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Vol. 75/No. 47      26 de diciembre de 2011

 
Berlín busca control de
gobiernos endeudados
(portada)
 
POR JOHN STUDER  
Los gobiernos capitalistas de toda Europa están buscando desesperadamente la manera de frenar la crisis que aprieta a la eurozona y al resto del continente. Así como el desequilibrio de los bancos agobiados por la extensa tenencia de deudas del gobierno que no pueden vender y por el declive en la producción de bienes y de comercio en Europa y por todo el mundo.

En preparación para la cumbre de la Unión Europea (UE) sobre la crisis del 8 y 9 de diciembre, la canciller de Alemania Angela Merkel, acompañada por el presidente de Francia Nicolás Sarkozy, presentaron un ultimátum exigiendo la “unidad fiscal”, lo que significa un control centralizado de la UE —en la práctica el control alemán— de los presupuestos nacionales, forzando la austeridad a los fuertemente endeudados, con sanciones automáticas para darle fuerza al plan.

Alemania es la economía europea más fuerte y la que recibe el beneficio mayor de la organización de la eurozona. La UE con sus prácticas proteccionistas le proveyó a Alemania con amplios mercados para la exportación y oportunidades para invertir. Merkel propuso “reformas” para mantener su dominio.

En cambio los gobiernos más endeudados, entre ellos los de Italia y España, así como Francia, están demandando que el Banco Central Europeo imprima más euros para comprar sus bonos gubernamentales cada vez más riesgosos.

La fuente real de la crisis se encuentra en la reducción de la producción, el empleo y el comercio de las últimas décadas, un proceso endémico al funcionamiento del sistema capitalista, que incluye la tendencia histórica a la caída de la tasa de ganancias.

En Europa la crisis se agrava por las relaciones económicas contradictorias dentro de la eurozona —un arreglo con el cual 17 países con grandes diferencias en niveles de productividad y desarrollo comparten una moneda.

El euro solo ha existido por nueve años. El temor aumenta que no llegará a los diez.

El 30 de noviembre el Banco Federal de Reserva redujo la tasa de interés de prestamos en dólares estadounidenses a los bancos europeos esencialmente insolventes.

Este aumento de moneda norteamericana en circulación equivale a la impresión de más dólares, con un resultado inevitable: el incremento de la inflación en Estados Unidos y otros lugares. El Wall Street Journal señaló que la acción del Banco Federal no es una solución: “Inyecciones del banco central son un calmante, no una cura”.

Muchos comentaristas señalan que aprobada o no la “unión fiscal”, Alemania terminará topándose contra la pared.

El cuarenta por ciento de las exportaciones alemanas van a otras naciones de la eurozona. Alemania calcula que solo en los últimos dos años la membresía en la eurozona ha aumentado las ganancias de las exportaciones de Alemania por entre 70 mil y 80 mil millones de dólares.

Merkel, Sarkozy y otros voceros burgueses demandan ataques brutales contra la clase trabajadora del continente para resolver su crisis.

La campaña de los gobernantes alemanes de humillar a gobiernos por todo el continente para defender sus ganancias está provocando nacionalismo anti-alemán por toda la región.

Dirigentes de los partidos políticos franceses tanto de izquierda como de derecha han denunciado en nombre del nacionalismo francés a los “diktat” alemanes. Jean-Luc Mélenson, el candidato presidencial apoyado por el partido comunista, acusó a Sarkosy de “capitular” ante Merkel.

La Unión Europea fue acogida, especialmente por los liberales y los socialistas burgueses, como un heraldo de “paz y prosperidad”. Hoy la “prosperidad” de la eurozona se desmorona, y se vislumbra un futuro de conflictos nacionales crecientes.  
 
 
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