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Vol. 78/No. 31      1 de septiembre de 2014

 
‘Hay que hacerle ver al mundo
quienes son los 5 Cubanos’
Ex preso dice: Ramón Labañino ‘inspiraba
respeto y te llevaba a ser una persona mejor’
(especial)
 
“Tengo que darle gracias a Dios por el tiempo que pude convivir con Ramón. Fue una experiencia que me marcó”. Esas fueron las palabras de Secundino Pérez al hablar con el reportero Róger Calero del Militante sobre cómo llegó a conocer a Ramón Labañino cuando estuvieron presos en el Centro Federal de Detención de Miami (FDC) a fines de 2009 y principios de 2010.

Labañino es uno de los cinco revolucionarios cubanos arrestados bajo cargos fabricados por el gobierno de Estados Unidos en 1998. Gerardo Hernández, Antonio Guerrero y Labañino han estado presos 16 años. René González y Fernando González ya están de regreso en Cuba después de haber cumplido su sentencia completa. (Ver “Quiénes son los Cinco Cubanos” en esta página).

Labañino fue trasladado al FDC de Miami en septiembre de 2009 para una audiencia sobre la modificación de su sentencia. Un año atrás, una corte federal de apelaciones había revocado las sentencias de Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González por exceder las pautas federales. Las autoridades norteamericanas pretendían calmar lo que un fiscal llamaba la “conflictividad” y “bulla” del clamor internacional contra las sentencias draconianas impuestas a los Cinco y la amplia campaña a favor de su libertad. Originalmente Hernández, Labañino y Guerrero habían recibido cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. En diciembre de 2009, la sentencia contra Labañino por cargos falsos de “conspiración para recoger y transmitir a un gobierno extranjero información relativa a la defensa nacional” fue reducida a 30 años.

La entrevista con Pérez se realizó en La Habana, en dos partes. La primera fue el 1 de marzo. En esos momentos Pérez, oriundo del occidente de Cuba, se encontraba visitando a Elizabeth Palmeiro, esposa de Labañino. Ella puso a Pérez en contacto con reporteros del Militante que estaban allí cubriendo la feria internacional del libro de La Habana así como el regreso de Fernando González a Cuba. Uno de los libros presentados en la feria fue Voces desde la cárcel: Los Cinco Cubanos, publicado por la editorial Pathfinder, que contiene una entrevista que Pérez le concedió a Edmundo García de la emisora Radio Progreso de Miami. La entrevista que aparece a continuación se completó el 20 de julio.


RÓGER CALERO: Secundino, ¿puedes decirnos un poco acerca de ti?

SECUNDINO PÉREZ: Crecí en Pinar del Rio. Yo me gradué de la escuela de medicina de Pinar del Río en 1992. Me fui a Estados Unidos en 1999. Mi papá estaba viviendo en Miami y yo quería reunirme con mi familia. Tenía 31 años.

Desde afuera uno tiene una idea diferente de cómo es Estados Unidos. Sí, es un país desarrollado. Pero me chocó grandemente no encontrarme con la solidaridad humana que existe aquí en Cuba.

Estuve casi 13 años en Estados Unidos. Y durante ese período tuve problemas con la ley. Después de que cumplí mi condena en febrero de 2012, me fui a México, donde yo tenía estatus de residente. En Cancún encontré trabajo y volví a empezar. Allá estoy trabajando en un restaurante.

CALERO: ¿Cómo conociste a Ramón?

PÉREZ: Yo lo conocí cuando fui trasladado al FDC de Miami: el Downtown, como le dicen allí. Eso fue el 31 de octubre de 2009. Él estaba en la unidad F, en el piso 10.

Ahí cuando yo llegué, los otros cubanos dijeron, “¡Mira, que llegó un cubano!” Ramón enseguida llegó a saludarme. Me preguntó, “¿Qué te hace falta?”

