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Vol. 76/No. 4      30 de enero de 2012

 
Patrones EUA bajan salarios
para mejorar sus ganancias
(portada)
 
POR SETH GALINSKY  
Según las cifras más recientes del gobierno norteamericano, el año pasado creció el número de personas empleadas en fábricas en Estados Unidos, resultando en 225 mil empleados más. El modesto aumento coincide con el éxito que los patrones han tenido en rebajar sustancialmente los salarios, particularmente los de los empleados nuevos.

La oficina de estadísticas laborales informa que los salarios y beneficios pagados al trabajador por unidad de producción en Estados Unidos han bajado en un 13.6 por ciento en los últimos 10 años. La cifra cayó en un 4 por ciento de 2009 a 2010.

Esto confirma lo que los trabajadores ya sabemos por experiencia propia. Los capitalistas, dueños de la producción, tratan de alzar su tasa de ganancias en declive estableciendo múltiples niveles de salarios, ofreciendo contratos laborales llenos de concesiones, y aumentando el número de trabajadores temporales, la velocidad de la producción y los despidos.

Fuller Money, un sitio web para inversionistas, elogió al aumento de la velocidad de la producción y los cortes de salarios y beneficios, particularmente durante el último año, como “una de las cosas más alentadoras” para el año nuevo, y afirmó que esto es “un pre requisito para frenar el declive a largo plazo en el número de trabajos en la manufactura”.

En los años 1980 los patrones en Estados Unidos redujeron los sueldos hasta el nivel que tenían en 1960. A fines de la década de los 90 los salarios habían permanecido estancados. Pero con la profunda crisis económica de los años recientes, los patrones han comenzado una nueva campaña para aumentar la tasa de explotación.

Las tres grandes compañías automotrices están en la vanguardia de la imposición de dos niveles de salarios. Según el New York Times, el 12 por ciento de los 23 mil trabajadores sindicalizados de Chrysler ganan 14 dólares por hora, la mitad de lo que ganan los trabajadores con antigüedad. En la fábrica de General Motors en el poblado de Orion, Michigan, el 40 por ciento de los obreros reciben el salario más bajo.

General Electric, con 219 fábricas en Estados Unidos y 230 en el exterior, paga a los empleados nuevos entre 12 y 19 dólares por hora, mientras que los trabajadores con antigüedad reciben entre 21 y 32 dólares.

Los patrones también han aumentado el uso de trabajadores temporales, los cuales reciben beneficios reducidos o no los reciben, y menos salarios. De 1990 al 2008 se ha duplicado el número de trabajadores temporales en Estados Unidos, de 1.1 a 2.3 millones de trabajadores.

La caída de los salarios en Estados Unidos, mientras que los de China han aumentado, ha reducido la brecha salarial entre Estados Unidos y China. Lo suficiente, informa el New York Times, que algunas compañías han trasladado su producción de China a Estados Unidos.

Los trabajadores de Oshkosh Corp., una compañía que produce camiones militares, votaron en septiembre, y de nuevo en octubre, en contra de un contrato en el cual la compañía demandaba el derecho de usar trabajadores temporales sin representación del sindicato automotriz UAW para hasta un 10 por ciento de la fuerza laboral. .

“Se trata solo de dinero”, dijo en una entrevista telefónica Don Forster, de 58 años de edad, quién trabaja en la producción de volantes. “No quieren pagar las pensiones, quieren lo más barato. Emplear trabajadores temporales va en contra de lo que significa tener un sindicato”.

Aunque los trabajadores lograron derrotar la propuesta referente a los trabajadores temporales, la compañía logró reducir el ingreso de los trabajadores.

“Obtuvimos un contrato de 5 años con solo un aumento del 8 por ciento”, dijo Forster. “Pero el seguro médico ha aumentado más del doble, nos está costando muchísimo”.

Al mismo tiempo la compañía está aumentando la velocidad de la línea de producción. “Dicen que están promoviendo la seguridad”, declaró Forster, “pero la realidad es ‘apúrense y terminen’”.

