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Vol. 76/No. 1      2 de enero de 2012

 
Pennsylvania: Obreros retornan
al trabajo con la frente en alto
(portada)
 
POR JANET POST  
LANCASTER, Pennsylvania—Trabajadores en la planta de Armstrong World Industries en la cercana ciudad de Marietta votaron el 9 de diciembre a favor de aceptar una propuesta de contrato. La planta, una de las 31 fábricas de la empresa a nivel mundial, produce paneles para techos.

Los 260 trabajadores, incluyendo unos 220 organizados por el local 285/441 del sindicato de trabajadores siderúrgicos USW, fueron despedidos en un cierre patronal el 17 de julio después de rechazar un contrato con concesiones.

Por cinco meses los trabajadores organizaron una animada línea de piquetes las 24 horas del día en el portal de la planta. Ganaron la solidaridad de trabajadores y agricultores del área y se sumaron a líneas de piquetes de huelguistas de la compañía Verizon. En septiembre el sindicato organizó un masivo mitin frente a la sede de la Armstrong.

Casi todos los trabajadores de la Armstrong que hablaron con el Militante, tanto antes como después del voto, expresaron descontento con el nuevo contrato, el cual es similar al que los trabajadores habían rechazado en septiembre.

“No creo que nadie esté contento. Este es el peor contrato que he visto en 28 años en la Armstrong”, dijo Barry Groff, trabajador de producción. “Pero libramos una buena lucha y tengo orgullo de nuestra solidaridad”.

“Nos mantuvimos unidos”, dijo Shannon McAlexander. “En la reunión dije a todos cuanto orgullo tengo de sus esfuerzos”.

“Sabemos que este es un mal contrato, pero estamos apretados”, dijo Brian Wilson, un coordinador de la línea de piquetes.

Wilson explicó que en la sesión de negociaciones del 6 de diciembre, la cual incluyó a un mediador federal, la compañía dijo que iba a terminar el cierre patronal. Que iba a permitir que los trabajadores volvieran bajo el viejo contrato, pero luego, tras un breve período, declararon que había un “punto muerto” en las negociaciones y la compañía iba a imponer un nuevo acuerdo.

Armstrong declaró que contrataría trabajadores de reemplazo permanentes y ya no reconocería el sindicato si los trabajadores iniciaban una huelga en ese momento.

Wilson también dijo que habían perdido un poco de fuerza cuando su “coalición se deshizo”. Durante el cierre, los trabajadores en tres plantas de la Armstrong —en Lancaster, Macon, Georgia, y Pensacola, Florida— aprobaron contratos con concesiones.

El acuerdo de tres años incluye un aumento anual de 2.5 por ciento, recorta el seguro médico de un plan de 90/10 a un plan de 80/20 y reemplaza las pensiones de la compañía por un plan 401(k) para todos los empleados nuevos, informó Chuck Davis, un representante del local 285/441 del USW.

Armstrong se había retractado de ofrecer cualquier tipo de bono por firmar el contrato, pero entonces agregó un bono de 1 500 dólares como “incentivo de desempeño” por incrementar la productividad durante 18 meses.

Los trabajadores han tenido turnos de ocho horas, pero después de un “período de transición”, Armstrong implementará turnos de 12 horas en rotación, con un descanso de 30 minutos para la comida y dos descansos de 15 minutos. Esto incluirá un sistema obligatorio de trabajo en días libres si son llamados.

Una trabajadora de producción, Cindy Staples, dijo que “durante el ‘período de transición’”, que ella cree durará hasta la primavera, “la compañía puede movernos a dónde le de la gana”.

“Algunas de las concesiones mayores tienen que ver con la antigüedad, solicitudes de cambios de puesto y las horas extras”, dijo al Militante Jim Shanley, secretario de actas del local 285/441 del USW. El sindicato logró que la compañía se retractara de la cláusula de que no tendría que aceptar quejas durante los primeros 90 días después del regreso a la planta.

Los trabajadores empezarán su retorno a la fábrica el 9 de enero, y “deberán estar todos trabajando para el 25 de enero”, según Tom Jones, un representante del Distrito 10 del USW. Pero Armstrong no tiene que efectuar el regreso de acuerdo con la antigüedad, y tiene planeado mantener a algunos de los trabajadores de reemplazo que usaron durante el cierre patronal.

Después de la votación, Walters señaló su brazo y dijo, “la compañía quería mostrarnos sus ‘medallas’. Pero nosotros les mostramos las nuestras. Nos tienen que tratar como los seres humanos que somos”.

“Cuando volvamos, tendremos que cuidarnos unos a los otros”, dijo otro trabajador, Tom Houser.
 
 
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