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Vol. 77/No. 47      30 de diciembre 2013

 
¡Casi 3 000 se suscriben
al periódico obrero!
(portada)
 
POR EMMA JOHNSON  
“Vamos a salir esta noche para vender dos suscripciones más, queremos seguir hasta el final”, dijo Maggie Trowe por teléfono desde Des Moines, Iowa, cinco horas antes del fin de la campaña internacional de suscripciones y libros a la media noche del 17 de diciembre.

Partidarios alrededor del mundo están celebrando el gran éxito de la campaña. Muchas áreas continuaron hasta las últimas horas vendiendo 475 suscripciones por arriba de nuestra meta de 2 500.

“Los trabajadores en Estados Unidos están tan ocupados trabajando, que apenas tienen tiempo para pensar y leer. ¿Cómo podemos ayudarlos a entender lo que pasa en el mundo?”, preguntó Antonio Jimenez en Columbus, Nebraska, a Jacquie Henderson de Omaha, cuando renovó su suscripción e hizo una contribución al fondo para la construcción del partido.

Henderson lo invitó a que se uniera al esfuerzo para ganar más suscriptores. Jimenez los llevó a unos edificios de apartamentos en esta pequeña ciudad industrial rodeada de ricas tierras agrícolas.

“En Estados Unidos existía la esclavitud”, dijo Jimenez durante un debate con un trabajador. “Fue necesaria una guerra civil y más para eliminarla. Pero ahora tenemos un tipo de esclavitud diferente: la esclavitud del trabajo asalariado. Y se va a necesitar otra revolución para acabarla”.

Erendira Valadez renovó su suscripción después de varios años de no recibir el periódico, escribió Arlene Rubinstein desde Los Angeles. Desde entonces, la obrera de la costura ha estado asistiendo a los programas del Militant Labor Forum.

“Miro los foros como la hora y el lugar donde transformó mi entendimiento de la política, y donde me siento cómoda para discutir mi situación como trabajadora”, dijo Valadez.

Seth Galinsky reportó que en Nueva York los equipos que fueron de puerta en puerta inscribieron a ocho nuevos suscriptores la noche del 17 de diciembre para llegar a un total de 447 suscripciones. Peter Thierjung y Deborah Liatos conocieron a un trabajador del correo yendo de puerta en puerta dos semanas antes. Le mostraron el artículo sobre como el desdén por la seguridad de Metro-North, en su afán por aumentar sus ganancias, llevaron al descarrilamiento de un tren el 1 de diciembre que causó cuatro muertes y más de 60 heridos. “¡Vengan, entren!”, dijo la trabajadora. “Voy a comprar ese periódico”. Ella se había lesionado en el trabajo y la compañía le negó beneficios por discapacidad. Fue forzada a jubilarse.

“Luego llegó su sobrina”, dijo Thierjung. “Ella trabajaba como maestra. ‘Diles porque ya no eres maestra’, dijo su tía. Entonces la sobrina nos dijo que ya no quería seguir “produciendo abejas obreras’, estoy harta de ser maestra. Ella nos arrebató de las manos el libro La clase trabajadora y la transformación de la educación”. “Regresen la próxima semana. Haremos café y nos sentaremos a platicar”, dijo la trabajadora postal. “Y asegúrense de traer más libros”.

Los partidarios en Nueva York han vendido 166 de los libros en oferta especial hasta ahora y quedan más por contar.

Las suscripciones para presos están en la cima del marcador. Catorce nuevos reos se inscribieron y 11 renovaron sus suscripciones. Esta es la cantidad más alta en muchos años.
 
 
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