Más tarde me dijo que él me notó un poco nervioso, deprimido, en los primeros días. Se acercó y me dijo, “Tranquilo. Tú vas a ver que aquí vas a estar bien. Aquí hay cubanos. Yo soy Ramón, uno de los Cinco”. Así empezamos la amistad.

CALERO: ¿Sabías ya del caso de los Cinco?

PÉREZ: Sí. Ellos habían sido arrestados en 1998, un año antes de que yo me fuera de Cuba para Estados Unidos. Estando en Miami, ya se oía mucho por la radio y la prensa, especialmente durante el juicio en el 2000 y el 2001.

CALERO: ¿Y Ramón tenía la misma actitud hacia otros presos que él demostraba hacia ti?

PÉREZ: Era igual con todos. No importaba si eras hondureño, o americano o de cualquier otro país. Ramón te ayudaba de cualquier forma que pudiera. Él inspiraba respeto. Y a la misma vez te respetaba. Ese es el verdadero Ramón.

Uno a veces se puede hacer la idea —por la gran campaña que han llevado contra ellos en Estados Unidos— de que eran espías peligrosos o terroristas.

Entonces ya cuando conoces la verdad, te das cuenta que es totalmente diferente. Y te dices, “Coño, entonces todo fue una mentira”.

Además, Ramón te mostraba todos los documentos del caso. Decía, “Mira, yo no quiero que tú creas lo que te estoy diciendo. Míralo tu mismo. Nosotros estábamos en Estados Unidos para defender al pueblo de Cuba. Estábamos tratando de evitar que hubiera atentados”.

Entonces uno se va dando cuenta de quiénes realmente son los Cinco.

CALERO: ¿Cuánto tiempo estuviste con él en la cárcel?

PÉREZ: Yo compartí con él unos seis meses. Ramón fue re-sentenciado en diciembre de 2009 y fue trasladado como para junio del año siguiente. Ya antes me sacaron para la unidad de en frente, y manteníamos el contacto. Cada unidad tenía una puerta con una ventanita que llevaba al área común de recreación. Así que cuando uno de los dos se encontraba en el gimnasio, podíamos vernos por la ventanilla y saludarnos por la rendija debajo de la puerta.

Tengo que darle gracias a Dios por el tiempo que pude convivir con Ramón. Fue una experiencia que me marcó. Con cualquier duda él te ayudaba. Conversaba sobre cualquier tema, tanto de Cuba como de Estados Unidos. Y él nunca decía “Esto es así”. Te daba elementos para que tú razonaras. Él recibía la prensa y otra literatura y la compartía con todos nosotros.

Otras cosa: no te preguntaba por qué estabas en la cárcel, qué hiciste. Más bien te llevaba a ser una mejor persona. Y toda esa serie de cosas te iba dando confianza en Ramón.

Todo el mundo se le acercaba. Si alguien estaba haciendo una comidita —porque cocinábamos en la prisión, usando el microondas— lo llamaban: “Oye, Cuba”, o “Ven acá, Ramón”. Lo acogían cuando llegaba a ver el televisor o a jugar ajedrez. Porque a él le gustaba jugar ajedrez, y jugaba mucho con un afroamericano en la unidad. Lo llamaban a jugar al handball [frontón]. A la gente le gustaba estar alrededor de él.

CALERO: Fernando González finalmente regresó a Cuba, después de completar su condena de más de 15 años. En una conferencia de prensa, Fernando dijo que los policías de inmigración norteamericanos que lo estaban deportando no le quitaron las esposas hasta que el avión tocó suelo cubano. Que no se sintió libre hasta ese momento.

PÉREZ: Fue indignante, hasta cruel. Ellos saben que los Cinco no son hombres peligrosos. En mi opinión, las autoridades de Estados Unidos tomaron esa medida para castigarlo hasta el último momento.

El pueblo cubano se siente bien contento con el regreso de Fernando. Pero hay que seguir con la campaña que al final los devuelva a todos a casa. Tenemos que hacerle ver al pueblo de Estados Unidos y de todo el mundo quiénes son realmente los Cinco.
 
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