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Vol. 79/No. 33      21 de septiembre de 2015

 
(portada)
Conmemoración de Emmett Till impulsa
lucha anti violencia policial
 

Recuadro: AP Photo/Charles Rex Arbogast
Funeral en Chicago de Emmett Till, linchado en 1955 en Mississippi por racistas. Recuadro, Kadiatou Diallo, izq., cuyo hijo Amadou fue asesinado por policía de Nueva York en 1999, y Geneva Reed-Veal, madre de Sandra Bland, muerta bajo custodia policíal en Texás, durante conmemoración en Chicago.
POR IRENE GREENE  
CHICAGO—“Mamie Till Mobley inició una guerra mundial cuando se puso de pie y dijo, ‘El mundo debe saber lo que le pasó a mi hijo’. Nosotros nos enteramos en África”, dijo Kadiatou Diallo a cientos de personas el 28 de agosto en una cena de conmemoración por el 60 aniversario del linchamiento de Emmett Till. Su hijo, Amadou Diallo, de 22 años, inmigrante de Guinea fue asesinado en 1999 en una lluvia de balas de la policía mientras estaba parado, desarmado, en la puerta de su casa en el Bronx, Nueva York. “Poco sabía entonces que yo estaría aquí hoy luchando en esa guerra”.

Una serie de eventos este fin de semana, convocados por la familia de Emmett Till y la Fundación en Memoria de Mamie Till Mobley, reunieron a las familias de jóvenes negros asesinados por la policía o matones racistas, incluyendo los familiares de Sandra Bland, Trayvon Martin, Michael Brown, Kenrick Johnson, George Kemp Jr., Rekia Boyd, Andrew Johnson III, Sean Bell, Marlon Brown, Oscar Grant y Tinoris Williams. Ellos dejaron contundentemente claro que hay una continuidad entre las luchas actuales con el movimiento social dirigido por negros en las décadas de 1950 y 1960 que logró poner fin al sistema de segregación racial conocido como Jim Crow.

“Estamos aquí para decir que las vidas de los negros importan”, dijo Ron Davis, cuyo hijo Jordan Davis fue asesinado por un matón racista blanco en Jacksonville, Florida, hace tres años.

Emmett Till, un muchacho de 14 años de Chicago, que visitaba a familiares en Money, Mississippi, fue asesinado después de supuestamente haberle silbado a una mujer blanca. El primo de Till, el reverendo Wheeler Parker Jr., explicó cómo los supremacistas blancos Roy Bryant y su hermano, J.W. Milam, sacaron a Till de la casa a punta de pistola en el medio de la noche.

Los dos azotaron brutalmente a Till con pistolas calibre .45 y le dispararon en la cabeza, le amarraron un ventilador de 75 libras alrededor del cuello con alambre de púas y tiraron su cuerpo mutilado al río Tallahatchie.

Mamie Till insistió que dejaran abierto el ataúd. Cincuenta mil personas hicieron fila en la iglesia donde yacía su hijo; millones de personas en el mundo vieron las fotografías. La respuesta al linchamiento ayudó a impulsar las luchas contra el racismo que se habían ido acumulando desde la Segunda Guerra Mundial para convertirlas en un movimiento social de masas. Esto ayudó a ganar una nueva generación de jóvenes a la lucha, sentando las bases para la creación del SNCC, el Comité Coordinador Estudiantil No Violento.

Bryant y Milam fueron arrestados y enjuiciados por el asesinato, pero fueron absueltos por un jurado blanco después de solo una hora de deliberación. Meses después admitieron el asesinato y lo describieron en detalle en una entrevista con la revista Look. Dijeron que Till les dijo, “Yo no les tengo miedo. Yo soy tan bueno como ustedes”.

Geneva Reed-Veal, cuya hija Sandra Bland murió bajo custodia policial en la zona rural de Hempstead, Texas, después de ser arrestada por un error al manejar de menor importancia, habló en un evento en el cementerio donde está enterrado Till y en una cena organizada bajo el tema de “el legado vive”. “Ya han pasado un mes y 28 días”, dijo ella. “Estoy cansada de llorar. Pero no estoy cansada de luchar”.

“Tenemos que luchar juntos”, dijo al Militante Toni Taylor, de St. Louis, la madre de Cary Bell Jr., quien fue asesinado por la policía en 2013.  
 
 
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