El Militante (logo)  

Vol. 77/No. 39      4 de noviembre de 2013

 
Victoria del ‘Militante’ es parte
de la lucha contra censura
(artículo principal)
 
POR JOHN STUDER  
“Junta penitenciaria de Florida revierte su decisión de prohibir periódico por cobertura sobre huelga de hambre”, dijo el titular de un artículo en el sitio web del Comité de Periodistas para la Libertad de Prensa el 16 de octubre. El artículo informó sobre la victoria que ganó el Militante cuando funcionarios penitenciarios del estado de Florida informaron al periódico que anularon su decisión del 5 de septiembre de incautar la edición del 22 de julio que informaba sobre a huelga de hambre que lanzaron 30 mil presos en California en julio.

La victoria del Militante es parte de una lucha más amplia contra la censura. Se obtuvo uUna victoria se ganó el 25 de septiembre cuando protestas públicas obligaron a la junta escolar de Randolph County, Carolina del Norte, a levantar la prohibición contra el libro de Ralph Ellison El hombre invisible ende las bibliotecas escolares.

El Militante ha sido contactado por otros dos trabajadores tras las rejas que reportaron que se les había confiscado o rechazado las ediciones del Militante que tenían cobertura de la huelga de hambre, uno en el estado de Washington y el otro en una prisión distinta en Florida.

“Otras publicaciones, tales como el New York Times, el Miami Herald y USA Today, habían cubierto las huelgas de hambre en California”, dijo el Comité de Reporteros. El artículo reimprimió la declaración del comité en apoyo a la apelación del Militante, que dice, en parte: “Los periodistas tienen no solo el derecho sino una obligación de reportar sobre asuntos de interés público e importancia política. Los artículos recientes del Militante y otras agencias de noticias sobre una huelga de hambre y las condiciones en las prisiones de California son ejemplos de este deber”.

El número de trabajadores arrojados a las prisiones por toda la nación ha crecido enormemente. Las estadísticas del gobierno muestran que hay alrededor de 2.3 millones de prisioneros en Estados Unidos, un salto del 274 por ciento en los últimos 25 años.

Esta explosión ha sido acompañada de un aumento en la censura del correo, las suscripciones a periódicos y los pedidos de libros de los reclusos. En un artículo titulado, “Prohibición de libros en prisiones: El escándalo de la censura interna”, el Huffington Post informa cómo los funcionarios penitenciarios “privan a los presos del acceso a miles de libros, revistas y periódicos”.

Prison Legal News empezó como un boletín de 10 páginas escrito a máquina de escribir producido para 75 suscriptores por dos presos en prisiones distintas en el estado de Washington, Paul Wright y Ed Mead. Wright, que sigue siendo el director, obtuvo la libertad condicional en 2003.

El boletín ahora tiene 7 mil suscriptores, la gran mayoría presos, y se estima que llega a manos de más de 10 veces ese número, ya que, al igual que el Militante, pasa de un preso a otro.

El Prison Legal News ha enfrentado la censura desde su primera edición. En la actualidad enfrenta una prohibición total en 10 sistemas penitenciarios estatales.

El boletín había sido prohibido en Carolina del Sur cuando ese estado prohibió todas las publicaciones a los reclusos con excepción de la Biblia. Las cárceles en el Condado de Sacramento, California, lo prohibieron diciendo que las grapas del boletín podían ser usadas como armas.

Wright dice que el Prison Legal News tiene que asumir la lucha contra la censura, porque la prensa capitalista no lo hará. “Nos dicen que no son parte de la demografía de anuncios en la que ellos se concentran”, dijo Wright.

“Estamos orgullosos de que hoy en día nuestra base de suscriptores entre los trabajadores tras las rejas está creciendo”, dijo Doug Nelson, director del Militante. “Vamos a seguir luchando contra los esfuerzos de negar a los presos el derecho de leer el Militante y cualquier otra cosa que quieran. Y nos uniremos a cualquier otra persona que haga lo mismo. Esto es parte de la batalla para que los presos puedan conectarse con la vida fuera de la prisión y para que los trabajadores a ambos lados de los muros de las prisiones reconozcan y se conecten con sus luchas mutuas. Esto es una cuestión de la moral y la dignidad de la clase obrera”.



 
 
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