El Militante (logo)  

Vol. 79/No. 3      2 de febrero de 2015

 
(portada)
Brota debate en Israel en torno a ley
de derechos exclusivos para judíos

 
POR SETH GALINSKY
Una de las cuestiones principales en las próximas elecciones en Israel es si se debería otorgar por primera vez derechos exclusivos a quienes el estado considere ser ciudadanos judíos, tal como lo propone el primer ministro Benjamin Netanyahu. Si se aprueba, este proyecto de ley sería un duro golpe a la posibilidad de forjar la unidad de toda la clase trabajadora en Israel independientemente de origen nacional y religión, a la lucha por los derechos de los palestinos y a la creación de un estado palestino. También será un golpe al derecho de los judíos de cualquier parte del mundo a retornar a Israel.

El proyecto de ley contradice la declaración de independencia de Israel emitida en 1948 la cual dice que el estado judío “estará abierto a la inmigración de todos los judíos y a la recogida de los exiliados de todo el mundo; … asegurará la completa igualdad de derechos sociales y políticos de todos sus habitantes independientemente de religión, raza o sexo; garantizará la libertad de religión, conciencia, idioma, educación y cultura”.

A pesar de que Israel fue creado mediante la expulsión de cientos de miles de palestinos, los derechos consagrados en las “leyes básicas” del país son usados ampliamente hoy en día por los ciudadanos árabes para luchar contra la discriminación en el empleo, la vivienda y los servicios públicos, y para el ejercicio de sus derechos políticos.

Netanyahu despidió a dos de sus ministros el 2 de diciembre después de que expresaron su oposición al proyecto de ley. También rompió su alianza con Yesh Atid, el segundo partido más grande del Knesset, el parlamento israelí, y convocó a nuevas elecciones para el 17 de marzo. Una coalición de oposición dirigida por Tzipi Livni, el ministro de justicia que fue despedido por Netenyahu y dirigente del partido Hatnua, y Isaac Herzog, del partido Laborista, está desafiando a Netanyahu en las elecciones.

El proyecto de ley tiene el respaldo del partido Likud, el partido de Netanyahu, y de otro partido de su coalición, el partido de la Patria Judía. El proyecto de ley define a Israel como “el estado-nación del pueblo judío” y dice que el “derecho a la autodeterminación” será “exclusivo para el pueblo judío”.

La ley, denominada Ley del Estado Judío, dice que “la ley judía debe servir como una fuente de inspiración para el Knesset”. Una de sus versiones degradaría al idioma árabe de ser uno de los idiomas oficiales junto al hebreo a uno con un “estatus especial”.

El proyecto de ley ha generado oposición en fuentes diversas del espectro político, incluyendo a Ruvi Rivlin, miembro del Partido Likud y presidente de Israel, un puesto esencialmente ceremonial. Inicialmente Livni respaldó la propuesta, pero luego cambió su posición.

Israel: multinacional, secular
Actualmente Israel es un país multinacional con una lucha de clases vibrante y el más secular de los países del Medio Oriente. Un 20 por ciento de la población son ciudadanos árabes de Israel; 10 por ciento son Haredim, es decir, judíos ultra ortodoxos; y el 15 por ciento son inmigrantes rusos. También hay decenas de miles de trabajadores inmigrantes de Tailandia, Filipinas y otros países, y hay más de 100 mil judíos etíopes. No es raro que judíos, palestinos y trabajadores inmigrantes se encuentren juntos en las líneas de piquetes.

La cuestión de quién es judío y quién no lo es, es en sí una cuestión controversial en Israel. Bajo la Ley del Retorno, cualquiera que tenga una madre o un padre, o abuelos judíos o sea cónyuge de un judío, tiene el derecho de mudarse a Israel. Pero una vez que viven allí, solo aquellos que tienen una madre judía o los que sean reconocidos por el rabinato principal, el cual supervisa los tribunales rabínicos ortodoxos, son considerados oficialmente judíos. Ya que en Israel no existe el matrimonio civil, los que no son judíos, o no son musulmanes, o las parejas de religiones mixtas, deben viajar al exterior para casarse. La mayoría de más de un millón de inmigrantes rusos no son reconocidos como judíos por los tribunales rabínicos.

La mayoría de israelíes que son judíos no son religiosos. El propósito de la Ley del Retorno, un aspecto fundamental de la ley israelí desde que se fundó el estado israelí, no es fomentar la religión, sino garantizar un lugar seguro a todos los que enfrentan el prejuicio antijudío en cualquier parte del mundo.

Aunque a principios de la última década la cantidad de judíos que salieron de Israel era mayor a la que entraban, esto ha empezado a cambiar. Según el diario digital Times de Israel “la inmigración judía a Israel alcanzó su punto más alto en 10 años en 2014, con más de 26 500 personas”, un aumento del 32 por ciento comparado al 2013. La mayoría de los que están llegando no son reconocidos como judíos por el rabinato.

El incremento en la inmigración es debido en gran parte al aumento en las expresiones de odio antijudío en Europa. Más de 7 mil judíos franceses emigraron a Israel en 2014, el número más alto hasta ahora.

La inmigración que proviene de Ucrania también se ha multiplicado casi al triple con 2 020 en 2013 y 5 840 en 2014, la mayoría de la parte oriental del país que ha sido fuertemente afectada por la guerra.  
 
 
Portada (este número) | Página inicial | Página inicial en versión de texto