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Vol. 76/No. 43      26 de noviembre de 2012

 
Maestros en Chicago
enfrentarán más ataques
 
POR ILONA GERSH
Y DENNIS RICHTER
 
CHICAGO—Miembros del Sindicato de Maestros de Chicago votaron el 2 de octubre a favor de un nuevo contrato de tres años por un margen del 79 por ciento. El voto tuvo lugar después de una huelga de siete días caracterizada por movilizaciones que inspiraron el apoyo de la clase trabajadora por toda la ciudad.

La huelga terminó el 18 de septiembre. Bajo la amenaza de una orden judicial solicitada por el alcalde demócrata Rahm Emanuel, la Cámara de Delegados del sindicato, de 800 miembros, votó a favor de que se suspendiera la huelga en espera de que la membresía aprobara el contrato.

Los ataques contra los maestros de Chicago, dirigidos por Emanuel, son parte de la campaña bipartidista por todo el país para recortar los programas públicos y atacar a los trabajadores públicos.

El amplio apoyo a la huelga entre los trabajadores reflejó el sentimiento de que es necesario hacer algo para contener los ataques de los patrones y el gobierno de la ciudad de Chicago contra los trabajadores. Decenas de sindicatos respaldaron las acciones.

“Rahm nos subestimó”, dijo al Militante Noel Merchaert, un maestro de la Jahn World Language School. “La huelga demostró a muchos maestros que vale la pena luchar unidos. La solidaridad que recibimos del pueblo trabajador a través de Chicago nos fortaleció a todos”.

Muchos maestros y sus partidarios tenían la esperanza de poder detener los ataques de la administración demócrata.

Pero el sindicato accedió a la escala salarial que propuso el organismo Escuelas Públicas de Chicago: 3 por ciento el primer año y 2 por ciento durante los dos años siguientes. Los maestros lograron derrotar que se substituyeran los salarios basados en la antigüedad por pagos basados en méritos.

Los maestros perdieron la lucha para bloquear la extensión de la jornada laboral y el aumento en los días de enseñanza en el calendario escolar.

El sindicato mantuvo derechos de antigüedad limitados para los maestros cesanteados debido a los cierres de escuelas. Si hay puestos disponibles durante los 10 próximos meses, el 50 por ciento de ellos deben ser ocupados por trabajadores cesanteados.

Bajo una ley estatal promulgada en 2010 los maestros son evaluados una vez al año. Esto es utilizado para decidir quienes serán cesanteados a medida que reducen puestos o cierran escuelas por completo. El gobierno municipal no logró aumentar el uso de los resultados de los exámenes de los estudiantes en dichas evaluaciones.

La adopción de esta ley fue un requisito para que el estado recibiera fondos de la iniciativa “Carrera hacia la cima” de la administración del presidente Obama —4.35 mil millones de dólares en subvenciones otorgadas a los estados para la expansión de las escuelas charter.

La Junta de Relaciones Laborales en la Educación del estado de Illinois prohibió a través de una ley estatal que el sindicato realizara huelgas para luchar por precisamente muchos de los asuntos que los maestros planteaban, como demandar que se redujera el tamaño de las clases, mejorar las condiciones de los edificios escolares, protestar contra los cierres de escuelas y el asunto de las escuelas chárter privadas.

Los sindicatos de maestros y otros sindicatos de trabajadores públicos enfrentan un obstáculo adicional en comparación con los sindicatos en el sector privado. Ambos han sido debilitados sustancialmente por décadas de colaboración de clases y el apoyo político a los partidos de los patrones. Pero los trabajadores públicos confrontan a los capitalistas solo indirectamente. Sus patrones inmediatos no son los capitalistas, sino organismos gubernamentales que representan los intereses de clase de los patrones. Sus servicios no crean, sino que restan plusvalía, la fuente de la riqueza de los capitalistas.

La estrategia de respaldar a los políticos del partido Demócrata seguida por los funcionarios de los sindicatos de empleados públicos, es aun más profunda que la de los funcionarios sindicales en el sector privado. La han vinculado directamente a las posibilidades de ganar acuerdos por mejores salarios, beneficios y seguridad en el trabajo. De esta forma durante décadas han extraído concesiones de la administración demócrata en Chicago. Y a la vez, estos tratos han sido acompañado de un esfuerzo para tratar que los maestros se vean a sí mismos como una capa de “profesionales”, cada vez más alejados de las vidas y experiencias de los estudiantes de la clase obrera.

Esta trayectoria y estrategia se ha convertido en una cruz que los maestros tienen que cargar, mientras que se profundiza la crisis económica capitalista y los funcionarios de los partidos Demócrata y Republicano lanzan ataques contra los trabajadores municipales y los servicios en respuesta a la reducción de los ingresos.

Trabajadores apoyan a maestros

El apoyo a la lucha de los maestros fue particularmente fuerte entre los afroamericanos, que representan una proporción grande de los trabajadores públicos y que son afectados de manera desproporcionada por los recortes presupuestarios.

“Muchos padres en las comunidades negras del sur y el oeste apoyaron a los maestros porque las condiciones de sus escuelas son horribles y reciben muy pocos fondos”, dijo al Militante Owen “OC” Cope, un trabajador de Chicago.

“En realidad los maestros perdieron”, dijo Cope. Emanuel “hizo esto a los maestros y ahora otros sindicatos públicos encararan esto en el futuro”.

Emanuel y funcionarios de las escuelas públicas dicen que el acuerdo ahonda la crisis presupuestaria del sistema escolar, con un déficit anual proyectado de mil millones de dólares.

Antes de que empezara la huelga, el organismo escolar de Chicago declaró su intención de cerrar entre 80 y 120 escuelas el año próximo. Ahora se estima que los cierres lleguen a 200 escuelas. Es necesario que el gobierno municipal y el gobierno estatal aumenten sus pagos al sistema de pensiones para los maestros, el cual carece de fondos suficientes para pagar lo que se debe a los maestros. Sin embargo, los funcionarios dicen que es necesario reducir las pensiones y aumentar la edad de jubilación.

Aun frente a todas estas contradicciones, muchos maestros y trabajadores en esta ciudad se sienten orgullosos de que lucharon contra los ataques de Emmanuel y el gobierno municipal.
 
 
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