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Vol. 76/No. 46      17 de diciembre de 2012

 
(portada)
Egipto: Miles protestan
decreto antidemocrático
Islamistas responden para defender ‘poderes’ del presidente
 
Hossam el-Hamalawy
Miles de personas marchan al palacio presidencial en El Cairo, Egipto, el 4 de diciembre para protestar contra el decreto emitido por el presidente de Egipto Mohamed Morsi que fortalece los poderes presidenciales.

POR SETH GALINSKY  
El decreto del 22 de noviembre del presidente egipcio Mohamed Morsi de que todas sus decisiones desde que asumió el cargo en junio son “finales y vinculantes y no pueden ser apeladas” provocó un debate y protestas por todo el país.

El tamaño y el alcance de las protestas callejeras demuestran el reto que enfrenta la Hermandad Musulmana en sus esfuerzos para reprimir los derechos de los trabajadores y el espacio para organizarse que se logró a través de la lucha popular para derrocar a la tiranía de Hosni Mubarak en febrero de 2011.

En una decena de ciudades se han realizado manifestaciones contra el decreto —y el proyecto de constitución aprobado una semana más tarde por una asamblea constituyente dominada por la Hermandad Musulmana. En muchas ciudades hubieron enfrentamientos con partidarios de Morsi.

Las protestas demuestran que la oposición a la Hermandad Musulmana y a los pasos que ha tomado para consolidar poderes ejecutivos bajo su control es heterogénea, así como también las divisiones dentro de la clase dominante del país. La oposición se extiende desde facciones rivales entre los gobernantes capitalistas, incluyendo los remanentes del régimen de Mubarak, hasta partidos pequeñoburgueses centristas y socialdemócratas y el movimiento sindical organizado.

Para ganar apoyo a su iniciativa, Morsi incluyó en el decreto la retirada del fiscal general, un odiado vestigio del gobierno de Mubarak. El pretexto demagógico a favor del decreto era el compromiso de Morsi de utilizar sus poderes para reabrir e investigar los casos de represión durante el régimen de Mubarak.

A medida que creció la oposición, el 26 de noviembre Morsi declaró que sus nuevos poderes eran solamente temporales, hasta que se llevaran a cabo el referendo para la constitución y las elecciones para una nueva legislatura.

Más de 100 mil manifestantes llenaron la Plaza Tahrir en El Cairo el 27 de noviembre, el sitio de grandes protestas contra Mubarak y el régimen militar que lo reemplazó. Otra gran manifestación de oposición tuvo lugar el 30 de noviembre.

Entre los participantes en la manifestación del 30 de noviembre estuvieron Mohamed El Baradei, ex jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica de la ONU y líder del burgués Partido Constitución; Amr Moussa, ex jefe de la Liga Arabe y ministro de relaciones exteriores de Mubarak; partidarios de Ahmed Shafiq, primer ministro de Mubarak, quien quedó en segundo lugar en las elecciones presidenciales; Al-Sayed al-Badawy, jefe del Partido Wafd, un partido capitalista liberal; y diversos grupos social demócratas y de izquierda.

La participación de partidarios de Mubarak, designada por sus opositores como felool [vestigios del viejo régimen], es una cuestión que genera polémicas dentro de la oposición.

Sindicatos se oponen a decreto

La Federación Egipcia de Sindicatos Independientes, con casi 2.5 millones de miembros, emitió una declaración el 25 de noviembre llamando a los trabajadores a movilizarse contra el decreto.

“¿Cómo puede el presidente promulgar leyes, y hacerlas cumplir, sin que ninguno de nosotros tenga el derecho de acudir a los tribunales para cuestionarlas?” preguntó la federación sindical. “¿Y si el emite un decreto que prohíbe todos los sindicatos que se han creado desde la revolución?”

La Hermandad Musulmana, el partido más grande y mejor organizado del país, se está movilizando para defender a Morsi. Para evitar enfrentamientos con los opositores del decreto reunidos en la Plaza Tahrir, la manifestación pro-Morsi, que contó con el apoyo de otras fuerzas islamistas, tuvo lugar en la Universidad de El Cairo, el 1 de diciembre. Decenas de miles corearon, “Lo queremos islamista”, y “Tahrir ahora está llena de felool”.  
 
 
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