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Vol. 79/No. 44      7 de diciembre de 2015

 
(portada)

Minneapolis: Crecen protestas por muerte a manos de la policía

 
POR DAVID ROSENFELD
 
MINNEAPOLIS—Más de 1 500 opositores de la brutalidad policiaca marcharon el 24 de noviembre para protestar por la muerte del joven de 24 años Jamar Clark. Demostrando su determinación de continuar luchando —a pesar de un ataque perpetuado por matones racistas la noche anterior que dejó heridos a cinco de los protestantes— marcharon desde su campamento frente al cuarto precinto de la policía hasta la alcaldía.

Un pequeño grupo de caucásicos vistiendo chalecos antibalas llegó al campamento después de las 10 p.m. y empezaron a insultar a los presentes. Fueron escoltados fuera del campamento pero viraron y abrieron fuego a una cuadra de distancia hiriendo a cinco manifestantes.

Miski Noor, vocera de Black Lives Matter (La vida de los negros sí importa) de Minneapolis, habló en el campamento antes del inicio de la marcha. “No tenemos ninguna fe en la policía”, dijo ella. “No nos doblegaran mediante el miedo y la intimidación. Nos re comprometemos a la ocupación y a continuar exigiendo que se divulguen los videos sobre la muerte de Clark.

Clark recibió un disparo en la cabeza el 15 de noviembre a varias cuadras de la estación de policía, ubicada en el norte de Minneapolis, un área mayoritariamente negra. Funcionarios de la policía divulgaron tres días después los nombres de los oficiales involucrados: Mike Ringgenberg y Dustin Schwarze.

Varios testigos dijeron que Clark había sido esposado por los policías antes de que le dispararan. La policía disputa esto. Dicen que Clark estaba obstaculizando a los paramédicos que ayudaban a una mujer que, según ellos, Clark había golpeado en una disputa doméstica. Después de los disparos, residentes de la zona salieron a gritarle a los policías acusándoles de asesinato.

Más tarde ese día, residentes de Minneapolis, miembros de Black Lives Matter Minnesota y otras personas realizaron una protesta espontánea en el sitio de los disparos. Nekelia Sharp, uno de los vecinos que hablaron en el mitin, dijo al Militante que ella fue testigo de la muerte.

“Él nunca resistió. Cuando lo esposaron, y lo arrojaron al suelo”, dijo Sharp. “Uno tenía su rodilla sobre su espalda. Cuando el muchacho miró hacia arriba, lo único que podía decir fue ‘jódase’ y ahí le dispararon”.

Miembros de la familia anunciaron que Clark había sido declarado con muerte encefálica y fue desconectado del soporte vital el 16 de noviembre.

El capítulo local del NAACP y de Black Lives Matter han organizado protestas diariamente. Cornell Brooks, presidente de la NAACP a nivel nacional, se unió a una protesta de casi mil personas el 21 de noviembre, en la que participó un grupo amplio y multinacional de toda la zona.

Bajo la creciente presión, la alcaldesa Betsy Hodges del Partido de los Agricultores y Trabajadores Demócratas, y el jefe de la policía Janeé Harteau removió a la policía de Minneapolis de la investigación y la puso en manos de la Oficina de Aprehensión Criminal del estado de Minnesota. Harteau pidió al FBI que condujera una investigación paralela sobre si se violaron los derechos civiles de Clark.

La Oficina de Aprehensión Criminal dice tener grabaciones de una cámara móvil de la policía situada en la zona, de cámaras de vigilancia de edificios de vivienda pública, de la ambulancia y de los celulares de distintas personas, pero que no van a divulgarlos hasta completar la investigación, en dos a cuatro meses.

El presidente de la Federación de Oficiales de Policía de Minneapolis, el teniente Bob Kroll, alega que Clark trató de agarrar la pistola de la cartuchera de un oficial cuando le dispararon.

Tres noches después de los disparos, la policía trató de expulsar físicamente a los manifestantes de la entrada de la estación. Esta medida provocó una noche de acaloradas confrontaciones y el despliegue de un escuadrón táctico con rifles con bolsas de perdigones y gases lacrimógenos. La policía roció a los manifestantes con “irritante químico”.

Los manifestantes fueron expulsados del interior de la estación, pero han mantenido el campamento. Los manifestantes han recibido contribuciones de leña para las hogueras, comida, tiendas de acampar, gorros y guantes. El sindicato de empleados de servicio SEIU donó un inodoro portátil.

Por iniciativa del Local 3800 del sindicato de empleados municipales, del condado y estatales AFSCME, que representa al personal administrativo de la Universidad de Minnesota, unos 100 sindicalistas realizaron un mitin del “Movimiento Sindical por la Justicia para Jamar” el 21 de noviembre.  
 
 
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