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Vol. 79/No. 4      9 de febrero de 2015

 
(portada)
Ferroviarios rechazan reducción
de personal, ataques a seguridad
 
Obreros ferroviarios en EE.UU. y Canadá luchan contra demandas patronales que afectan la seguridad. Arriba, protesta el 31 de julio en Seattle contra la reducción del tamaño de la tripulación.

POR ANNE CARROLL
Y R.V. SMALLWOOD
 
CHICAGO—Más de 140 mil trabajadores se encuentran en negociaciones por un convenio laboral con los patrones de las compañías ferroviarias de carga en Estados Unidos y Canadá. Los patrones de los ferrocarriles buscan cambios de gran alcance para aumentar sus ganancias, las cuales ya baten todos los récords, a expensas de la seguridad en el trabajo.

Los patrones quieren vincular “la productividad y el cumplimiento” con la remuneración, obligar a los trabajadores a pagar más del costo del seguro médico, y cambiar las reglas de trabajo que según ellos “impiden la utilización productiva de los empleados”.

Doce sindicatos ferroviarios están involucrados en las negociaciones.

La principal regla de trabajo que los patrones quieren cambiar tiene que ver con el tamaño de las tripulaciones, pero tienen planeado hacer esto individualmente con cada compañía, y no como parte de las negociaciones de toda la industria ferroviaria. En los años 1970 cambiaron el tamaño de la tripulación a cinco y a dos en 1991. Ahora quieren operar los trenes con una sola persona.

“Las tripulaciones de una persona son peligrosas”, dijo al Militante Dave Larson, un operador del ferrocarril Burlington Northern Santa Fe con 10 años de experiencia, en un motel en Chicago donde los trabajadores descansan entre viajes. Los trabajadores trabajan turnos largos y a menudo son llamados a operar otro tren después de poco descanso. “Por lo menos se necesitan cuatro ojos y cuatro orejas para mantenerse alerta. Es una idea peligrosa que afecta los trenes, sus tripulaciones y al público en general”, dijo.

Con la expansión de la producción de petróleo en las regiones de esquisto bituminoso y arenas bituminosas en Estados Unidos y Canadá, trenes cargados de petróleo crudo de alta volatilidad cruzan a diario por ciudades y pequeñas poblaciones.

¿El resultado? Una serie de descarrilamientos y explosiones, la más fatal de las cuales dejo 47 muertos y destruyó gran parte del pueblo Lac-Mégantic en Quebec, Canadá, en 2013. Funcionarios del gobierno le habían otorgado a la compañía ferroviaria Montreal, Maine and Atlantic Railway un permiso especial para operar sus trenes con un solo trabajador para ahorrar dinero.

Estos acontecimientos han generado un intenso y amplio debate entre los trabajadores ferroviarios y otras personas. El pasado septiembre trabajadores ferroviarios en el occidente de Estados Unidos organizaron protestas desde Galesburg, Illinois, hasta Seattle, en el estado de Washington, contra la demanda de la empresa Burlington Northern de operar sus trenes con una “tripulación” de una persona. En su gran mayoría los trabajadores votaron en contra del acuerdo.

“El mes pasado trabajadores de la Canadian Pacific desde Chicago hasta Dakota del Norte votaron 300 en contra y 13 a favor del convenio que nos propusieron”, informó al Militante Mark Burrows, operador de Canadian Pacific con 40 años de experiencia. Burrows, que trabaja en la terminal de Bensenville cerca de Chicago, es delegado de SMART y miembro del comité directivo de Railroad Workers United (Trabajadores Ferroviarios Unidos), un grupo involucrado en la lucha contra las tripulaciones de una persona.

“La empresa Canadian Pacific intentó sobornarnos ofreciéndonos aumentar nuestro pago de 27.28 a 42.50 dólares la hora y una jornada laboral mínima de 10 horas, si accedíamos al cambio en las reglas de trabajo”, dijo Burrows. “Pero la membresía lo rechazó”.

“En los patios donde se enganchan y separan los vagones, la mayoría de los trabajos cuentan con una sola persona en el terreno”, dijo Burrows. “Tienes un operador en el frente y un conductor al final del tren durante todas las condiciones climáticas. Y un tren estándar hoy en día tiene dos millas de largo”.

Lamont Pitts y David Stiedel, operador y conductor respectivamente que trabajan para la CSX, hablaron con los corresponsales del Militante en el motel aquí.

“¿La tripulación de una persona? Es definitivamente una idea peligrosa”, dijo Pitts. “¿Qué pasa si el único miembro de la ‘tripulación’ sufre un infarto o tiene una lesión?”

En los próximos años, por mandato del gobierno federal, las empresas ferroviarias implementaran los sistemas de “control positivo de trenes” que monitorean automáticamente la velocidad del tren y tienen la capacidad de frenar o detenerlo.

“En la forma en que está configurado el sistema de alerta en los controles ahora”, dijo Pitts, “si tienes un problema toma 30 a 60 segundos para que se active el sistema”. Un ser humano reacciona más rápido y mucho mejor.

La tecnología del control positivo de los trenes tiene su lugar, dijo Larson al Militante, pero no pude sustituir al juicio humano.

“Yo estaba en control de un tren un día cuando vi un carro en las vías. No frene de emergencia porque probablemente eso hubiese resultado en ruedas quebradas y un descarrilamiento”, dijo Larson. “Estaba manejando un tren con 100 vagones de carbón. Si un vagón de carbón descarrilado pasara por una terminal fácilmente hubiera resultado en la muerte de 100 personas”. Larson decidió atropellar al carro.

“Nadie salió lesionado. Nos basamos en nuestra experiencia para tomar decisiones en el momento”, dijo. “¿Puede hacer esto una computadora?”

Laura Anderson e Ilona Gersh contribuyeron a este artículo.  
 
 
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