Resistencia obrera

Por todo el país los capitalistas dueños de toda clase de industrias han despedido a los trabajadores que se han rehusado aceptar las concesiones que demandan haciendo cierres patronales o forzando a los trabajadores a salir a la huelga. Entre estas industrias están: Armstrong World Industries en Marietta, Pennsylvania, que mantuvo a 260 trabajadores en cierre patronal por cinco meses; American Crystal Sugar en North Dakota y Minnesota, en donde 1 300 trabajadores han estado en cierre patronal desde el primero de agosto; los apartamentos de la Dayton Beach Park Co-Op en Queens, Nueva York, donde los trabajadores de mantenimiento salieron en huelga el 7 de julio; los molinos de harina C.H. Guenther & Son Pioneer Flour Mill en San Antonio, Texas, donde los trabajadores salieron en huelga el 25 de abril; Honeywell Corp., en Metropolis, Illinois, con un cierre patronal contra 200 trabajadores por trece meses; y muchas más.

En muchas instancias los patrones forzaron sus concesiones sin mucha resistencia organizada. En la ciudad de Nueva York el hospital St. Luke’s Roosevelt Hospital Center forzó a las enfermeras a aceptar un contrato a fines de diciembre bajo el cual, por primera vez, pagarán por su seguro médico.

En enero, los trabajadores de servicio del Local 32BJ del sindicato SEIU firmaron un acuerdo tentativo con el Realty Advisory Board que afecta a 22 mil trabajadores de limpieza de oficinas que incluye un aumento de 30 a 42 meses al plazo durante el cual los empleados nuevos recibirán un salario más bajo. Además el contrato reduce el salario de estos trabajadores de 80 a 75 por ciento de lo que reciben los trabajadores con antigüedad.

Los trabajadores en Roquette America en Keokuk, Iowa, sufrieron un cierre patronal que comenzó en septiembre de 2010 tras rechazar un contrato con concesiones. El sindicato luchó vigorosamente, pero después de 10 meses regresaron a trabajar. La propuesta original de la compañía de pagar a los trabajadores nuevos 4 dólares por hora menos que lo que reciben los trabajadores con antigüedad fue reducido a 2 dólares por hora.

Múltiples salarios crean divisiones

El sistema de dos niveles salariales es en realidad como “cuatro niveles”, dijo Buddy Howard, un dirigente de la lucha contra el cierre patronal. Los trabajadores nuevos no sólo comienzan con un salario menor, sino que la compañía también cambió el grado salarial de varios trabajos. Algunos que se consideraban grado siete, por ejemplo, ahora son de grado cinco, entonces algunos trabajadores nuevos ganan entre 5 y 6 dólares menos por hora.

“Lo usan como juego de azar, diciendo que es todo o nada y luego dicen que ‘por lo menos estamos creando empleos’”, dijo Drake Custer en una entrevista telefónica. Custer es procesador de sirope en Roquette, y es el vicepresidente del Local 48G del sindicato de trabajadores de granos BCTGM, que organiza a los trabajadores de la fábrica.

Al igual que el sistema de dos niveles salariales en las fábricas de autos, dijo Custer, “los nuevos niveles en Roquette son permanentes. Los empleados nuevos nunca lograran el mismo pago que nosotros”.

“Es una manera en la que los patrones crean disensión entre las filas y enfrentan a los trabajadores entre sí. Es algo global”. dijo Custer. “El que esta al lado mío dice ‘¿Por qué voy a trabajar tan duro como el que esta a mi lado que gana más?’ Es una batalla convencer a los nuevos empleados a que se afilien al sindicato porque piensan que el acuerdo no resultó tan bueno para ellos”.

“Yo creo que el sistema de dos niveles salariales existe para dividirnos en vez de darnos cuenta quién es nuestro enemigo real”, añadió.

“Los sindicatos necesitan seguir luchando por beneficios decorosos y condiciones de trabajo seguras”, dijo Forster, el trabajador de Oshkosh. “Dadas las condiciones en las fábricas con sindicatos, ¿te puedes imaginar como será en las que no lo tienen”?

“Por que he estado empleado por solo un año recibo un salario más bajo y no recibo beneficios”, dijo al Militante Aldrich Grandy, operador de un ascensor de carga en un edificio de oficinas en el centro de Manhattan. “Me alegro de tener empleo”.

“Más y más solo hay dos clases, los ricos y los pobres”, dijo Grandy. “Lo que me gustaría ver es que los trabajadores nos juntemos para luchar por nuestros derechos”.
 
 
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