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Vol. 80/No. 1      4 de enero de 2016

 

Betsy McDonald: cuadro del PST por 45 años

 
POR BETSY STONE
 
LOS ANGELES — Una reunión para celebrar la vida y contribuciones políticas de Betsy McDonald se celebró en esta ciudad el 13 de diciembre. McDonald, un cuadro del Partido Socialista de los Trabajadores durante 45 años, falleció el 7 de diciembre en Tucson, Arizona, a la edad de 95 años. Había sido activista en las ramas del PST en Tucson, Phoenix y Los Ángeles.

Al entrar los participantes vieron una exhibición que destacaba acontecimientos de la vida política de McDonald, incluyendo un mensaje de Isabel García, Guadalupe Castillo y Raquel Rubio-Goldsmith, miembros de la Coalición de Derechos Humanos de Tucson.

“Desde nuestros primeros recuerdos de ti, protestando la guerra de Vietnam, apoyando a los mineros de Cananea cuando los matones del Grupo México devastaron esta ciudad mexicana con una fuerte tradición sindical, organizando contra los abusos de la policía y todas las demás acciones y movimientos sociales en Arizona”, escribieron, “tu imagen como una feroz luchadora por la plena justicia cultural y económica para todos permanecerá con todos y cada uno de nosotros”.

Nacida en 1920, McDonald vivió las privaciones de la Gran Depresión de la década de 1930. Durante la Segunda Guerra Mundial estuvo en los WAVES, el auxiliar femenino de la marina. McDonald crió seis hijos.

En un collage enviado al acto por su hija Jan McDonald se incluía una descripción por Betsy desde que empezó a participar en las luchas de la clase obrera en Tucson en la década de 1950. “Mi primera actividad política fue participar en una línea de piquetes contra la segregación en el Pickwick Inn”, recordaba.

“En los 50 y 60 Betsy se ganó el respeto como luchadora en los movimientos sindical, de mexicano-americanos y contra la guerra de Vietnam”, señaló a los presentes Dave Prince, miembro del comité nacional del Partido Socialista de los Trabajadores. “Estaba en todo eso al cien por ciento. Ella era alguien con quien se podía contar”.

A finales de los 60 McDonald comenzó a trabajar con miembros del Partido Socialista de los Trabajadores y la Alianza de Juventud Socialista, cuando el partido extendía su trabajo en el suroeste. Entre ellos estaba Morris Starsky, profesor de la Universidad Estatal de Arizona y dirigente de la lucha contra la guerra de Vietnam, contra el racismo y activista en luchas sindicales.

Starsky fue blanco de Cointelpro, la notoria operación del FBI. El gobernador de Arizona presionó a la Junta de Regentes para despedir a Starsky, y lo hicieron en junio de 1970. McDonald se unió a la lucha para recuperar su empleo. Esto se convirtió en parte de la histórica demanda judicial del Partido Socialista de los Trabajadores que expuso y ayudó a frenar el espionaje y las acciones disruptivas del FBI contra activistas y organizaciones políticas.

En 1968 McDonald hizo campaña a favor de los candidatos del Partido Socialista de los Trabajadores Fred Halstead para presidente y Paul Boutelle para vicepresidente.

“Betsy tomó una decisión política frente a los enormes acontecimientos en la lucha de clases de esos años que guió su vida y su conducta a partir de entonces”, dijo Prince.

El suroeste era en aquella época un bastión del Partido Comunista. Los miembros del PC eran activos en los sindicatos y muchas organizaciones y luchas en las que McDonald participó. Trataron de reclutarla, dijo Prince, pero ella decidió echar su suerte con el PST.

Confianza en la clase obrera

“Ella optó por construir un partido revolucionario siguiendo el ejemplo de la Revolución Rusa y el Partido Bolchevique dirigido por Lenin. Tenía confianza de que la clase obrera puede enfrentar y ganar la lucha en este país, que no es un sueño, que puede ser una realidad”, señaló Prince.

McDonald rechazó el apoyo del PC al Partido Demócrata, un partido capitalista. Al mismo tiempo ella siguió trabajando con todos con quienes podía, incluyendo miembros del PC, sin comprometer sus principios, dijo Prince.

En 1978, cuando el partido decidió que la gran mayoría de sus miembros trabajaran en la industria y realizaran política en la clase obrera y los sindicatos industriales, McDonald se apuntó. Tenía 58 años en aquel entonces. La cuestión para ella no era si podía hacerlo, sino cómo hacerlo.

