misma experiencia todos ustedes?

FERNANDO GONZÁLEZ: Cuando arrestan a una persona en Estados Unidos, a un porcentaje elevado los acusan de muchas más cosas de las que pudieran haber cometido; son “overcharged”. Es un instrumento que los fiscales usan conscientemente. La persona se encuentra en una situación en que algunos cargos —por delitos que probablemente nunca cometió— serán retirados si se declara culpable de otros delitos, que quizás tampoco cometió.

Los fiscales echan un montón de cargos contra ti. La ley no solo lo permite sino que el sistema entero está organizado así. Es un instrumento que usan para obligarte a aceptar un plea bargain, una sentencia negociada.

A la mayoría de las personas arrestadas en Estados Unidos les ponen un abogado de oficio porque no tienen dinero para contratar a un abogado. El abogado usualmente te aconseja que te declares culpable, aun si te conviniera ir a juicio.

¿Por qué? Una razón es que si te declaras culpable, lo único que el court-appointed lawyer, el abogado de oficio, tiene que hacer para recibir su pago es ir a la corte tres o a lo sumo cuatro veces. Tiene que ir a la presentación del pliego acusatorio, a la negociación de la sentencia y a la sentencia. Pero si vas a juicio, es probable que el abogado tenga que estar por lo menos tres semanas en la corte.

Todo el sistema —hasta el abogado que supuestamente vela por tus intereses— te presiona para que te declares culpable.

Hay también otro aspecto. Digamos que ya estás en el sistema federal, como fue el caso nuestro. Estás en la corte y traen a un testigo que dice que lleva 15 años trabajando en la DEA —la agencia para el control de drogas— o el FBI o lo que sea. Viene con traje y corbata, peladito, y se sienta ahí con su “cara de bueno”. Jura que va a decir la verdad, pero luego dice una mentira tras otra. ¿A quién le va a creer el jurado? Va a creer al policía, por supuesto, no al acusado. Muchas veces el acusado ya ha sido víctima de una descarga de noticias en la prensa en su contra. La prensa refuerza estos prejuicios promoviendo un ambiente anticrimen: que si la delincuencia esto, que si la delincuencia lo otro.

GERARDO HERNÁNDEZ: Vimos muchísimos casos como estos. Conocimos a una gran cantidad de personas que decían: “Mira, yo no era un angelito: estaba haciendo ‘esto’ y ‘esto’, pero no hice ni ‘eso’ ni ‘aquello’. Ni mucho menos cometí el asesinato por el cual estoy cumpliendo cadena perpetua”. Pero entonces, decía la persona, “cuando se lo dije al abogado que me puso la jueza, él me contestó: ‘No habrá un jurado que te crea eso. Toma la oferta que te están dando y cumple la condena. Es la mejor opción que te puedo ofrecer. Si no lo haces, te van a dar la sentencia máxima.

“Así, de plano te lo dicen, sin rodeos”. Mi último compañero de cuarto fue un muchacho mexicano. Desde el principio el abogado designado por el juez le insistió en que se declarara culpable, y nada menos que de un asesinato. Él le contestaba: “¿Cómo me voy a declarar culpable de secuestro y asesinato si yo no lo hice?”

Él ahora está cumpliendo dos cadenas perpetuas por algo que no hizo. Me mostró los papeles de su caso. Había una carta de la madre del hombre que mataron. Ella pedía a los fiscales que no llevaran a juicio a esas personas porque sabía que no eran los que habían matado a su hijo. Pero el abogado defensor no presentó nunca esa carta en la corte. …

La mayoría de los abogados defensores van con un programa y te dicen: “No vayas a juicio porque vas a perder”. Si el cliente es suficientemente valiente como para decir “No, soy inocente, voy a juicio”, tratan de convencerlo de que eso es suicida. …

ANTONIO GUERRERO: Muchos de los presos son latinos y no saben inglés; otros son prácticamente iletrados. Eso aumenta la presión para aceptar el plea bargain, ya que uno no puede leer el documento en ningún idioma. …

Todos los países tienen prisiones. Pero la razón por la que hay tantos presos en Estados Unidos no es por el nivel de criminalidad. Todo comienza con el arresto, la presentación de cargos y las sentencias negociadas. Ahí es donde empiezan a moler a la gente. No hay solución para esto dentro del sistema judicial estadounidense; no hay reforma que lo pueda cambiar. No es un sistema que trabaje en función de hacer justicia con quien comete un crimen.

 
 
 
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