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Vol. 79/No. 9      16 de marzo de 2015

 
(portada)
Ucrania: Trabajadores
resisten guerra separatista

 
POR NAOMI CRAINE
Y JOHN STUDER

Un año después de la destitución del presidente de Ucrania Viktor Yanukóvich tras protestas masivas contra su régimen corrupto y pro-Moscú, “la gente ha cambiado, pero el sistema no”, dijo al Militante Alexei Simvolokov, un dirigente del Sindicato Independiente de Mineros en Dnepropetrovsk, en una entrevista telefónica el 23 de febrero.

Simvolokov dio un vistazo de algunos de los retos para el pueblo trabajador de la actual Ucrania, ya que se enfrentan a los efectos de una creciente crisis económica y los ataques contra su sustento, la guerra separatista que se extiende y los asaltos contra los derechos democráticos. Pero lo que se logró en cuanto a su confianza y autoestima durante las protestas contra Yanukóvich en el Maidán en Kiev y por todo el país ha fortalecido a la clase obrera.

“Hay más y más problemas de trabajadores que no reciben su pago, la disminución de la producción y una falta de empleos, agravados por la afluencia de trabajadores que han huido del conflicto en Donetsk y Luhansk a otras partes de Ucrania” dijo Simvolokov.

En la gran planta de cohetes que emplea a 7 mil personas, una de las principales fábricas en Dnepropetrovsk que antes producía misiles para la Unión Soviética, los trabajadores fundaron un nuevo Sindicato Independiente de Protección del Trabajo en enero, dijo Evgenyi Derkach, uno de los dirigentes, en la misma entrevista. “Hasta ahora hemos tenido cuatro protestas, de alrededor de 500 trabajadores cada una, luchando por siete meses de pago retroactivo”.

Después de una reunión sindical el 18 de febrero, Derkach fue atraído a salir de su casa y agredido en la calle por matones que saltaron de un auto, lo golpearon y huyeron. Un año después de las protestas del Maidán, “La gente normal todavía puede ser golpeada en la calle; los mismos tetushka todavía están ahí”, dijo Simvolokov, refiriéndose a los matones anti-obreros que servían los intereses de los patrones y los gobernantes pro-rusos de Ucrania durante años.

La moneda ucraniana ha caído a un mínimo histórico, lo que significa que “el salario medio solo tiene un valor de 50 dólares por mes”, dijo Simvolokov. “No se puede vivir con eso”.

Dijo que tiene menos contacto con los miembros del sindicato en las áreas controladas por los separatistas, donde las condiciones son aún peores. “Los que siguen trabajando no están recibiendo pago”, dijo. “Hay cortes de luz que dejan a los mineros atrapados bajo tierra sin ventilación. Allá es muy difícil ahora. No sé cómo sobreviven”.

La autoridades pro-Moscú se niegan a permitir que los mineros se unan al sindicato independiente ahí, dijo.

Se llevaron a cabo marchas y mítines a través de Ucrania el 20 a 22 de febrero para celebrar el aniversario del Maidán y el derrocamiento de Yanukóvich. En el mitin del 22 de febrero en Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, una bomba fue detonada, matando a por lo menos tres personas.

Ha habido aproximadamente una docena de bombardeos por las fuerzas pro-Moscú en Kharkiv en meses recientes, pero este “fue el ataque más descarado y brutal hasta la fecha y el primero contra una protesta pacífica”, dijo Oleksandr Shevchenko, un activista del Centro de Información de Monitoreo del Maidán que estaba presente en la manifestación de alrededor de 2 mil personas, en una entrevista telefónica el 23 de febrero.

El cese al fuego entre el gobierno y los separatistas en el este de Ucrania, que se suponía iba a entrar en vigor el 15 de febrero, tiene lagunas importantes. Desde que las fuerzas separatistas tomaron la ciudad de Debáltsevo el 18 de febrero con la ayuda de tropas rusas y armas pesadas, el enfoque del combate se ha desplazado a las cercanías de Mariupol. Una ciudad portuaria en el Mar de Azov de medio millón de habitantes, Mariupol es un centro de la producción del acero y la ciudad principal entre la frontera rusa y la península de Crimea, que Moscú invadió y anexó el año pasado.

En nombre de la necesidad de guerra, Kiev está poniendo en efecto unas medidas antiobreras que socavan los derechos democráticos. En Dnepropetrovsk, el gobierno cerró un canal de televisión que acusó de ser pro-ruso.

“¿Cómo pueden decir que el gobierno respeta la ley y la democracia mientras hace esto?” dijo Simvolokov. “La libertad de expresión es muy importante. En nuestras protestas tenemos un letrero que dice, ‘Es imposible prohibir la libertad de expresión’”.  
 
 
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