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Vol. 76/No. 19      14 de mayo de 2012

 
‘Luchábamos en la cárcel
por un Puerto Rico libre’
 
POR SETH GALINSKY  
Cuando le preguntan cuántas veces lo pusieron en confinamiento solitario durante los 30 años que estuvo encerrado en las cárceles de Estados Unidos, el ex prisionero político puertorriqueño Carlos Alberto Torres vacila.

“Un cálculo aproximado sería de por lo menos un par de decenas de veces”, dijo en una entrevista telefónica desde Camuy, Puerto Rico, el 5 de abril. “Pasé todas las navidades en solitario por muchos años.”

“Intentan desmoralizarte y romperte”, dice Torres.

Torres fue detenido en abril de 1980 junto con otros 10 partidarios de la independencia de Puerto Rico. Ellos fueron falsamente acusados de cargos de “conspiración sediciosa”, robo a mano armada y “terrorismo”, y les acusaron de ser miembros de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional de Puerto Rico. En un momento durante su juicio en junio de 1980 Torres fue amordazado por hablar español en la sala del tribunal.

En 1999 el presidente William Clinton ofreció indultar o conmutar las sentencias de 14 presos políticos puertorriqueños, pero no las de Torres o las de Haydée Beltrán, quien fue detenida junto con Torres. Clinton dijo que Torres era un líder de la FALN y estaba a favor de una “revolución contra Estados Unidos”.

Oscar López Rivera, acusado falsamente con cargos similares en 1981, rechazó la oferta de clemencia, sobre todo porque no se la habían ofrecido a Torres ni a Beltrán. Torres fue puesto en libertad condicional el 26 de julio de 2010.

Lejos de quebrarlo, Torres ha seguido hablando a favor de la independencia de Puerto Rico, que continúa siendo una colonia de Estados Unidos, y por la libertad de Oscar López y otros presos políticos puertorriqueños. Ha realizado tres viajes a Estados Unidos desde que fue puesto en libertad, a Nueva York, a Chicago y a la costa oeste para promover la campaña para liberar a López.

Torres también se hizo escultor cerámico en la cárcel. Su arte puede verse en cemiceramica.com.

Aunque Torres enfrentó años de hostigamiento en la cárcel, muchos de los otros presos políticos puertorriqueños la pasaron peor, dice Torres.

La población carcelaria de Estados Unidos “se disparó desde la primera vez que fui a la cárcel”, señaló Torres. “La Oficina de Prisiones no pudo construir cárceles lo suficientemente rápido y comenzaron a construir cárceles especializadas donde toda la prisión era una unidad de aislamiento, como en Marion, Illinois”.

“Ahí es donde pusieron a Oscar López desde el principio”, dice. “Y dos de las mujeres presas políticas, Haydée Beltrán e Ida Luz Rodríguez, fueron mantenidas en aislamiento total” durante meses en Virginia del Oeste.

Trabajo político en la cárcel

“Cuando fuimos a la cárcel sabíamos que como revolucionarios era nuestra responsabilidad continuar la lucha de la mejor manera posible”, explica Torres. “Eso se tradujo sobre todo en buscar las formas para aumentar la conciencia de los demás presos, los presos sociales.

“La mayoría de los prisioneros no habían oído hablar del movimiento de independencia. Algunos creían que éramos un estado de Estados Unidos, otros pensaban que ya éramos independientes. Sin embargo, con raras excepciones, pude presentar los hechos para que la gente pudiera entender”.

Torres también se involucró en las luchas para mejorar las condiciones en la prisión. “En mis primeros años en la cárcel en Pontiac, Illinois, inclusive pudimos publicar un periódico clandestino mimeografiado, Emancipator (el Emancipador), que abordaba algunos de los problemas”. También participó en la organización de clases para los reclusos analfabetos, y se involucró en programas de información sobre el SIDA, la historia de los negros y sobre la violencia contra las mujeres.

En la decena de prisiones en las que Torres estuvo encarcelado, nos informa, los detenidos recibían periódicos publicados en Estado Unidos y Puerto Rico, incluyendo el Militante de vez en cuando.

“Siempre los compartíamos. Los periódicos nunca llegaban a la basura. Era un tren de periódicos”, dice. “A veces alguien te pasaba un número de vuelta años después”.

Con uno de los Cinco Cubanos

En febrero de 2002, cuando Torres estaba en la Institución Correccional Federal en Oxford, Wisconsin, Fernando González, uno de los Cinco Cubanos, fue trasladado allí.

“Un cubano que había salido de Cuba durante el Mariel y se encontraba detenido bajo cargos de inmigración me dijo que había llegado un nuevo cubano”, dijo Torres.

“De alguna manera nos encontramos y nos pusimos a hablar. Fue instructivo para mi porque aunque yo estaba un poco familiarizado con el caso de los Cinco, yo no sabía como fueron detenidos, cual había sido su experiencia y la forma en que fueron condenados.

“Fernando tenía un pozo sin fondo de libros, y los compartía”, recuerda Torres. “Uno lee constantemente en la prisión, así es que tener una persona que tiene todos estos libros era genial para mí. Durante los cinco años que estuvimos juntos nos hicimos muy buenos amigos”.

Torres dice que está optimista sobre la lucha por la independencia de Puerto Rico y la lucha para liberar a Oscar López.

En sus giras le dice a la gente, “En realidad deberíamos tener un sentido de urgencia en cuanto a Oscar porque tiene 69 años y ha estado en la cárcel 31 años y ha recibido el peor trato. La reacción ha sido positiva cuando digo que tenemos que ponernos de pie y hacer algo”.
 

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Para obtener más información sobre la lucha para liberar a los presos políticos puertorriqueños visite boricuahumanrights.org y prolibertadweb.tripod.com.

Escriba a Oscar López Rivera en la cárcel: #87651-024, FCI Terre Haute, PO Box 33, Terre Haute, IN 47808.  
 
 
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