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Vol. 79/No. 17      11 de mayo de 2015

 
(portada)
Protestas del 15 de abril:
‘Luchemos por $15, unión’

Actos en más de 200 ciudades en EUA, mundo
 
POR MAGGIE TROWE
NUEVA YORK—Miles de trabajadores que están luchando por un salario de 15 dólares la hora y un sindicato marcharon en esta ciudad el 15 de abril. En la manifestación participaron trabajadores de restaurantes de comida rápida, de Walmart, de atención sanitaria a domicilio, de aeropuertos, sindicalistas, opositores de la brutalidad policial y otros. Fueron animados por transeúntes y otros trabajadores de tiendas a lo largo de la ruta.

Las marchas, huelgas, plantones y mítines por la “Lucha por 15 dólares”, fueron cualitativamente más grandes y tuvieron una participación más amplia que el pasado diciembre. Tuvieron lugar en más de 200 ciudades y pueblos a través de Estados Unidos, así como en Hong Kong, Bélgica, Brasil, Canadá, Filipinas, Grecia, Nueva Zelanda y el Reino Unido.

Sobresalió la presencia de miembros de una gama de sindicatos, incluyendo trabajadores mejor remunerados.

“Vine a apoyar a los trabajadores de atención sanitaria a domicilio”, dijo Joyce Austin, una enfermera que marchó con el Local 1199 del SEIU. “Trabajan demasiado y se les paga muy mal por un trabajo que es tan importante. Se convierten como de la familia para las personas que cuidan, pero ni siquiera pueden tomar vacaciones o faltar cuando están enfermos”.

En Nueva York hay aproximadamente 150 mil asistentes de atención sanitaria a domicilio.

La creciente confianza de los trabajadores fue palpable en las acciones en todo el país. Muchos señalaron el hecho de que Walmart y McDonald’s estaban sintiendo la presión y que recientemente habían aumentado los salarios para algunos de los trabajadores.

David Soriano asistente de sillas de ruedas que trabaja para la Prime Flight Aviation Services en el aeropuerto LaGuardia, gana 9.10 dólares por hora y ha estado participando en las protestas y huelgas. “Apuntábamos a 10.10 dólares la hora, pero ahora queremos 15”, dijo al Militante durante la marcha.

“Queremos más de 15”, dijo Doug Hunter, un trabajador de McDonald’s, durante una protesta frente al restaurante en el oeste de Chicago. “Queremos justicia social. Queremos un fin a la brutalidad policial. Queremos cuidado de niños. No vamos a seguir siendo lo último de la humanidad. ¡Nos estamos levantando!”

En las protestas por todo el país, los trabajadores dijeron que los habían alentado las protestas contra la muerte de Walter Scott por la policía en Carolina del Sur y otros abusos. Las dos luchas se refuerzan entre sí.

Las protestas están provocando un debate en los medios capitalistas sobre los aumentos salariales.

En un artículo publicado en el Washington Post el 15 de abril titulado “Los norteamericanos están gastando 153 mil millones de dólares al año para subvencionar a los trabajadores de bajo salario de McDonald’s y de Walmart”, arremetió Ken Jacobs, presidente del Centro para la Investigación y Educación Laboral de la Universidad de California en Berkeley, hablando en contra “del sustancial costo al público de los salarios bajos” y abogó por aumentar los salarios “para generar ahorros significativos para los gobiernos estatales y federales”.

Es decir, los liberales pueden ahorrar el dinero de los “contribuyentes” aprobando leyes que aumenten levemente los salarios de los trabajadores, a quienes ellos ven como víctimas pasivas.

Michael Strain, un académico del American Enterprise Institute, respondió en un editorial el 17 de abril: “Si un obrero produce solo, por ejemplo, 9 dólares por hora de ingresos a su empresa, es simplemente poco realista esperar que su empresa le pague, por ejemplo, 15 dólares por hora”.

McDonald’s, que registró 1.09 mil millones de dólares de ganancias netas en el cuarto trimestre de 2014, y Walmart, que entregó 7.2 mil millones de dólares a sus accionistas en 2014, están sacando ganancias de la explotación del trabajo asalariado, no están haciéndole un favor a los trabajadores.

El vigor y la solidaridad expuestos en los actos del 15 de abril mostraron una clase obrera con creciente confianza en su capacidad de luchar y de ganar apoyo, una que no necesita las despectivas limosnas de la izquierda ni el “amor duro” de la derecha.  
 
 
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