Con la recesión capitalista mundial en 1974–75, “los capitalistas comenzaron a atacar a los sindicatos, intentando rebajar los salarios y sacar más producción sin preocuparse por la salud y la seguridad en el trabajo”, dijo Joel Britton, organizador del Partido Socialista de los Trabajadores en Oakland. “Y los trabajadores resistieron”.

“Esto abrió nuevas perspectivas para librar luchas trabajando dentro de los sindicatos”, dijo Britton, “en apoyo de la lucha contra el apartheid en Sudáfrica, en protestas contra la brutalidad policial, en oposición a las maniobras bélicas imperialistas en Centroamérica y el Medio Oriente”. Hubo una lucha política dentro del PST sobre esta perspectiva, dijo.

“Como miembro sindical y candidata del PST para la Cámara de Representantes de Estados Unidos en 1978 y 1990, Betsy promovió nuestro programa: por un cambio revolucionario, por una perspectiva de lucha de clases en los sindicatos, para romper con los partidos de los patrones y forjar un partido obrero basado en los sindicatos, y en defensa de la Revolución Cubana”, dijo Britton.

Ellie García, miembro del partido en Los Ángeles, presidió la reunión. Cuando el partido hizo un viraje a la industria, dijo García, ella estaba trabajando como organizadora de trabajadores agrícolas. Ganaron algunas victorias importantes, pero vieron más tarde como éstas fueron canalizadas por la dirección sindical para apoyar a los demócratas. McDonald la convenció de que se uniera al partido y a trabajar en la industria.

El primer empleo industrial de McDonald fue en la Planta de Extrusión de Metales Reynolds en Phoenix, organizada por el sindicato del acero USWA. “Betsy siempre construyó el partido”, escribió Josefina Otero, que trabajó con ella en aquella época, “hablando de política, enseñando el Militante a los compañeros de trabajo, organizando solidaridad en el trabajo con las huelgas y movimientos sociales y ayudando a convencer a los trabajadores a que vieran al PST como su partido”.

Dan Fein describió como los miembros del partido, incluyendo McDonald y él mismo, se unieron a la línea de piquetes de masas que cerró la planta durante la reñida huelga de los mineros del cobre de la Phelps Dodge en 1983. El gobernador demócrata Bruce Babbitt desplegó la Guardia Nacional, armada con tanques, para reabrir la planta.

Reclutar a los jóvenes

McDonald ayudó a ganar nuevos miembros a la Juventud Socialista y al partido. Uno de ellos fue Willie Cotton, en aquel entonces un estudiante de la Universidad de Arizona y miembro del ROTC de la marina cuando la conoció.

Cotton describió cómo McDonald organizó una campaña en Tucson contra la campaña guerrerista imperialista de Washington después del ataque del 11 de septiembre contra el World Trade Center. Ella debatió con él y lo convenció de la necesidad de unirse a un partido basado en la clase obrera industrial.

En 1992, mientras McDonald era miembro de la rama de Los Ángeles, la absolución de los policías que golpearon brutalmente a Rodney King, un africano-americano de 34 años de edad, produjo una explosión social. Muchos negocios fueron incendiados. Policías y tropas ocuparon la zona y mataron a más de 50 personas, la mayoría de ellos negros y latinos, y detuvieron a 17 mil.

La sede del partido fue destruida después de que las llamas se extendieran desde una zapatería que había sido incendiada. McDonald ayudó a colectar fondos para la reconstrucción del local y la librería Pathfinder.

Betsey Stone describió la efusión de solidaridad y cómo el PST condenó la respuesta brutal del gobierno contra el motín anti-policial, a la vez que señalaba la necesidad de protestas de masas disciplinadas del tipo que vemos hoy en el movimiento que está haciendo retroceder la brutalidad policial.

Mientras disfrutaban de un sabroso buffet, los participantes estudiaron la exhibición, que incluía una sección sobre el trabajo de McDonald en años recientes en el proyecto editorial del partido. Voluntarios del proyecto convierten manuscritos en libros de Pathfinder que el partido utiliza para hacer campaña en la clase trabajadora.

Treinta y seis personas asistieron la celebración. Se recibieron y leyeron mensajes de las Ligas Comunistas de Canadá y Nueva Zelanda y de muchos individuos.

Los participantes contribuyeron más de 1 300 dólares para promover el trabajo del Partido Socialista de los Trabajadores.  
 
 
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